Versículos Bíblicos

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Nehemías 13 - Reina Valera 2004

Reformas de Nehemías

1. AQUEL día se leyó en el libro de Moisés oyéndolo el pueblo, y fue hallado escrito en él que los amonitas y moabitas no debían entrar jamás en la congregación de Dios;

2. por cuanto no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, antes alquilaron a Balaam contra ellos, para que los maldijese; mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición.

3. Y fue que, cuando oyeron la ley, apartaron de Israel a todos los mezclados con extranjeros.

4. Y antes de esto, Eliasib sacerdote, siendo superintendente de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías,

5. y le había hecho una grande cámara, en la cual guardaban antes las ofrendas, y el perfume, y los vasos, y el diezmo del grano, y del vino y del aceite, que estaba mandado darse a los levitas, a los cantores, y a los porteros, y la ofrenda de los sacerdotes.

6. Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalem; porque el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia, vine al rey; y al cabo de días obtuve permiso del rey.

7. Y vine a Jerusalem, entendí el mal que había hecho Eliasib en atención a Tobías, haciendo para él cámara en los patios de la casa de Dios.

8. Y me dolió en gran manera; y eché todos los enseres de la casa de Tobías fuera de la cámara;

9. y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí las utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el perfume.

10. Entendí asimismo que las porciones de los levitas no les habían sido dadas; y que los levitas y cantores que hacían el servicio se habían huido cada uno a su heredad.

11. Y reprendí a los magistrados, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los junté, y los puse en su lugar.

12. Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, a los almacenes.

13. Y puse por sobrestantes de ellos a Selemías sacerdote, y a Sadoc escriba, y de los levitas, a Pedaías; y a mano de ellos Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; pues ellos eran tenidos por fieles, y de ellos eran el repartir a sus hermanos.

14. Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y en el servicio en ella.

15. En aquellos días vi en Judá algunos que pisaban los lagares en sábado, y que acarreaban gavillas, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos, y toda clase de carga, y traían a Jerusalem en día de sábado; y les amonesté acerca del día que vendían el mantenimiento.

16. También estaban en ella tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en sábado a los hijos de Judá en Jerusalem.

17. Y reprendí a los señores de Judá, y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día del sábado?

18. ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios sobre nosotros todo este mal, y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el sábado?

19. Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalem antes del sábado, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del sábado; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de sábado no entrasen carga.

20. Y se quedaron fuera de Jerusalem una y dos veces los negociantes, y los que vendían toda especie de mercancía.

21. Y les amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en sábado.

22. Y dije a los levitas que se purificasen, y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del sábado. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la muchedumbre de tu misericordia.

23. Vi asimismo en aquellos días judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas:

24. Y sus hijos la mitad hablaban asdod, y conforme a la lengua de cada pueblo; que no sabían hablar judaico.

25. Y reñí con ellos, y los maldije, y herí algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos o para vosotros.

26. ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él hicieron pecar las mujeres extranjeras.

27. ¿Y obedeceremos a vosotros para cometer todo este mal tan grande de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?

28. Y uno de los hijos de Joiada, hijo de Eliasib el sumo sacerdote era yerno de Sanbalat horonita: por tanto lo ahuyenté de mí.

29. Acuérdate de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los levitas.

30. Los limpié, pues, de todo extranjero, y puse a los sacerdotes y levitas por sus clases, a cada uno en su obra;

31. Y para la ofrenda de la leña en los tiempos señalados, y para las primicias. Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.