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Ester 9 - Serafín de Ausejo 1975

Los judíos destruyen a sus enemigos

1. En el duodécimo mes, que es el mes de Adar, el día trece del mes, cuando debían ser ejecutados la orden del rey y su edicto, en ese día en que los enemigos de los judíos esperaban adueñarse de ellos, la situación experimentó un vuelco radical, pues fueron los judíos quienes se adueñaron de los que los odiaban.

2. Se reunieron los judíos en sus ciudades, en todas las provincias del rey Asuero, para poner la mano sobre quienes buscaban su desgracia; y nadie les opuso resistencia, porque el terror hacia ellos invadió a todos los pueblos.

3. Todos los grandes de las provincias, los sátrapas, los gobernadores y los funcionarios del rey apoyaron a los judíos, porque el terror hacia Mardoqueo se había adueñado de todos ellos,

4. ya que Mardoqueo era poderoso en la casa del rey y su fama se había difundido por todas las provincias. De hecho, su poder se acrecentaba de día en día.

5. Los judíos pasaron a filo de espada a todos sus enemigos. Fue una matanza, un exterminio. Hicieron con sus enemigos lo que quisieron.

6. En la ciudadela de Susa, los judíos dieron muerte y exterminaron a quinientos hombres;

7. mataron también a Parsandata, Dalfón, Aspatá,

8. Poratá, Adabá, Aridatá,

9. Parmastá, Arisay, Ariday y Yezatá,

10. los diez hijos de Amán, hijo de Hamdatá, el enemigo de los judíos. Pero no saquearon sus bienes.

11. Aquel mismo día llegó a conocimiento del rey el número de los muertos en la ciudadela de Susa.

12. Dijo el rey a la reina Ester: "En la ciudadela de Susa los judíos han matado y exterminado a quinientos hombres y a los diez hijos de Amán. En el resto de las provincias del rey, ¿qué habrán hecho? ¿Y cuál es ahora tu deseo?, pues se te concederá. ¿Qué más pides todavía?, pues será cumplido".

13. Respondió Ester: "Si al rey le parece bien, que se conceda también mañana a los judíos que hay en Susa proceder conforme al edicto de hoy; y que los diez hijos de Amán sean colgados en la horca".

14. Mandó el rey que se hiciera así; se promulgó el edicto en Susa; y los diez hijos de Amán fueron colgados de la horca.

15. Se reunieron de nuevo los judíos que había en Susa el día catorce del mes de Adar y dieron muerte en Susa a trescientos hombres; pero no saquearon sus bienes.

16. Los demás judíos que había en las provincias del rey se reunieron para defender sus vidas, se pusieron a salvo de sus enemigos y dieron muerte a setenta y cinco mil de entre aquellos que los odiaban. Pero no saquearon sus bienes.

17. Era esto el día trece del mes de Adar; y el día catorce del mismo descansaron y lo declararon día de banquete y de regocijo.

18. Los judíos que había en Susa se reunieron el trece y el catorce del mes; descansaron el quince del mes y lo declararon día de convite y de regocijo.

19. Por eso, los judíos que habitan en lugares abiertos, los que residen en ciudades no fortificadas, hacen del día catorce del mes de Adar día de regocijo, de banquete y de fiesta, y se envían regalos los unos a los otros.

20. Mardoqueo puso por escrito estos sucesos y envió cartas a cuantos judíos se encontraban en todas las provincias del rey Asuero, tanto lejanas como próximas.

21. Les ordenó celebrar el día catorce y el día quince del mes de Adar, todos los años,

22. como días en que los judíos tuvieron respiro de sus enemigos, y como mes en que se trocó para ellos la tristeza en regocijo y el duelo en día de fiesta. Debían hacer de ellos días de banquete y de regocijo, ocasión de mutuos regalos y donativos a los pobres.

23. Los judíos convirtieron en institución lo que ya habían comenzado a hacer y lo que les había escrito Mardoqueo.

24. Porque Amán, hijo de Hamdatá, el de Agag, enemigo de todos los judíos, había proyectado contra los judíos el exterminio y había echado el pur, es decir, la suerte, para destruirlos y exterminarlos.

25. Pero, cuando Ester se presentó ante el rey, éste mandó por medio de un escrito: "Que ese malvado plan que aquél proyectaba contra los judíos se vuelva contra su cabeza". Y le colgaron de la horca a él y a sus hijos.

26. Por esto se llaman estos días Purim, del nombre de pur; y por esto, por todos los hechos narrados en esta carta, y por lo que ellos mismos vieron y por lo que se les había transmitido,

27. fijaron y aceptaron los judíos para sí; para su descendencia y para cuantos a ellos se unieran, que no dejarían de celebrar estos dos días, a fecha fija y todos los años; conforme a lo que había sido establecido.

28. Y estos días se debían recordar y celebrar de generación en generación en todas las familias; en todas las provincias y en todas las ciudades. Estos días de los Purim no se deberían abolir entre los judíos, ni su recuerdo debería desaparecer entre sus descendientes.

29. Y la reina Ester, hija de Abijail, y el judío Mardoqueo escribieron con toda autoridad, para confirmar esta segunda carta de los Purim.

30. Se enviaron cartas a todos los judíos, a las ciento veintisiete provincias del rey Asuero, con palabras de paz y de fidelidad,

31. para ratificar estos días de los Purim en su debida fecha, como los habían establecido el judío Mardoqueo y la reina Ester, al igual de como habían instituido para ellos y para su descendencia lo referente a los ayunos y lamentaciones.

32. La orden de Ester ratificó la institución de estos Purim y se consignó por escrito.