Santiago 5 - Reina Valera 1977Contra los ricos opresores1. ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que están a punto de sobreveniros. 2. Vuestras riquezas se han podrido, y vuestras ropas están comidas de polilla. 3. Vuestro oro y plata se han enmohecido; y su moho testificará contra vosotros, y devorará vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros en los últimos días. 4. Mirad: el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual ha sido retenido por vosotros, está clamando, y los clamores de los que trabajaron en la cosecha han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. 5. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. 6. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia. Sed pacientes y orad7. Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. 8. Tened también vosotros paciencia, y afianzad vuestros corazones; porque la venida del Señor está cerca. 9. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad: el juez está ya a las puertas. 10. Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. 11. Ved cómo tenemos por dichosos a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo. 12. Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis bajo juicio. 13. ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. 14. ¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren sobre él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. 16. Confesaos vuestras faltas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo tiene mucha fuerza. 17. Elías era hombre de sentimientos semejantes a los nuestros, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. 18. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. 19. Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguien le hace volver, 20. sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá una multitud de pecados. |