Rut 3 - Reina Valera 1995Rut y Booz en la era1. Un día le dijo su suegra Noemí: --Hija mía, ¿no debo buscarte un hogar para que te vaya bien?[1] 2. ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas has estado? Esta noche él avienta la parva de las cebadas.[2] 3. Te lavarás, pues, te perfumarás,[3] te pondrás tu mejor vestido, e irás a la era; pero no te presentarás al hombre hasta que él haya acabado de comer y de beber. 4. Cuando se acueste, fíjate en qué lugar se acuesta, ve, descubre sus pies, y acuéstate allí; él mismo te dirá lo que debas hacer.[4] 5. Rut respondió: --Haré todo lo que tú me mandes. 6. Descendió, pues, al campo, e hizo todo lo que su suegra le había mandado. 7. Cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estaba contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Un rato más tarde vino ella calladamente, le descubrió los pies y se acostó.[5] 8. A la medianoche se estremeció aquel hombre, se dio vuelta, y descubrió que una mujer estaba acostada a sus pies. 9. Entonces dijo: --¿Quién eres? Ella respondió: --Soy Rut, tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva,[6] por cuanto eres pariente cercano. 10. Dijo Booz: --Jehová te bendiga, hija mía; tu segunda bondad ha sido mayor que la primera, pues no has ido en busca de algún joven, pobre o rico. 11. Ahora, pues, no temas, hija mía; haré contigo como tú digas, pues toda la gente de mi pueblo[7] sabe que eres mujer virtuosa. 12. Aunque es cierto que soy pariente cercano, hay un pariente más cercano que yo.[8] 13. Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redime, bien, que te redima; pero si no quiere redimirte, yo te redimiré. Jehová es testigo. Descansa, pues, hasta la mañana. 14. Después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó Rut antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque Booz había dicho: "Que no se sepa que una mujer ha venido al campo". 15. Después él le pidió: "Quítate el manto con que te cubres y sujétalo bien". Mientras ella lo sujetaba, midió Booz seis medidas de cebada y se las puso encima. Entonces ella se fue a la ciudad. 16. Cuando llegó a casa de su suegra, esta le preguntó: --¿Qué hay, hija mía? Rut le contó todo cuanto le había ocurrido con aquel hombre, 17. y añadió: --Me dio estas seis medidas de cebada, y me dijo: "Para que no vuelvas a la casa de tu suegra con las manos vacías". 18. Entonces Noemí dijo: --Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve esto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy. |