Mateo 3 - Reina Valera 1995Predicación de Juan el Bautista1. En aquellos días se presentó Juan el Bautista[1] predicando en el desierto de Judea,[2] 2. y diciendo: "Arrepentíos,[3] porque el reino de los cielos[4] se ha acercado",[5] 3. pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: "Voz del que clama en el desierto: "¡Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas!""[6] 4. Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero alrededor de su cintura, y su comida era langostas y miel silvestre.[7] 5. Acudía a él Jerusalén, toda Judea y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6. y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.[8] 7. Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos[9] venían a su bautismo,[10] les decía: "¡Generación de víboras!,[11] ¿quién os enseñó a huir[12] de la ira[13] venidera? 8. Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9. y no penséis decir dentro de vosotros mismos: "A Abraham tenemos por padre",[14] porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10. Además, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.[15] 11. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar,[16] es más poderoso que yo. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.[17] 12. Su aventador está en su mano para limpiar su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en fuego que nunca se apagará".[18] El bautismo de Jesús13. [19] Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14. Pero Juan se le oponía, diciendo: --Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú acudes a mí? 15. Jesús le respondió: --Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.[20] Entonces se lo permitió. 16. Y Jesús, después que fue bautizado, subió enseguida del agua, y en ese momento los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él. 17. Y se oyó una voz de los cielos que decía: "Este es mi Hijo amado,[21] en quien tengo complacencia". |