Versículos Bíblicos

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1 Juan 2 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

Cristo, nuestro abogado

1. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Ahora bien, si alguno peca, tenemos un intercesor ante el Padre: Jesucristo, el justo.

2. Porque Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino también los del mundo entero.

3. Estamos ciertos de que conocemos a Dios y guardamos sus mandamientos.

4. Quien dice: "Yo le conozco", pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y está lejos de la verdad.

5. Si queréis que el amor de Dios se realice verdadera y perfectamente en vosotros, si queréis saber que vivís unidos a él, guardad su palabra,

6. pues quien se precia de vivir unido a él, lógico es que viva como vivió Jesucristo.

El nuevo mandamiento

7. Queridos hermanos, el mandamiento que os escribo no es nuevo, sino antiguo. Me refiero al mensaje que desde el principio habéis oído.

8. Y, sin embargo, se trata de un mandamiento nuevo, en cuanto que se realiza en Cristo y en vosotros; porque las tinieblas van pasando y ya alumbra la luz verdadera.

9. Si alguien dice que vive en la luz y odia a su hermano, miente. ¡Todavía vive en tinieblas!

10. El que ama a su hermano, vive en la luz y está a cubierto de caer en pecado.

11. Pero quien le aborrece, vive en tinieblas y en tinieblas camina, sin saber a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

12. Os escribo, hijos míos, porque Dios ha perdonado vuestros pecados en nombre de Jesús.

13. Os escribo a vosotros, los mayores, porque conocéis al que existe desde siempre. Y a vosotros, los jóvenes, porque habéis vencido al maligno.

14. Os escribo, hijos míos, porque conocéis al Padre. Y a vosotros, los mayores, porque permanecéis en el conocimiento del que existe desde siempre . Y a vosotros, los jóvenes, porque sois valientes, habéis acogido el mensaje de Dios y habéis vencido al maligno.

15. No os encariñéis con este mundo ni con lo que hay en él, porque no son compatibles el amor al Padre y el amor al mundo.

16. Y es que cuanto hay de malo en el mundo - pasiones carnales, turbios deseos y ostentación orgullosa -, del mundo procede y no del Padre.

17. Pero el mundo y sus pasiones se desvanecen; sólo el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El anticristo

18. Hijos míos, estamos en la última hora, la hora del anticristo, según oísteis. Efectivamente, ésta debe ser la hora final, porque son muchos los anticristos que están en acción.

19. De entre los nuestros han salido, aunque no eran de los nuestros. De haber sido de los nuestros, se habrían mantenido con nosotros. Pero así queda claro que no todos son de los nuestros.

20. En cuanto a vosotros, Cristo os ha dado el Espíritu de Dios, y lo sabéis todo.

21. Si os escribo, no es porque desconozcáis la verdad; de hecho la conocéis y sabéis que mentira y verdad se excluyen mutuamente.

22. Mentiroso es todo el que niega que Jesús es el Cristo. Ese es el anticristo, pues niega al Padre y al Hijo.

23. En efecto, quien niega al Hijo, rechaza al Padre; quien declara su fe en el Hijo, tiene también al Padre.

24. Por lo que a vosotros atañe, sed fieles al mensaje que oísteis desde el principio. Así participaréis de la vida del Padre y del Hijo.

25. Pues tal es la promesa que Cristo nos ha hecho: la vida eterna.

26. Al escribiros esto, os pongo en guardia contra quienes tratan de embaucaros.

27. ¡Claro que vosotros vivís unidos al Espíritu que os dio Jesucristo, y no necesitáis que nadie os instruya! Porque precisamente ese Espíritu, fuente de verdad y no de mentira, es el que os instruye acerca de todas las cosas. Atended, pues, a su enseñanza y vivid unidos a Cristo.

28. En resumen, hijos míos, vivid unidos a Cristo, para que el día glorioso de su manifestación tengamos absoluta confianza, en lugar de sentirnos abochornados, lejos de su presencia.

29. Sabéis que Jesucristo es santo. Por eso debéis saber también que todo el que vive rectamente es hijo de Dios.