Versículos Bíblicos

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Nehemías 2 - Reina Valera 2004

Artajerjes envía a Nehemías a Jerusalén

1. Y SUCEDIÓ en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino, y lo di al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,

2. me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro, pues no estás enfermo? No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera.

3. Y dije al rey: Viva el rey para siempre. ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?

4. Y me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,

5. Y dije al rey: Si le place al rey, y si tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, para que yo la reedifique.

6. Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuanto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, y le señalé tiempo.

7. Además dije al rey: Si place al rey, dénseme cartas para los gobernadores del otro lado del río, que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá;

8. Y carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y para la casa donde yo estaré. Y el rey me lo otorgó, según la bondadosa mano de mi Dios sobre mí.

9. Y vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.

10. Y oyéndolo Sanbalat horonita, y Tobías, el siervo amonita, les desagradó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.

Nehemías anima al pueblo a reedificar los muros

11. Llegué, pues, a Jerusalem, y después de estar allí tres días,

12. me levanté de noche, yo y unos cuantos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalem; ni había bestia conmigo, excepto la cabalgadura en que cabalgaba.

13. Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalem que estaban derribados, y sus puertas estaban consumidas por el fuego.

14. Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba.

15. Y subí de noche por el torrente, y observé el muro, y regresando entré por la puerta del Valle, y regresé.

16. Y no sabían los magistrados a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había yo declarado a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y magistrados, ni a los demás que hacían la obra.

17. Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalem está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalem, y no seamos más oprobio.

18. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios era buena sobre mí, y asimismo las palabras del rey, que me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.

19. Mas habiéndolo oído Sambalat horonita, y Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?

20. Entonces les respondí, y les dije: El Dios del cielo, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos; porque vosotros no tenéis parte ni derecho, ni memoria en Jerusalem.