2 Timoteo 4 - Reina Valera 1995Predica la palabra1. Te suplico encarecidamente delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos[1] en su manifestación y en su Reino, 2. que prediques la palabra y que instes a tiempo y fuera de tiempo. Redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina, 3. pues vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones, 4. y apartarán de la verdad el oído[2] y se volverán a las fábulas. 5. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. 6. Yo ya estoy próximo a ser sacrificado.[3] El tiempo de mi partida está cercano.[4] 7. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera,[5] he guardado la fe.[6] 8. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia,[7] la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Instrucciones personales9. Procura venir pronto a verme, 10. porque Demas[8] me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente[9] fue a Galacia,[10] y Tito[11] a Dalmacia.[12] 11. Solo Lucas[13] está conmigo. Toma a Marcos[14] y tráelo contigo, porque me es útil para el ministerio. 12. A Tíquico[15] lo envié a Éfeso. 13. Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas[16] en casa de Carpo,[17] y los libros, mayormente los pergaminos.[18] 14. Alejandro[19] el herrero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.[20] 15. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. 16. En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon;[21] no les sea tomado esto en cuenta.[22] 17. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, para que por mí fuera cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyeran. Así fui librado de la boca del león.[23] 18. Y el Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. Saludos y bendición final19. Saluda a Prisca y a Aquila[24] y a la casa de Onesíforo.[25] 20. Erasto[26] se quedó en Corinto, y a Trófimo[27] dejé en Mileto,[28] enfermo. 21. Procura venir antes del invierno.[29] Eubulo te saluda, y Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.[30] 22. El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén.[31] |