Mateo 28 - Reina Valera 2004La resurrección1. PASADO el sábado, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. 2. Y he aquí, fue hecho un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió del cielo y llegando, removió la piedra de la puerta, y se sentó sobre ella. 3. Y su aspecto era como relámpago, y su vestidura blanca como la nieve. 4. Y de miedo de él, los guardias temblaron y se quedaron como muertos. 5. Y respondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7. E id presto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, he aquí, os lo he dicho. 8. Y ellas, saliendo aprisa del sepulcro, con temor y gran gozo fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. 9. Y mientras iban a dar las nuevas a sus discípulos, he aquí, Jesús les sale al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. 10. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos para que vayan a Galilea, y allí me verán. El informe de la guardia11. Y yendo ellas, he aquí unos de la guardia vinieron a la ciudad, y dieron aviso a los príncipes de los sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. 12. Y reuniéndose con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, 13. diciendo: Decid: Sus discípulos vinieron de noche, mientras dormíamos, y lo hurtaron. 14. Y si esto llegare a oídos del gobernador, nosotros le persuadiremos, y os haremos seguros. 15. Y ellos tomando el dinero, hicieron como fueron instruidos; y este dicho ha sido divulgado entre los judíos hasta el día de hoy. La gran comisión16. Entonces los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17. Y cuando le vieron, le adoraron, mas unos dudaban. 18. Y Jesús vino y les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19. Por tanto, id, y haced discípulos a todos las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20. enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. |