Lucas 23 - La Biblia Textual 3a EdicionJesús ante Pilato1. Y levantándose toda su asamblea, lo llevaron° a Pilato. 2. Y comenzaron a acusarlo, diciendo: Hemos hallado° que éste pervierte° nuestra nación, y no sólo prohíbe dar tributo a César, sino que dice que él mismo es el Mesías rey. 3. Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el rey de los Judíos? Él respondiendo, dijo: Tú lo dices.° 4. Pilato dijo entonces a los principales sacerdotes y a las multitudes: Ningún delito hallo en este hombre. 5. Pero ellos insistían, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, y comenzando desde Galilea llega° hasta aquí. Jesús ante Herodes6. Al oírlo Pilato, preguntó si el hombre era° galileo. 7. Y cuando se enteró de que era° de la jurisdicción de Herodes, lo remitió a Herodes, que estaba en Jerusalem en aquellos días. 8. Al ver a Jesús, Herodes se alegró grandemente, porque por haber oído acerca de Él, desde hacía° bastante tiempo deseaba verlo, y esperaba ver algún milagro hecho° por Él. 9. Y le preguntaba con muchas palabras, pero Él nada le respondió. 10. Mientras tanto, los principales sacerdotes y los escribas lo estaban acusando porfiadamente. 11. Entonces Herodes, con sus soldados, después de menospreciarlo y ridiculizarlo, le puso una ropa espléndida y lo devolvió a Pilato. 12. Y aquel mismo día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues habían estado enemistados el uno con el otro. Jesús sentenciado a muerte13. Pilato entonces, convocando a los principales sacerdotes y a los magistrados, y al pueblo, 14. les dijo: Me presentasteis a este hombre como uno que amotina al pueblo, pero he aquí yo, habiéndolo interrogado ante vosotros, ningún delito de los que lo acusáis hallé en este hombre; 15. y tampoco Herodes,° porque nos lo remitió, y mirad, nada digno de muerte hay que haya sido hecho por él. 16. Así pues lo soltaré después de castigarlo. 17. [[]]° 18. Pero todos gritaron a una, diciendo: ¡Quita° a éste, y suéltanos a Barrabás! 19. El cual por una insurrección hecha en la ciudad, y por homicidio, había sido° echado en la cárcel. 20. Y Pilato, deseando soltar a Jesús, volvió a llamarlos.° 21. Pero ellos gritaban, diciendo: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! 22. Él entonces, les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal hizo éste? Ningún delito de muerte hallé en él. Después de azotarlo pues, lo soltaré. 23. Pero ellos insistían a grandes voces, demandando que fuera crucificado.° Y sus voces° prevalecieron. 24. Y Pilato sentenció que se ejecutara la demanda de ellos. 25. Soltó entonces al que pedían (que había sido echado en la cárcel por insurrección y homicidio), y entregó a Jesús a la voluntad de ellos. Crucifixión y muerte de Jesús26. Mientras lo llevaban,° echaron mano a cierto Simón cireneo, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. 27. Y lo seguía mucha gente del pueblo, y de mujeres que lamentaban y lloraban por Él. 28. Pero Jesús, volviéndose a ellas, dijo: Hijas de Jerusalem, no lloréis por mí, llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos; 29. porque he aquí vienen días en los cuales dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no amamantaron. 30. Entonces comenzarán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! y a los collados: ¡Cubridnos!° 31. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?° 32. Y también eran conducidos otros° dos, que eran malhechores, para ser ejecutados con Él. 33. Y cuando llegaron al lugar llamado Calavera, lo crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha, y otro a la izquierda. 34. Y repartiendo sus vestidos, echaron suertes.° 35. Y el pueblo estaba observando; y también los magistrados se burlaban, diciendo: Salvó a otros; sálvese a sí mismo, si éste es el Ungido de Dios, el Escogido. 36. Y también se burlaban de Él los soldados, acercándose, ofreciéndole vinagre 37. y diciendo: Si tú eres el rey de los Judíos, sálvate a ti mismo. 38. Y había también una inscripción por encima de Él: Éste es el Rey de los judíos.° 39. Y uno de los malhechores que había sido colgado lo injuriaba, diciendo: ¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros! 40. Pero interviniendo el otro, reprendiéndolo,° dijo: ¿Ni aun temes a Dios, tú que estás en el mismo castigo?° 41. Porque nosotros, en verdad, justamente padecemos, porque recibimos° cosas dignas de las que hicimos, pero Éste, nada malo° hizo. 42. Y decía: ¡Oh Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a° tu reino! 43. Le dijo:° De cierto te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso. 44. Era ya como la hora sexta,° y vinieron° tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.° 45. El sol se eclipsó,° y el velo° del templo se rasgó por el medio. 46. Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!° Y habiendo dicho esto, expiró. 47. Cuando el centurión vio entonces lo que había acontecido, glorificó a Dios, diciendo: ¡Realmente este hombre era justo! 48. Y todas las multitudes reunidas por este espectáculo, viendo lo acontecido, volvían golpeándose el pecho.° 49. Pero todos sus conocidos, y las mujeres° que lo habían seguido desde Galilea, estaban a lo lejos viendo estas cosas. Jesús es sepultado50. Y he aquí un hombre llamado José, de Arimatea, ciudad de los judíos, varón bueno y justo, el cual esperaba el reino de Dios, y que era del concilio,° 51. aunque no había consentido con el consejo ni las acciones de ellos, 52. se acercó a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. 53. Y después de bajarlo, lo envolvió en una sábana, y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no había sido puesto nadie todavía. 54. Era día de la Preparación, y se acercaba el sábado. 55. Y las mujeres que habían ido con Él desde Galilea, siguiendo de cerca, observaron el sepulcro y cómo había sido puesto su cuerpo. 56. Y después de regresar, prepararon aromas y mirras. Y reposaron fielmente el sábado, conforme al mandamiento.° |