Versículos Bíblicos

Dos personas estudiando versículos sobre el evangelismo personal

37 Versículos Poderosos Para El Evangelismo Personal

0
Textos Maravillosos de La Biblia Para El Evangelismo Personal Hoy día recordé a un momento en mi vida que marcó un antes y un después...

Árticulos Nuevos

5-caracteristicas-de-la-iglesia-primitiva-segun-la-biblia

5 Caracteristicas de la Iglesia Primitiva En La Biblia

0
La Iglesia Primitiva: Una Iglesia de Oración (Hechos 1:14) Los discípulos se reunían unánimes. Este término, que ocurre once veces en los Hechos, es una...
Figura en manto azul con texto sobre la traducción de un término asociado con María

María: ¿Una Virgen o Una Mujer Joven? ¿Cuál es la traducción...

0
Hoy quiero hablar e intentar explicar uno de los pasajes más importantes y discutidos de toda la Biblia: Me refiero al versículo de Isaías...


2 Reyes 23 - Serafín de Ausejo 1975

1. El rey mandó convocar a su presencia a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.

2. Subió luego el rey al templo de Yahveh, acompañado de todos los hombres de Judá y de todos los habitantes de Jerusalén: los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor; y leyó ante ellos todas las palabras del libro de la alianza encontrado en el templo de Yahveh.

3. El rey estaba de pie junto a la columna, y en presencia de Yahveh hizo pacto de seguir a Yahveh y de guardar sus mandamientos, sus instrucciones y sus estatutos con todo el corazón y con toda el alma, y de dar cumplimiento a las palabras de esta alianza escritas en este libro. Y todo el pueblo ratificó este pacto.

Reformas de Josías

4. El rey dio orden al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes de la puerta de que sacaran del santuario de Yahveh todos los enseres fabricados para el culto de Baal, de la aserá y de todo el ejército del cielo. Los quemó fuera de Jerusalén, en los campos del Cedrón, y llevó las cenizas a Betel.

5. Suprimió a los sacerdotes idólatras instituidos por los reyes de Judá para que quemaran incienso en los lugares altos, en las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, y a los que quemaban incienso a Baal, al Sol y a la Luna, a las constelaciones y a todo el ejército del cielo.

6. Hizo sacar la aserá del templo de Yahveh a las afueras de Jerusalén, al torrente Cedrón y allí la quemó; la redujo a cenizas y las arrojó en la fosa común de la plebe.

7. Derribó las casas de los consagrados a la prostitución sagrada que había en el templo de Yahveh, donde las mujeres tejían telas para Aserá.

8. Hizo venir de las ciudades de Judá a todos los sacerdotes y profanó los lugares altos donde estos sacerdotes habían quemado incienso, desde Gueba hasta Berseba. Destruyó los altares de los sátiros que había a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, a la izquierda, entrando por la puerta de la ciudad.

9. No obstante, aunque los sacerdotes de los lugares altos comían los panes ázimos en compañía de sus hermanos, no subían a ofrecer sacrificios a Yahveh en Jerusalén.

10. Profanó también el Tófet que está en el valle de Ben Hinón, para que nadie hiciera pasar por el fuego a sus hijos o a sus hijas en honor de Móloc.

11. Hizo desaparecer los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al Sol, a la entrada del templo de Yahveh, junto al aposento del eunuco Natanmélec que había en los anejos, y quemó luego los carros del Sol.

12. Demolió los altares que había en la terraza de la cámara alta de Ajaz, erigidos por los reyes de Judá, así como los altares que había erigido Manasés en los dos patios del templo de Yahveh; los sacó de allí, los redujo a polvo y arrojó el polvo al torrente Cedrón.

13. Profanó también el rey los lugares altos que había frente a Jerusalén al sur del monte de los Olivos, los que había erigido Salomón, rey de Israel, en honor de Astarté, abominación de los sidonios, de Camós, abominación de los moabitas, y de Milcón, abominación de los amonitas.

14. Destrozó las estelas, taló las aserás y llenó sus lugares de huesos humanos.

15. Además, demolió el altar de Betel y el lugar alto que había hecho Jeroboán, hijo de Nebat, el que hizo pecar a Israel; destrozó, pues, a la vez el altar y el lugar alto. Quemó el lugar, lo redujo a cenizas y quemó la aserá.

16. Al volverse, vio Josías los sepulcros que había allí en el monte. Mandó entonces traer los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar, que quedó así profanado, conforme a las palabras de Yahveh proclamadas por el varón de Dios que había anunciado estas cosas.

17. Luego preguntó: "¿Qué es aquel monumento que veo?". Y le respondieron los de la ciudad: "Es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá y anunció estas cosas que acabas de realizar contra el altar de Betel".

18. Ordenó entonces: "Dejadlo en paz, y que nadie mueva sus huesos". Así quedaron intactos sus huesos, juntamente con los del profeta que había venido de Samaría.

19. Josías hizo desaparecer también todos los templos de los lugares altos de las ciudades de Samaría que habían construido los reyes de Israel, con los que provocaron la ira de Yahveh, e hizo con ellos lo mismo que había hecho en Betel.

20. Inmoló sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que había allí y quemó sobre estos altares huesos humanos. Luego regresó a Jerusalén.

Josías celebra la pascua

21. El rey dio a todo el pueblo esta orden: "Celebrad la Pascua en honor de Yahveh, vuestro Dios, según está escrito en este libro de la alianza".

22. No se había celebrado una Pascua como ésta desde los días en que los jueces gobernaron a Israel, ni durante todo el tiempo de los reyes de Israel y de los reyes de Judá.

23. Sólo el año dieciocho del rey Josías se celebró una Pascua así en Jerusalén en honor de Yahveh.

Persiste la ira de Jehová contra Judá

24. También acabó con los nigromantes, con los adivinos, los terafim, los ídolos y todas las abominaciones que se veían por el país de Judá y en Jerusalén, para poner por obra las palabras de la ley escritas en el libro que había encontrado el sacerdote Jilquías en el templo de Yahveh.

25. No hubo antes de él ningún rey como él, que se volviera a Yahveh con todo su corazón y con toda su alma y con todas sus fuerzas, conformándose en todo con la ley de Moisés; ni tampoco después de él surgió otro semejante.

26. Con todo, no se apagó en Yahveh el ardor de su gran cólera, la que se había encendido en él contra Judá, a causa de los motivos que le había dado Manasés para enojarse.

27. Por eso dijo Yahveh: "También apartaré a Judá de mi presencia, como aparté a Israel, y rechazaré esta ciudad de Jerusalén que yo había escogido, y el templo del que yo había dicho: "Allí estará mi nombre"".

Muerte de Josías

28. Los restantes hechos de Josías, todo cuanto hizo, ¿no están consignados en el libro de los Anales de los reyes de Judá?

29. En su tiempo subió el Faraón Necó, rey de Egipto, en ayuda del rey de Asiria, hacia el río Éufrates. Salió el rey Josías a su encuentro, pero apenas se enfrentaron, el Faraón le dio muerte en Meguidó.

30. Sus servidores lo llevaron muerto en un carro desde Meguidó a Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro. La gente del país tomó a Joacaz, hijo de Josías, lo ungieron y lo proclamaron rey en lugar de su padre.

Reinado y destronamiento de Joacaz

31. Veintitrés años tenía Joacaz cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamital, hija de Jeremías, de Libná.

32. Hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh, enteramente como habían hecho sus antepasados.

33. El Faraón Necó lo mandó encadenar en Riblá, en el país de Jamat, para que no reinara en Jerusalén, e impuso al país una contribución de cien talentos de plata y un talento de oro.

34. Y el Faraón Necó proclamó rey a Eliaquín, hijo de Josías, para que sucediera a su padre Josías, y le cambió el nombre por el de Joaquín. En cuanto a Joacaz, se apoderó de él y se lo llevó a Egipto, donde murió.

35. Joaquín tuvo que entregar la plata y el oro al Faraón; pero para entregar el dinero exigido por el Faraón se vio obligado a gravar al país y a exigir plata y oro a la gente del país, a cada uno según su capacidad, para dárselo al Faraón Necó.

Reinado de Joacim

36. Veinticinco años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Zebida, hija de Pedayas, de Rumá.

37. Hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh, enteramente como lo habían hecho sus antepasados.