Versículos Bíblicos

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Nehemías 13 - Biblia Castilian 2003

Reformas de Nehemías

1. En aquel tiempo se leyó el libro de Moisés al pueblo, y se halló escrito en él que los amonitas y los moabitas no podr an entrar jamás en la comunidad de Dios,

2. porque no hab an salido al encuentro de los israelitas con pan y agua; y porque sobornaron a Balaán para que los maldijese, si bien nuestro Dios cambió la maldición en bendición.

3. Al conocer la existencia de esta ley, excluyeron de Israel a todos los extranjeros.

4. Ya antes, el sacerdote Eliasib, encargado de las cámaras del templo de nuestro Dios y pariente de Tob as,

5. le hab a preparado a éste una gran cámara, en la que antes se depositaban las oblaciones, el incienso, los enseres, los diezmos del trigo, del mosto y del aceite, o sea, cuanto estaba mandado que se diera a los levitas, los cantores y los porteros, as como la contribución debida a los sacerdotes.

6. Cuando se produjeron estos sucesos, yo no estaba en Jerusalén, porque el a o treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, hab a ido yo a presentarme al rey. Pero al cabo de algún tiempo, ped permiso al rey

7. y volv a Jerusalén. Entonces me enteré del mal proceder de Eliasib al prepararle a Tob as un aposento en los atrios del templo de Dios.

8. Esto me disgustó tanto que arrojé todos los enseres de la casa de Tob as fuera del aposento,

9. ordené purificar la habitación y que se volvieran a poner all los utensilios del templo de Dios, las oblaciones y el incienso.

10. Supe también que no se les hab an entregado a los levitas las porciones debidas y que, por tanto, los levitas y cantores encargados del servicio se hab an desbandado cada uno a su campo.

11. Reprend a los consejeros y les dije: "¿Por qué está abandonada la casa de Dios?". Luego los reun y los restablec en sus funciones.

12. Y todo Judá trajo a los almacenes el diezmo del trigo, del mosto y del aceite.

13. Nombré encargados de los almacenes al sacerdote Selem as, al escriba Sadoc y al levita Pedayas, y como adjunto de ellos, a Janán, hijo de Zacur, hijo de Matan as, pues ten an fama de personas honradas. Corr a a su cargo hacer el reparto entre sus hermanos.

14. ¡Acuérdate de m, oh Dios m o, por estas cosas, y no borres las obras piadosas que he hecho por el templo de Yahveh y por su servicio!

15. Por aquellos d as vi que hab a en Judá quienes pisaban los lagares en sábado, que acarreaban las mieses, que cargaban sobre los asnos vino, uvas, higos y toda clase de fardos, y los tra an a Jerusalén en d a de sábado, y les reproché que vendieran estos v veres.

16. También los de Tiro que viv an en la ciudad tra an pescado y toda clase de mercanc as y las vend an en sábado a los hijos de Judá, en Jerusalén.

17. Reprend, pues, a los principales de Judá y les dije: "¿Cómo hacéis cosa tan reprochable, profanando el d a del sábado?

18. ¿No es eso lo que hicieron vuestros padres, por lo que nuestro Dios descargó todas estas desgracias sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Queréis aumentar la cólera divina contra Israel, profanando el sábado?".

19. Ordené, pues, que, cuando cayera la sombra sobre las puertas de Jerusalén, antes del sábado, cerraran las puertas y no las abrieran hasta después del sábado. Y aposté junto a las puertas a algunos servidores m os, para que no entrase carga alguna durante el d a del sábado.

20. As, los mercaderes y vendedores de toda clase de mercanc as tuvieron que pernoctar fuera de Jerusalén una o dos veces.

21. Yo les hice este reproche: "¿Por qué pasáis la noche delante de la muralla? Si lo volvéis a repetir, os mandaré prender". Desde entonces no volvieron a venir en sábado.

22. Ordené asimismo a los levitas que se purificasen y viniesen a vigilar las puertas para santificar el d a del sábado. ¡También por esto, oh Dios m o, acuérdate de m, y ten piedad de m según tu gran misericordia!

23. Vi también por aquellos d as que algunos jud os tomaban mujeres de Asdod, de Amón y de Moab.

24. La mitad de sus hijos hablaban asdodeo, o la lengua de este o de aquel pueblo, pero no sab an hablar jud o.

25. Yo les reprend y los maldije, e incluso mandé azotar a algunos de ellos y arrancarles los cabellos. Les hice jurar por el nombre de Dios: "No deis vuestros hijos a sus hijas, ni toméis sus hijas para vuestros hijos o para vosotros.

26. ¿Acaso no fue por esto por lo que pecó Salomón, rey de Israel? Entre tantas naciones, no hubo rey como él. Fue amado de su Dios, y Dios lo constituyó rey de todo Israel. Pero también a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.

27. ¿Se va a o r de vosotros que cometéis tan gran maldad: la de prevaricar contra nuestro Dios, por tomar mujeres extranjeras?".

28. Uno de los hijos de Joadá, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat, el joronita, y lo arrojé de mi lado.

29. ¡Acuérdate de ellos, oh Dios m o, por haber profanado el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!

30. Los purifiqué de todo lo extranjero, y para los sacerdotes y levitas establec reglamentos que se alaran a cada uno su ministerio.

31. Y lo mismo hice para las ofrendas de le a a plazos fijos y para las primicias. ¡Acuérdate de m, oh Dios m o, para mi bien!