Versículos Bíblicos

Dos personas estudiando versículos sobre el evangelismo personal

37 Versículos Poderosos Para El Evangelismo Personal

0
Textos Maravillosos de La Biblia Para El Evangelismo Personal Hoy día recordé a un momento en mi vida que marcó un antes y un después...

Árticulos Nuevos

versiculos-biblicos-claves-de-la-biblia-cuadro

66 Versículos Bíblicos Claves Para Cada Libro de la Biblia: Cuadro...

0
Versículos Importantes De Todos Los Libros de La Biblia: Desde Génesis a Apocalipsis (Tabla Informativa) Antes de presentarte el cuadro, dejame contarte una historia: Hace...
Figura en manto azul con texto sobre la traducción de un término asociado con María

María: ¿Una Virgen o Una Mujer Joven? ¿Cuál es la traducción...

0
Hoy quiero hablar e intentar explicar uno de los pasajes más importantes y discutidos de toda la Biblia: Me refiero al versículo de Isaías...


Hechos 27 - Peshita (Nuevo Testamento)

Pablo es enviado a Roma

1. Enseguida Festo dio órdenes respecto a él de que fuera enviado al César hasta Italia, y entregaron a Pablo junto con otros presos a ciero centurión cuyo nombre era Julio, de la companía Augusta.

2. Y cuando estuvimos preparados para zarpar, nos embarcamos en una nave que era de la ciudad de Adramitio, la cual iba a la región de Asia, y en ésa subió a bordo junto con nosotros Aristarco, un macedonio de la ciudad de Tesalónica.

3. Al siguiente día llegamos a Sidón, donde el centurión trató a Pablo amablemente permitiéndole visitar a sus amigos y descansar,

4. y desde allí navegamos. Y a causa de que los vientos nos eran contrarios, tuvimos que virar para Chipre.

5. Cruzamos luego el mar de Cilicia y Panfilia, y llegamos a Mira, una ciudad de Licia,

6. donde el centurión encontró una nave alejandrina la cual se dirigía hacia Italia, y nos embarcó en ella,

7. y debido a que por muchos días navegaba a duras penas, con dificultad llegamos frente a la isla de Gnido, y a causa de que el viento no nos dejaba navegar directamente, tuvimos que virar hacia Creta, frente a la ciudad de Salmón.

8. Después de haber navegado a duras penas alrededor de ella, arribamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad llamada Lasea,

9. y permanecimos allí mucho tiempo, hasta que pasó el día del ayuno de los judíos. Y siendo peligroso que navegara cualquiera, Pablo les aconsejaba,

10. diciendo: Varones, yo considero que nuestro viaje va a ser con aflicción y gran pérdida, no solamente de la carga de nuestra nave, sino también de nuestras propias vidas.

11. Pero el centurión prestaba más atención al piloto y al capitán del barco que a las palabras de Pablo,

12. y a causa de que el puerto no era apropiado para pasar el invierno en él, muchos de nosotros procurábamos zarpar de allí para ver si era posible llegar y pasar el invierno en un puerto de Creta que mira hacia el sur llamado Fenice,

La tempestad en el mar

13. pero habiendo soplado un viento del sur, creyeron que habían llegado conforme a su deseo, y navegamos alrededor de Creta.

14. Pero poco después se levantó contra nosotros un viento huracanado llamado Tempestuoso Euraclidón, y siendo

15. arrebatado el barco al no poder hacer frente al viento, quedamos a la deriva,

16. y al pasar por una isla llamada Cauda, a duras penas pudimos sujetar el esquife.

17. Y cuando lo levantamos, lo sujetamos fuertemente y reparamos el barco, y a causa de que teníamos temor, bajamos la vela para no encallar, y así navegamos.

18. Y al siguiente día de que se levantó la violenta tempestad contra nosotros, arrojamos al mar nuestras pertenencias,

19. y al tercer día arrojamos los aparejos del barco con nuestras propias manos,

20. y como siguió el mal tiempo durante muchos días, y no aparecían el sol, ni la luna, ni las estrellas, había desaparecido por completo toda esperanza de sobrevivir.

21. Entonces, como nadie había comido nada, poniéndose de pie Pablo en medio de ellos, dijo: Si ustedes, oh varones, me hubieran hecho caso de que no zarpáramos de Creta, hubiéramos evitado esta pérdida y aflicción,

22. pero ahora los exhorto a que no se angustien, porque no habrá pérdida de vidas entre ustedes, sino solamente la nave,

23. porque esta noche se me ha aparecido un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien sirvo,

24. diciéndome: "No tengas temor, Pablo. Has de comparecer ante el César, y he aquí que Dios te ha concedido como dádiva a todos los que navegan contigo".

25. Por tanto, oh varones, tengan ánimo, porque yo confío en Dios que tal como se me ha dicho, así sucederá,

26. pero seremos arrojados a una isla.

27. Y después de catorce días de andar a la deriva y agotados en el mar Adriático, como a la medianoche los marineros pensaban que estaban aproximándose a tierra,

28. por lo que, habiendo arrojado el ancla, encontraron que había veinte brazas, y avanzando un poco más encontraron quince brazas,

29. pero como temíamos que tal vez nos encontráramos en lugares rocallosos, echaron cuatro anclas por la popa del barco, y oraban para que amaneciera.

30. Entonces los marineros intentaron huír del barco, y bajaron de éste el esquife hacia el mar simulando que irían en él y asegurarían el barco a tierra,

31. pero al darse cuenta Pablo de ello, dijo al centurión y a los soldados: Si no se quedan éstos en el barco, ustedes no podrán sobrevivir,

32. por lo cual los soldados cortaron las amarras del esquife del barco y lo dejaron a la deriva.

33. Y hasta el amanecer, Pablo exhortaba a todos a que tomaran alimento, diciendoles: Hoy hace catorce días que debido al peligro no han comido nada,

34. por lo que les pido que tomen alimento para que se conserven con vida, porque ni un solo cabello de su cabeza perecerá.

35. Y cuando dijo esto, tomó pan y alabó a Dios delante de todos, y partiéndolo, empezaron a comer,

36. y fueron confortados todos ellos y tomaron el alimento.

37. Los que estábamos en el barco, éramos doscientas setenta y seis personas.

38. Y después de haberse saciado con el alimento, tomando el trigo lo arrojaron al mar para aligerar el barco.

El naufragio

39. Cuando amaneció, los marineros no reconocían qué tierra era, solamente distinguían una bahía con playa, adonde consideraron la posibilidad de dirigir la nave.

40. Y cortando las anclas de la nave, las dejaron en el mar, y soltaron las amarras de los timones, e izando una vela pequeña al viento que soplaba, navegaron rumbo a la playa,

41. pero habiendo chocado el barco contra un escollo que estaba entre dos partes profundas del mar, encalló en él; la proa se clavó quedando inmóvil, y la popa se rompió a causa de la violencia de las olas.

42. Entonces los soldados querían dar muerte a los presos para que ninguno saltara y se fugara nadando,

43. pero el centurión les impidió hacer esto, porque quería salvar a Pablo. Y a los que pudieran arrojarse a nadar, les ordenó que nadaran por delante y cruzaran a tierra,

44. y los demás cruzaron sobre tablones y sobre trozos de madera del barco, y de esta manera todos llegaron a salvo a tierra.