Versículos Bíblicos

Dos personas estudiando versículos sobre el evangelismo personal

37 Versículos Poderosos Para El Evangelismo Personal

0
Textos Maravillosos de La Biblia Para El Evangelismo Personal Hoy día recordé a un momento en mi vida que marcó un antes y un después...

Árticulos Nuevos

versiculos-biblicos-claves-de-la-biblia-cuadro

66 Versículos Bíblicos Claves Para Cada Libro de la Biblia: Cuadro...

0
Versículos Importantes De Todos Los Libros de La Biblia: Desde Génesis a Apocalipsis (Tabla Informativa) Antes de presentarte el cuadro, dejame contarte una historia: Hace...
Figura en manto azul con texto sobre la traducción de un término asociado con María

María: ¿Una Virgen o Una Mujer Joven? ¿Cuál es la traducción...

0
Hoy quiero hablar e intentar explicar uno de los pasajes más importantes y discutidos de toda la Biblia: Me refiero al versículo de Isaías...


Ezequiel 3 - Biblia Septuaginta al Español

1. Y, díjome: «Hijo de hombre, cómete(a) esta punta, y anda y habla a los hijos de Israel.

2. Y abrió(b) mi boca y me alimentó y me alimentó con la punta.

3. Y me dijo: «Hijo de hombre, tu boca comerá, y tu vientre se llenará de esta punta la dada a ti.» Y la comí y se convirtió en mi boca como en miel endulzando.

4. Y me dijo: «Hijo de hombre, ve y entra en la casa de Israel, y habla mis palabras a ellos;

5. por cuanto no a pueblo de profunda(c) lengua tú eres enviado: a la casa de Israel;

6. ni a pueblos muchos de otra voz u otra lengua, ni a los que son recios de lengua, cuyas palabras no oyeres; y si a tales te hubiera yo enviado, éstos te escucharan.

7. Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, no; por cuanto no quieren escucharme; pues toda la casa de Israel contenciosos son y cordiduros.

8. Y he aquí he dado tu faz poderosa ante las fases de ellos; y tu contención fortaleceré ante las contenciones de ellos;

9. Y será siempre más fuerte que piedra. No les temas, ni te aterres a faz de ellos; por cuanto casa exasperadora es.»

10. Y me dijo: «Hijo de hombre, todas las palabras que he hablado contigo, toma en tu corazón; y con tus orejas oye;

11. y anda, entra en la cautividad, a los hijos de tu pueblo; y hablarás a ellos y dirás a ellos: Esto dice el Señor: «Si por ventura han de oír; si por ventura, ceder.»

12. Y me alzó el espíritu, y oí detrás de mí, y oí voz de estremecimiento grande: «Bendita la gloria del Señor, desde el lugar de él.»

13. Y oí voz de alas de los vivientes aleteando otra contra la otra; y voz de las ruedas contigua a ellos, y voz del estremecimiento.

14. Y el espíritu me alzó y me tomó consigo, y anduve a impulso de mi espíritu; y la mano del Señor vino sobre mí, poderosa.

15. Y entré en la cautividad aéreo(d) y recorrí a los habitantes, sobre el río, el Cobar, a los que estaban allí. Y sentéme allí siete días, conversando en medio de ellos.

El atalaya de Israel

16. Y fue hecha, después de los siete días, la palabra del Señor a mí, diciendo:

17. «Hijo de hombre, por atalaya te he dado a la casa de Israel; y oirás, de mi boca, palabra, y les conminarás de mi parte.

18. Al decir yo al inicuo: «De muerte morirás», —y(e) no le has anunciado ni hablado, para anunciar al inicuo que se apartare de sus caminos para que viva; aquel inicuo en su injusticia morirá, y su sangre de tu mano pediré.

19. Y tú, si anunciares al inicuo, y no se apartare de su iniquidad y camino; aquel inicuo en su injusticia morirá, y tú el alma tuya librarás.

20. Y, apartándose el justo, de sus justicias, e(f) hiciere prevaricación, también daré el castigo en su rostro: él morirá, porque no le has anunciado, y en sus pecados morirá; por esto: porque no se recordarán sus justicias; y su sangre de tu mano pediré.

21. Y tú, si anunciares al justo que no peque, y él no pecare, el justo de vida vivirá, por haberle tú anunciado, y tú la propia alma librarás.

El profeta mudo

22. E hízose sobre mí mano del Señor, y díjome: «Levántate y sal al campo, y allí se te hablará.»

23. Y levantéme y salí al campo; y he aquí, allí la gloria del Señor estaba, según la visión y según la gloria que vi sobre el río, el Cobar; y caigo sobre mi faz.

24. Y vino sobre mí un espíritu y púsome sobre mis pies, y me habló y me dijo: «Entra y enciérrate en medio de tu casa.

25. Y tú, hijo de hombre, he aquí han sido dadas sobre ti ligaduras, y te ligarán en ellas; y no saldrás, no, de en medio de ellas.

26. Y tu boca ligaré, y enmudecerás y no serás para ellos en varón reprendedor por esto: porque casa exacerbadora es.

27. Y, hablando yo a ti, abriré tu boca, y les dirás: Esto dice el Señor: «Quien oye, oiga; y quien desobedece, desobedezca; por esto: porque casa exacerbadora es.» Ezequiel