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1 Juan 2 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

Cristo, nuestro abogado

1. Hijitos míos, esto os escribo para que no pequéis, y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos cerca del Padre, a Jesu-Cristo justo.

2. Y él es propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por todo el mundo.

3. Y en esto conocemos que le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos.

4. El que dice: Le he conocido, sin guardar sus mandamientos, es mentiroso y en éste no está la verdad.

5. Pero el que guarda su palabra, verdaderamente en éste está consumado el amor de Dios. En esto conocemos que estamos en él.

6. El que dice permanecer en él, debe, como aquél anduvo, él también asimismo andar.

El nuevo mandamiento

7. Amados, no es mandamiento nuevo que os escribo, sino mandamiento viejo que teníais desde el principio. El mandamiento viejo es la palabra que oísteis.

8. Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas se van, y la luz verdadera ya luce.

9. Quien dice estar en luz, y aborrece a su hermano, está en las tinieblas hasta ahora.

10. Quien ama a su hermano mora en la luz y en él no hay tropiezo.

11. Mas el que aborrece a su hermano en las tinieblas está, y en las tinieblas anda, y no sabe adonde va, porque las tinieblas cegaron sus ojos.

12. Os escribo, hijitos, porque os son perdonados los pecados por el nombre de él;

13. os escribo, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio; os escribo, jóvenes, porque habéis vencido al malo; os escribí, hijitos, porque habéis conocido al Padre;

14. os escribí, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio; os escribí, jóvenes, porque sois fuertes, y que la palabra de Dios en vosotros mora y que habéis vencido al malo.

15. No améis al mundo, ni las cosas que hay en el mundo; si alguno ama al mundo no está en él el amor del Padre,

16. porque todo lo que hay en el mundo: la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, sino que es del mundo,

17. y el mundo se pasa y su concupiscencia, mas el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El anticristo

18. Hijitos, es la última hora, y como oísteis que el anticristo viene, también ahora muchos anticristos ha habido, de donde conocemos que es la última hora.

19. De nosotros salieron, mas no eran de nosotros; si pues fueran de nosotros, hubieran permanecido con nosotros, mas es para que fuesen manifestados que no son todos de nosotros.

20. y vosotros tenéis unción de parte del Santo, y lo sabéis todo.

21. No os escribí, porque no sabéis la verdad, sino porque la sabéis y que toda mentira no es de la verdad.

22. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo. Este es el anticristo, el que niega al Padre y al hijo.

23. Todo el que niega al Hijo tampoco tiene al Padre, y el que confiesa al Hijo tiene también al Padre.

24. Lo que oísteis desde el principio en vosotros permanezca; si en vosotros permaneciere lo que desde el principio oísteis, vosotros también permaneceréis en el hijo y en el Padre,

25. y ésta es la promesa que él nos hizo: la vida eterna.

26. . Esto os escribí, de los que os engañan.

27. Y la unción que vosotros recibisteis de él, en vosotros permanece, y no tenéis necesidad que alguno os enseñe ; mas como la unción de él os enseña de todo, también es verdadera y no es mentira, y así como os enseñó, permaneced en él.

28. Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando fuere manifestado, tengamos confianza, y no seamos avergonzados de parte de él, en su presencia.

29. Si sabéis que es justo, conoced que también todo el que obra la justicia está engendrado de él.