Gálatas 6 - Serafín de Ausejo 1975

1. Hermanos, en el caso de que alguno fuera sorprendido en alguna falta, vosotros, los espirituales, procurad, con espíritu de mansedumbre, que se levante, con la mirada puesta en ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

2. Ayudaos los unos a llevar las cargas de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo.

3. Pues si alguno cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo.

4. Examine cada uno sus propias obras, y entonces tendrá en sí, y no en los demás, motivos de satisfacción;

5. pues cada uno llevará su propia carga de responsabilidad.

6. El que recibe la enseñanza de la palabra haga partícipe de todos sus bienes al que le enseña.

7. No os engañéis: de Dios nadie se burla. Lo que cada uno siembra, eso mismo cosechará.

8. El que siembra para su propia carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.

9. No nos cansemos de hacer el bien, que a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos.

10. Así pues, mientras tenemos oportunidad, practiquemos el bien para con todos, y sobre todo para con los que pertenecen a la familia de la fe.

Pablo se gloría en la cruz de Cristo

11. Ved con qué letras tan grandes os escribo de mi puño y letra.

12. Todos los que quieren aparecer bien en lo humano, ésos os obligan a circuncidaros, sólo para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo.

13. De hecho, ni los mismos circuncidados observan la ley, sino que quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne.

14. Pero, en cuanto a mí, ¡líbreme Dios de gloriarme en otra cosa que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, mediante la cual el mundo fue crucificado para mí y yo para el mundo!

15. Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la no circuncisión, sino la nueva criatura.

16. Y para todos los que caminan según esta regla, paz y misericordia sobre ellos, y también sobre el Israel de Dios.

17. De aquí en adelante que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

Bendición final

18. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.