1 Timoteo 3 - Reina Valera 1995Requisitos de los obispos1. Palabra fiel:[1] "Si alguno anhela obispado,[2] buena obra desea". 2. Pero es necesario que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer,[3] sobrio, prudente, decoroso, hospedador,[4] apto para enseñar; 3. que no sea dado al vino ni amigo de peleas; que no sea codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4. que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5. (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6. que no sea un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.[5] 7. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. Requisitos de los diáconos8. Los diáconos[6] asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino ni codiciosos de ganancias deshonestas; 9. que guarden el misterio de la fe[7] con limpia conciencia. 10. Y estos también sean sometidos primero a prueba, y luego, si son irreprochables, podrán ejercer el diaconado. 11. Las mujeres[8] asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.[9] 12. Los diáconos sean maridos de una sola mujer,[10] y que gobiernen bien a sus hijos y sus casas, 13. porque los que ejerzan bien el diaconado, ganarán para sí un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. El misterio de la piedad14. Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, 15. para que, si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y defensa de la verdad. 16. Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:[11] Dios fue manifestado en carne,[12] justificado en el Espíritu,[13] visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. |