Versículos Bíblicos

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Deuteronomio 4 - Biblia Corona de Jerusalen

Moisés exhorta a la obediencia

1. Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las normas que yo os enseño para que las pongáis en práctica, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que os da Adonai, Di-s de vuestros padres.

2. No añadiréis nada a lo que yo os mando, ni quitaréis nada; para así guardar los mandamientos de Adonai vuestro Di-s que yo os prescribo.

3. Vuestros propios ojos han visto lo que hizo Adonai con Baal Peor: a todos los que habían seguido a Baal Peor, Adonai tu Di-s los exterminó de en medio de ti;

4. en cambio vosotros, que habéis seguido unidos a Adonai vuestro Di-s, estáis hoy todos vivos.

5. Mira, como Adonai mi Di-s me ha mandado, yo os enseño preceptos y normas para que los pongáis en práctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión.

6. Guardadlos y practicadlos, porque ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente."

7. Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está Adonai nuestro Di-s siempre que le invocamos?

8. Y ¿cuál es la gran nación cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que yo os expongo hoy?

La experiencia de Israel en Horeb

9. Pero ten cuidado y guárdate bien, no vayas o olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; enséñaselas, por el contrario, a tus hijos y a los hijos de tus hijos.

10. El día que estabas en el Horeb en presencia de Adonai tu Di-s, cuando Adonai me dijo: "Reúneme al pueblo para que yo les haga oír mis palabras a fin de que aprendan a tenerme mientras vivan en el suelo y se las enseñen a sus hijos",

11. vosotros os acercasteis y permanecisteis al pie de la montaña, mientras la montaña ardía en llamas hasta el mismo cielo, entre tinieblas de nube y densa niebla.

12. Adonai os habló de en medio del fuego; vosotros oíais rumor de palabras, pero no percibíais figura alguna, sino sólo una voz.

13. El os reveló su alianza, que os mandó poner en práctica, las diez Palabras que escribió en dos tablas de piedra.

14. Y a mí me mandó entonces Adonai que os enseñase los preceptos y normas que vosotros deberíais poner en práctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión.

Advertencia contra la idolatría

15. Tened mucho cuidado de vosotros mismos: puesto que no visteis figura alguna el día en que Adonai os habló en el Horeb de en medio del fuego,

16. no vayáis a pervertiros y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea: figura masculina o femenina,

17. figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo,

18. figura de alguno de los reptiles que serpean por el suelo, figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo de la tierra.

19. Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. Eso se lo ha repartido Adonai tu Di-s a todos los pueblos que hay debajo del cielo,

20. pero a vosotros os tomó Adonai y os sacó del horno de hierro, de Egipto, para que fueseis el pueblo de su heredad, como lo sois hoy.

21. Por culpa vuestra Adonai se irritó contra mí y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la tierra buena que Adonai tu Di-s te da en herencia.

22. Yo voy a morir en este país y no pasaré el Jordán. Vosotros en cambio lo pasaréis y poseeréis esa tierra buena.

23. Guardaos, pues, de olvidar la alianza que Adonai vuestro Di-s ha concluido con vosotros, y de haceros alguna escultura o representación de todo lo que Adonai tu Di-s te ha prohibido;

24. porque Adonai tu Di-s es un fuego devorador, un Di-s celoso.

25. Cuando hayas engendrado hijos y nietos y hayáis envejecido en el país, si os pervertís y hacéis alguna escultura de cualquier representación, si hacéis lo malo a los ojos de Adonai tu Di-s hasta irritarle,

26. pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra que desapareceréis rápidamente de esa tierra que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán. No prolongaréis en ella vuestros días, porque seréis completamente destruidos.

27. Adonai os dispersará entre los pueblos y no quedaréis más que unos pocos, en medio de las naciones adonde Adonai os lleve.

28. Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombre, de madera y piedra, que ni ven ni oyen, ni comen ni huelen.

29. Desde allí buscarás a Adonai tu Di-s; y le encontrarás si le buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.

30. Cuando estés angustiado y te alcancen todas estas palabras, al fin de los tiempos, te volverás a Adonai tu Di-s y escucharás su voz;

31. porque Adonai tu Di-s es un Di-s misericordioso: no te abandonará ni te destruirá, y no se olvidará de la alianza que con juramento concluyó con tus padres.

32. Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido desde el día en que Di-s creó al hombre sobre la tierra: ¿Hubo jamás desde un extremo a otro del cielo palabra tan grande como ésta? ¿Se oyó semejante?

33. ¿Hay algún pueblo que haya oído como tú has oído la voz del Di-s vivo hablando de en medio del fuego, y haya sobrevivido?

34. ¿Algún dios intentó jamás venir a buscarse una nación de en medio de otra nación por medio de pruebas, señales, prodigios y guerra, con mano fuerte y tenso brazo, por grandes terrores, como todo lo que Adonai vuestro Di-s hizo con vosotros, a vuestros mismos ojos, en Egipto?

35. A ti se te ha dado a ver todo esto, para que sepas que Adonai es el verdadero Di-s y que no hay otro fuera de él.

36. Desde el cielo te ha hecho oír su voz para instruirte, y en la tierra te ha mostrado su gran fuego, y de en medio del fuego has oído sus palabras.

37. Porque amó a tus padres y eligió a su descendencia después de ellos, te sacó de Egipto personalmente con su gran fuerza,

38. desalojó ante ti naciones más numerosas y fuertes que tú, te introdujo en su tierra y te la dio en herencia, como la tienes hoy.

39. Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Adonai es el único Di-s allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.

40. Guarda los preceptos y los mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que Adonai tu Di-s te da para siempre.

Las ciudades de refugio al oriente del Jordán

41. Moisés reservó entonces tres ciudades allende el Jordán, al oriente,

42. a las que pudiera huir el homicida que hubiera matado a su prójimo sin querer, sin haberle odiado anteriormente, y huyendo a una de estas ciudades, salvara su vida.

43. Eran éstas, para los rubenitas, Béser, en el desierto, en la Altiplanicie; para los gaditas, Ramot en Galaad; para los manasitas, Golán en Basán.

Moisés recapitula la promulgación de la ley

44. Esta es la ley que expuso Moisés a los israelitas.

45. Estos son los estatutos, preceptos y normas que dictó Moisés a los israelitas a su salida de Egipto,

46. al otro lado del Jordán, en el valle próximo a Bet Peor, en el país de Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón, aquel a quien Moisés y los israelitas habían batido a su salida de Egipto,

47. y cuyo país habían conquistado, así como el país de Og, rey de Basán, - los dos reyes amorreos del lado oriental del Jordán,

48. desde Aroer, que está situada al borde del valle del Arnón, hasta el monte Siryón (esto es, el Hermón) -

49. con toda la Arabá del lado oriental del Jordán, hasta el mar de la Arabá, al pie de las laderas del Pisgá.