Proverbios 4 - Reina Valera 1865Beneficios de la sabiduría1. OID hijos la enseñanza del padre; y estád atentos, para que sepáis inteligencia. 2. Porque os doy buen enseñamiento: no desamparéis mi ley. 3. Porque yo fuí hijo de mi padre, delicado y único delante de mi madre: 4. Y enseñábame, y me decía: Sustente mis razones tu corazón: guarda mis mandamientos, y vivirás. 5. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia: no te olvides, ni te apartes de las razones de mi boca. 6. No la dejes, y ella te guardará; ámala, y conservarte ha. 7. Primeramente sabiduría: adquiere sabiduría, y ante toda tu posesión adquiere inteligencia. 8. Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado. 9. Dará a tu cabeza aumento de gracia: corona de hermosura te entregrará. 10. Oye, hijo mío, y recibe mis razones; y multiplicársete han años de vida. 11. Por el camino de la sabiduría te he encaminado; y por veredas derechas te he hecho andar. 12. Cuando por ellas anduvieres, no se estrecharán tus pasos; y si corrieres, no tropezarás. 13. Ten asida la instrucción, no la dejes: guárdala, porque ella es tu vida. 14. No entres por la vereda de los impíos: ni vayas por el camino de los malos: 15. Desampárala; no pases por ella: apártate de ella, y pasa. 16. Porque no duermen, si no hicieren mal; y pierden su sueño, si no han hecho caer. 17. Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos. 18. Mas la vereda de los justos es como la luz del lucero: auméntase, y alumbra hasta que el día es perfecto. 19. El camino de los impíos es como la oscuridad: no saben en qué tropiezan. 20. Hijo mío, está atento a mis palabras; y a mis razones inclina tu oreja: 21. No se aparten de tus ojos: mas guárdalas en medio de tu corazón; 22. Porque son vida a los que las hallan; y medicina a toda su carne. 23. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. 24. Aparta de tí la perversidad de la boca; y la iniquidad de labios aleja de tí. 25. Tus ojos miren lo recto; y tus párpados enderecen tu camino delante de tí. 26. Pesa la vereda de tus piés; y todos tus caminos sean ordenados. 27. No te apartes a diestra, ni a siniestra: aparta tu pié del mal. |