Versículos Bíblicos

Dos personas estudiando versículos sobre el evangelismo personal

37 Versículos Poderosos Para El Evangelismo Personal

0
Textos Maravillosos de La Biblia Para El Evangelismo Personal Hoy día recordé a un momento en mi vida que marcó un antes y un después...

Árticulos Nuevos

versiculos-biblicos-claves-de-la-biblia-cuadro

66 Versículos Bíblicos Claves Para Cada Libro de la Biblia: Cuadro...

0
Versículos Importantes De Todos Los Libros de La Biblia: Desde Génesis a Apocalipsis (Tabla Informativa) Antes de presentarte el cuadro, dejame contarte una historia: Hace...
Figura en manto azul con texto sobre la traducción de un término asociado con María

María: ¿Una Virgen o Una Mujer Joven? ¿Cuál es la traducción...

0
Hoy quiero hablar e intentar explicar uno de los pasajes más importantes y discutidos de toda la Biblia: Me refiero al versículo de Isaías...


Apocalipsis 3 - Reina Valera Contemporanea

El mensaje a Sardis

1. »Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: Así dice el que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas: »Yo sé todo lo que haces, y sé que estás muerto, aunque parezcas estar vivo.

2. Manténte vigilante y afirma todo aquello que está a punto de morir, pues he encontrado que tus obras no son perfectas ante mi Dios.

3. Haz memoria de lo que has recibido y oído, y ponlo en práctica y arrepiéntete. Si no te mantienes vigilante, cuando menos lo esperes vendré sobre ti como un ladrón.

4. Pero cuentas en Sardis con unos cuantos que no han manchado sus vestiduras; ellos son dignos de andar conmigo vestidos de blanco.

5. El que salga vencedor será vestido de blanco, y jamás borraré su nombre del libro de la vida, sino que lo reconoceré delante de mi Padre y de sus ángeles.

6. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

El mensaje a Filadelfia

7. »Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Así dice el Santo y Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, y cierra y nadie puede abrir:

8. Yo sé todo lo que haces. Delante de ti he puesto una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar. Aunque son pocas tus fuerzas, has obedecido mi palabra y no has negado mi nombre.

9. Yo haré que esos que en la sinagoga de Satanás dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten, vayan y se arrodillen ante ti, y reconozcan que yo te he amado.

10. Por cuanto has obedecido mi mandamiento de ser perseverante, yo también te protegeré a la hora de la prueba, la cual vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a cuantos habitan en la tierra.

11. Ya pronto vengo. Lo que tienes, no lo sueltes, y nadie te quitará tu corona.

12. Al que salga vencedor lo convertiré en columna del templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el de su ciudad, es decir, de la nueva Jerusalén que desciende del cielo de mi Dios, y también mi nuevo nombre.

13. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

El mensaje a Laodicea

14. »Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: Así dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:

15. »“Yo sé todo lo que haces, y sé que no eres frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras frío o caliente!

16. Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

17. Tú dices: “Yo soy rico; he llegado a tener muchas riquezas. No carezco de nada.” Pero no sabes que eres un desventurado, un miserable, y que estás pobre, ciego y desnudo.

18. Para que seas realmente rico, yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego, y vestiduras blancas, para que te vistas y no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Unge tus ojos con colirio, y podrás ver.

19. A todos los que amo, yo los reprendo y los castigo; así que muestra tu fervor y arrepiéntete.

20. ¡Mira! Ya estoy a la puerta, y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré en su casa, y cenaré con él, y él cenará conmigo.

21. Al que salga vencedor, le concederé el derecho de sentarse a mi lado en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado al lado de mi Padre en su trono.

22. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.»