Versículos Bíblicos

Dos personas estudiando versículos sobre el evangelismo personal

37 Versículos Poderosos Para El Evangelismo Personal

0
Textos Maravillosos de La Biblia Para El Evangelismo Personal Hoy día recordé a un momento en mi vida que marcó un antes y un después...

Árticulos Nuevos

5-caracteristicas-de-la-iglesia-primitiva-segun-la-biblia

5 Caracteristicas de la Iglesia Primitiva En La Biblia

0
La Iglesia Primitiva: Una Iglesia de Oración (Hechos 1:14) Los discípulos se reunían unánimes. Este término, que ocurre once veces en los Hechos, es una...
Figura en manto azul con texto sobre la traducción de un término asociado con María

María: ¿Una Virgen o Una Mujer Joven? ¿Cuál es la traducción...

0
Hoy quiero hablar e intentar explicar uno de los pasajes más importantes y discutidos de toda la Biblia: Me refiero al versículo de Isaías...


Esdras 9 - Serafín de Ausejo 1975

Oración de confesión de Esdras

1. Acabadas estas cosas, se acercaron a mí los jefes para decirme: "Ni el pueblo de Israel, ni los sacerdotes, ni los levitas, se han mantenido apartados de los habitantes del país -cananeos, hititas, perizeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos- que tienen costumbres abominables,

2. sino que han tomado sus hijas como mujeres para sí y para sus hijos, de modo que la raza santa se ha mezclado con la gente del país; y los jefes y magistrados han sido los primeros en esta prevaricación".

3. Al oír esto, rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué pelos de la cabeza y de la barba y me senté desolado.

4. En torno a mí se fueron reuniendo todos los que temían las palabras del Dios de Israel, en vista de la prevaricación de los que habían venido del cautiverio. Permanecí abatido y desolado hasta la hora del sacrificio de la tarde.

5. A la hora del sacrificio de la tarde, salí de mi abatimiento y, con mis vestidos y manto rasgados, caí de rodillas, extendí las manos hacia Yahveh, mi Dios,

6. y dije: "¡Dios mío! Me siento avergonzado y confuso al levantar, oh Dios mío, mi rostro hacia ti. Porque nuestras iniquidades se han multiplicado hasta por encima de nuestras cabezas, y nuestro pecado ha crecido hasta el cielo.

7. Desde los días de nuestros padres hasta hoy hemos cometido muy graves faltas; y por nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes fuimos entregados al poder de los reyes de otras naciones, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la afrenta que cubre nuestro rostro, como en este día.

8. Mas ahora, en un instante, Yahveh, nuestro Dios, nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto de rescatados y de darnos un apoyo en su lugar santo. Nuestro Dios ha iluminado así nuestros ojos y ha otorgado un pequeño respiro a nuestra vida en medio de nuestra servidumbre.

9. Esclavos fuimos. Pero nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud, sino que inclinó hacia nosotros la benevolencia de los reyes de Persia y nos reanimó para levantar el templo de nuestro Dios, reparar sus ruinas y construirnos una muralla de defensa en Judá y en Jerusalén.

10. Pero ahora ¿qué vamos a decir, oh Dios nuestro, después de esto? Hemos abandonado tus mandamientos,

11. los que tú nos diste por medio de tus siervos los profetas cuando dijiste: "El país al que vais a entrar para tomar posesión de él es un país contaminado por la corrupción de los habitantes de esas regiones y por las abominaciones con que lo han llenado de impureza de un extremo a otro.

12. Por lo tanto, no deis vuestras hijas a sus hijos, ni toméis sus hijas para vuestros hijos; no busquéis jamás su paz y bienestar, para que podáis haceros fuertes, para que comáis los buenos productos de la tierra y la dejéis en herencia a vuestros hijos para siempre".

13. Y después de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestras malas acciones y nuestras grandes culpas -y eso que tú, oh Dios nuestro, no nos has castigado según nuestra iniquidad, y aun nos has conservado un resto como éste-,

14. ¿hemos de volver a quebrantar tus mandamientos por emparentarnos con gente que comete tales abominaciones? ¿No te irritarías contra nosotros hasta aniquilarnos, sin que quedara resto alguno que pudiera sobrevivir?

15. ¡Oh Yahveh, Dios de nuestros padres! Tú eres bueno, pues has hecho que quedáramos un resto de rescatados como éste que está aquí. Henos aquí ante ti con nuestras culpas, aunque no podemos mantenernos así en tu presencia".