Versículos Bíblicos

Dos personas estudiando versículos sobre el evangelismo personal

37 Versículos Poderosos Para El Evangelismo Personal

0
Textos Maravillosos de La Biblia Para El Evangelismo Personal Hoy día recordé a un momento en mi vida que marcó un antes y un después...

Árticulos Nuevos

5-caracteristicas-de-la-iglesia-primitiva-segun-la-biblia

5 Caracteristicas de la Iglesia Primitiva En La Biblia

0
La Iglesia Primitiva: Una Iglesia de Oración (Hechos 1:14) Los discípulos se reunían unánimes. Este término, que ocurre once veces en los Hechos, es una...
Figura en manto azul con texto sobre la traducción de un término asociado con María

María: ¿Una Virgen o Una Mujer Joven? ¿Cuál es la traducción...

0
Hoy quiero hablar e intentar explicar uno de los pasajes más importantes y discutidos de toda la Biblia: Me refiero al versículo de Isaías...


Hechos 27 - Reina Valera 2004

Pablo es enviado a Roma

1. MAS cuando fue determinado que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta.

2. Y embarcándonos en una nave adrumentina, queriendo navegar junto a las costas de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica.

3. Y al otro día llegamos a Sidón; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permitió que fuese a sus amigos, para ser de ellos asistido.

4. Y haciéndonos a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios.

5. Y habiendo pasado el mar de Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia.

6. Y hallando allí el centurión una nave de Alejandría que navegaba a Italia, nos puso en ella.

7. Y navegando muchos días despacio, y habiendo apenas llegado delante de Gnido, no dejándonos el viento, navegamos a sotavento de Creta, junto a Salmón.

8. Y costeándola difícilmente, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.

9. Y pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, porque ya era pasado el ayuno, Pablo les amonestaba,

10. diciéndoles: Varones, veo que con perjuicio y mucho daño, no sólo del cargamento y de la nave, mas aun de nuestras personas, habrá de ser la navegación.

11. Mas el centurión creía más al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía.

12. Y porque el puerto era incómodo para invernar, la mayoría acordaron pasar también de allí, por si pudiesen arribar a Fenice, que es un puerto de Creta que mira al Nordeste y Sudeste, e invernar allí.

La tempestad en el mar

13. Y soplando una suave brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, izando velas, iban costeando Creta.

14. Pero no mucho después se levantó en su contra un viento tempestuoso, que se llama Euroclidón.

15. Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo resistir contra el viento, resignados, dejamos la nave a la deriva.

16. Y corriendo a sotavento de una pequeña isla que se llama Clauda, apenas pudimos salvar el esquife;

17. el cual subido a bordo, usaban de refuerzos, ciñendo la nave; y teniendo temor de que diesen en la Sirte, arriando velas eran así llevados.

18. Y siendo azotados por una vehemente tempestad, al día siguiente alijaron la nave;

19. y al tercer día nosotros con nuestras manos arrojamos los aparejos de la nave.

20. Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, siendo azotados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.

21. Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Señores, debían por cierto haberme oído, y no haber zarpado de Creta, para recibir este daño y pérdida.

22. Mas ahora os exhorto a que tengáis buen ánimo; porque no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.

23. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,

24. diciendo: Pablo, no temas; es menester que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha dado todos los que navegan contigo.

25. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.

26. Si bien, es menester que demos en una isla.

27. Y venida la decimacuarta noche, y siendo llevados por el mar Adriático, los marineros a la media noche sospecharon que estaban cerca de alguna tierra;

28. y echando la sonda, hallaron veinte brazas, y pasando un poco más adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas.

29. Y temiendo dar en escollos, echaron cuatro anclas de la popa; y ansiaban que se hiciese de día.

30. Entonces como los marineros estaban por huir de la nave, habiendo echado el esquife al mar, aparentando como que querían largar las anclas de proa,

31. Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros.

32. Entonces los soldados cortaron las cuerdas del esquife y dejaron que se perdiera.

33. Y cuando comenzaba a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada.

34. Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; que ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.

35. Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer.

36. Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también.

37. Y éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis.

38. Y ya saciados de comida, aligeraron la nave, echando el trigo en el mar.

El naufragio

39. Y cuando se hizo de día, no reconocían la tierra; mas veían una bahía que tenía playa, en la cual acordaron encallar, si pudiesen, la nave.

40. Y cortando las anclas, las dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al viento la vela de proa, tomaron rumbo a la playa.

41. Mas dando en un lugar de dos mares, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se abría con la violencia de las olas.

42. Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.

43. Mas el centurión, queriendo salvar a Pablo, estorbó este acuerdo, y mandó que los que pudiesen nadar, fuesen los primeros en echarse al mar, y saliesen a tierra;

44. y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.