Apocalipsis 1 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)La revelación de Jesucristo1. Revelación de Jesu-Cristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos las cosas que han de venir en breve, y dio a entender por el mensaje de su ángel a su siervo Juan, 2. quien testificó la palabra de Dios y el testimonio de Jesu-Cristo, cuantas cosas vio. 3. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca. Salutaciones a las siete iglesias4. Juan a las siete iglesias que están en Asia, gracia a vosotros y paz de parte de El que es, y que era, y que viene, y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono, 5. y de parte de Jesu-Cristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados en su sangre; 6. y nos hizo reyes y sacerdotes a su Dios y Padre, a él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 7. He aquí El viene con las nubes (Dan. 7:13). Le verá todo ojo, y aquellos que lo traspasaron, y se golpearán los pechos por él todas las tribus de la tierra (Zac. 12:10-14). Así es. Amén. 8. Yo soy el alfa y la omega, principio y fin, dice el Señor Dios; el que es y que era y que viene, el Todopoderoso. Una visión del Hijo del Hombre9. Yo, Juan el hermano vuestro y copartícipe en la tribulación y reino y paciencia de Jesu-Cristo, estuve en la isla llamada Patmos, por la palabra de Dios y por el testimonio de Jesu-Cristo. 10. Fui en espíritu, en el día dominical, y oí detrás de mí una voz fuerte como de trompeta, 11. diciendo: Lo que ves, escríbelo en un librito, y mándalo a las siete iglesias, a Efeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea. 12. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo, y al volverme vi siete candeleros de oro, 13. y en medio de los candeleras uno semejante a hijo de hombre, vestido de larga túnica de lino, ceñido a los pechos de ceñidor de oro; 14. su cabeza y los cabellos blancos como lana blanca, como nieve, y sus ojos como llama de fuego, 15. y sus pies semejantes al bronce como fundido en el horno, y su voz como voz de muchas aguas, 16. y teniendo en su mano derecha siete astros, y de su boca salía una espada aguda de dos filos, y su rostro como el sol que brilla en su fuerza. 17. Cuando le vi, caí a sus pies como muerto, y él puso sobre mí su diestra, diciendo: No temas. Yo soy el primero y el último, 18. y el viviente, y fui muerto; y he aquí soy viviente por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno (Is. 22:22; Mt. 16:18). 19. Escribe, pues, lo que viste y lo que es, y lo que ha de venir después de esto. 20. El misterio de los siete astros que viste en mi diestra y los siete candeleros de oro. Los siete astros son mensajeros de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias. |