Joel 2 - Nueva Biblia Española (1975)1. Toquen la trompeta en Sión, lancen el alando en mi monte santo; tiemblen los campesinos, porque llega, ya está cerca el día del Señor; 2. día de oscuridad y tinieblas, día de nubes y nubarrones; como crepúsculo que se extiende sobre los montes es el ejército denso y numeroso; no hubo semejante ni se volverá a repetir por muchas generaciones. 3. En vanguardia el fuego devora, las llamas abrasan en retaguardia; delante la tierra es un vergel, detrás es una estepa desolada; nada se salva. 4. Su aspecto es de caballos, de jinetes que galopan; 5. su estruendo, de carros rebotando por las montañas; como crepitar de llama que consume la paja, como ejército numeroso formado para la batalla; 6. ante el cual tiemblan los pueblos, con los rostros enrojecidos. 7. Corren como soldados, escalan aguerridos la muralla, cada cual avanza en su línea sin desordenar las filas; 8. ninguno estorba al camarada, avanza cada cual por su calzada, aunque caigan al lado saetas, no se desbandan. 9. Asaltan la ciudad, escalan las murallas, suben a las casas, penetran como ladrones por las ventanas. 10. Ante ellos tiembla la tierra y se conmueve el cielo, sol y luna se oscurecen, los astros retiran su resplandor. 11. El señor alza la voz delante de su ejército: son innumerables sus campamentos, son fuertes los que cumplen sus órdenes. Grande y terrible es el día del Señor: ¿quién le resistirá? La misericordia de Jehová12. Pues bien -oráculo del Señor- , conviértanse a mí de todo corazón, con ayuno, con llanto, con luto. 13. Rasguen los corazones y no los vestidos; conviértanse al Señor, su Dios, que es compasivo y clemente, paciente y misericordioso, y se arrepiente de las amenazas. 14. Quizá se arrepienta y vuelva, dejando a su paso bendición, ofrenda y libación para el Señor, su Dios. 15. Toquen la trompeta en Sión, proclamen un ayuno, convoquen la reunión, 16. congreguen al pueblo, purifiquen a la asamblea, reúnan a los ancianos, congreguen a muchachos y niños de pecho; salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo; 17. entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, digan los ministros del señor: Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu heredad al oprobio, no la sometan los gentiles, no se diga entre los pueblos: ¿dónde está su Dios? 18. El Señor tenga celos de su tierra y perdone a su pueblo. 19. Entonces el Señor respondió a su pueblo: Yo les enviaré el trigo, el vino, el aceite a saciedad, ya no haré de ustedes el oprobio de los paganos; 20. alejaré de ustedes al pueblo del norte, lo dispersaré por tierra árida y yerma la vanguardia hacia el mar de levante, la retaguardia hacia el mar de poniente; se esparcirá su hedor, se extenderá su pestilencia, porque intentó hacer proezas. 21. No temas, suelo; alégrate, haz fiesta, porque el Señor ha hecho proezas; 22. no teman, fieras agrestes, que los prados de la estepa germinarán, los árboles darán sus frutos, la vid y la higuera darán su riqueza. 23. Hijos de Sión, alégrense y festejen al Señor, su Dios, que les da la lluvia temprana en su sazón, la lluvia tardía como antaño y derrama para ustedes el aguacero. 24. Las eras se llenarán de grano, rebosarán los lagares de vino y aceite; 25. les compensaré los años en que devoraban la langosta, el saltamontes, el cigarrón y el langostón, mi gran ejército que envié contra ustedes. 26. Comerán hasta hartarse y alabarán al Señor, su Dios, que hizo prodigios por ustedes; 27. sabrán que yo estoy en medio de Israel y mi pueblo no quedará defraudado. Yo soy el Señor, su Dios, y no hay otro, y mi pueblo no quedará defraudado. Derramamiento del Espíritu de Dios28. Después derramaré mi espíritu sobre todos: sus hijos e hijas profetizarán, sus ancianos soñarán sueños, sus jóvenes verán visiones. 29. También sobre siervos y siervas derramaré mi espíritu aquel día. 30. Haré prodigios en cielo y tierra; sangre, fuego, humareda; 31. el sol aparecerá oscuro, la luna ensangrentada, antes de llegar el día del Señor, grande y terrible. 32. Todos los que invoquen el nombre del Señor se librarán: en el monte Sión quedará un resto -lo dice el Señor-, en Jerusalén los supervivientes que él convoque. |