Versículos Bíblicos

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Juan 4 - Version Moderna (1929)

Jesús y la mujer samaritana

1. CUANDO, pues, el Señor supo que los fariseos habían oído decir que Jesús iba haciendo y bautizando más discípulos que Juan

2. (bien que Jesús mismo no bautizaba; sino sus discípulos),

3. partió de Judea, y volvió otra vez a Galilea:

4. y así era menester que pasase por Samaria.

5. Y viene a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca del campo que dió Jacob a su hijo José:

6. y el pozo de Jacob estaba allí.  Jesús, por tanto, estando cansado a causa del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora de sexta.

7. Viene una mujer de Samaria a sacar agua: Jesús le dice: Dame de beber;

8. (porque sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar de comer.)

9. Le dice por tanto la mujer samaritana: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí que soy mujer samaritana? (porque los judíos no se tratan con los samaritanos).

10. Jesús respondió y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le habrías pedido a él, y él te hubiera dado agua viva.

11. Dícele la mujer: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo: ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?

12. ¿Acaso tú eres mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió el pozo; del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados?

13. Respondió Jesús y le dijo: Todo aquel que bebe de esta agua, tendrá sed otra vez;

14. mas el que bebiere del agua que yo le daré, nunca jamás tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua, que brote para vida eterna.

15. Dícele la mujer: ¡Señor, dame a mí esta agua, para que yo no tenga sed, ni venga hasta aquí a sacarla!

16. Dícele Jesús: Anda, llama a tu marido, y ven acá.

17. Respondió la mujer y le dijo: No tengo marido. Jesús le dice: Bien has dicho: No tengo marido;

18. porque cinco maridos has tenido; y el que ahora tienes no es tu marido: esto has dicho con verdad.

19. Dícele la mujer: Señor, percibo que eres profeta.

20. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalem está el lugar en donde se debe adorar.

21. Dícele Jesús: Mujer, créeme que viene tiempo cuando ni en este monte, ní tampoco en Jerusalem, adoraréis al Padre.

22. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos; porque la salvación de los judíos es.

23. Tiempo empero viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espítitu y en verdad; porque también el Padre a los tales busca como adoradores suyos.

24. Dios es espíritu; y los que le adoran, es menester que le adoren en espíritu y en verdad.

25. Dícele la mujer: Yo sé que el Mesías viene (el cual se llama el Cristo); cuando él venga, nos lo declarará todo.

26. Dícele Jesús: Ése soy  yo, que hablo contigo.

27. ¶Y en esto vinieron sus discípulos, y quedaron admirados de que estuviese hablando con una mujer: mas nadie le dijo a ella: ¿Qué buscas? ni a él: ¿Qué tratas con ella?

28. Así, pues, la mujer, dejando su cántaro, se fué a la ciudad, y dice a los hombres:

29. ¡Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hechol ¿será acaso éste el Cristo?

30. Ellos, pues, salieron de la ciudad, y venían hacia él.

31. En el entretanto le rogaban los discípulos, diciendo: Rabbí, come.

32. Mas él les dijo: Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis.

33. Por tanto los discípulos decían entre sí: ¿Acaso alguien le ha traído de comer?

34. Jesús les dice: Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió, y acabar su obra.

35. ¿No decís vosotros que hay todavía cuatro meses, y entonces viene la siega? He aquí, os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, que ya están blancos para la siega.

36. Y el que siega recibe jornal, y recoge fruto para vida eterna; para que el que siega y el que siembra se regocijen juntos

37. Pues que en esto el refrán es verdadero: Uno es el que siembra, y otro el que siega.

38. Yo os he enviado a segar lo que no labrasteis: otros hicieron la labranza, y vosotros habéis entrado en sus labores.

39. ¶Y de aquella ciudad muchos de los samaritanos creyeron en él, por la palabra de la mujer, la cual daba testimonio, diciendo: Me ha dicho todo cuanto he hecho.

40. De manera que cuando los samaritanos vinieron a él, le rogaron que se quedase con ellos: y en efecto se quedó allí dos días.

41. Y muchos más creyeron a causa de la palabra de él;

42. y decían a la mujer: Ya no creemos por tu palabra; porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que éste es verdaderamente el Cristo, el Salvador del mundo.

Jesús sana al hijo de un noble

43. ¶Y pasados los dos días, partió de allí para Galilea.

44. Porque Jesús mismo dió testimonio que el profeta no tiene honra en su propia patria.

45. Cuando, pues, vino a Galilea, los galileos le recibieron, habiendo visto todo cuanto hizo en Jerusalem durante la fiesta: porque ellos también habían ido a la fiesta.

46. ¶Vino, pues, otra vez a Caná de Galilea, donde había hecho el agua vino. Y había cierto cortesano cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum.

47. Cuando éste oyó decir que Jesús había venido de Judea a Galilea, fué a él, y le rogó que bajara a Capernaum, y sanara a su hijo; porque se estaba muriendo.

48. Jesús entonces le dIjo: Si no viereis señales y maravillas, no creeréis.

49. Dícele el cortesano: ¡Señor, baja presto, antes que muera mi hijo!

50. Le dice Jesús: Véte; tu hijo vive. Creyó el hombre la palabra que le dijo Jesús, y se fué.

51. Y mientras iba bajando, sus siervos le encontraron, y le avisaron, diciendo: ¡Tu hijo vive!

52. Preguntóles, por tanto, la hora en que tuvo mejoría: y le dijeron: Ayer, a la séptima hora, le dejó la calentura.

53. De donde supo el padre que fué en la hora misma que le dijo Jesús: Tu hijo vive, y creyó él mismo, y toda su casa.

54. Éste es el segundo milagro que hizo Jesús, cuando salió otra vez de Judea para Galilea.