Marcos 14 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)El complot para prender a Jesús1. Y ERA la pascua, y los dias de los panes sin levadura dos dias despues, y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas como le prenderian por engaño, y le matarian. 2. Y decian: No en el dia de la fiesta, porque no se haga alboroto del pueblo. Jesús es ungido en Betania3. Y estando él en Bethania en casa de Simon el leproso, y sentado á la mesa, vino una mujer teniendo un vaso de alabastro de ungüento de nardo espique de mucho precio, y quebrando el alabastro se lo derramó en la cabeza. 4. Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho esta perdicion de ungüento? 5. porque podia esto ser vendido por mas de trescientos denarios, y darse á los pobres. Y bramaban contra ella. 6. Mas Jesus dijo: Dejadla: ¿por qué la fatigais? buena obra me ha hecho: 7. que siempre tendreis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podreis hacer bien: mas á mí no siempre me tendreis: 8. esta, lo que pudo, hizo: porque ha prevenido á ungir mi cuerpo para la sepultura: 9. de cierto os digo, que donde quiera que fuere predicado este Evangelio en todo el mundo, tambien esto que ha hecho esta, será dicho para memoria de ella. Judas ofrece entregar a Jesús10. Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, vino á los príncipes de los sacerdotes, para entregarsele. 11. Y ellos oyéndolo se holgaron, y prometieron que le darian dineros. Y buscaba oportunidad como le entregaria. Institución de la Cena del Señor12. Y EL primer dia de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban la pascua, sus discípulos le dicen: ¿Dónde quieres que vamos á aparejarte, para que comas la pascua? 13. Y envia dos de sus discípulos, y les dice: Id á la ciudad, y os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua, seguidle; 14. y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde tango que comer la pascua con mis discípulos? 15. Y él os mostrará un gran cenadero aparejado, aderezad para nosotros allí. 16. Y fueron sus discípulos, y vinieron á la ciudad, y hallaron como les habia dicho, y aderezaron la pascua. 17. Y llegada la tarde, vino con los doce. 18. Y como se sentaron á la mesa, y comiesen, dice Jesus: De cierto os digo, que uno de vosotros, que come conmigo, me ha de entregar. 19. Entonces ellos comenzaron á entristecerse, y á decirle cada uno por sí: ¿Seré yo? y el otro: ¿Seré yo? 20. Y él respondiendo, les dijo: Uno de los doce que moja conmigo en el plato: 21. á la verdad el Hijo del hombre va, como está de él escrito: mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es entregado! bueno le fuera, si no fuera nacido el tal hombre. 22. Y estando ellos comiendo, tomó Jesus el pan, y bendiciendo partió, y les dió, y dijo: Tomad, comed, esto es mi cuerpo. 23. Y tomando el vaso, habiendo dado gracias, les dió; y bebieron de él todos. 24. Y les dice: Esto es mi sangre del Nuevo Testamento, que por muchos es derramada: 25. de cierto os digo, que no beberé mas del fruto de la vid hasta aquel dia, cuando lo beberé nuevo en el reino de Dios. Jesús anuncia la negación de Pedro26. Y como hubieron cantado el himno, se salieron al monte de las Olivas. 27. Jesus entonces les dice: Todos sereis escandalizados en mi esta noche, porque escrito está: Heriré al pastor, y serán derramadas las ovejas: 28. mas despues que haya resucitado, iré delante de vosotros á Galiléa. 29. Entonces Pedro le dijo: Aunque todos sean escandalizados, mas no yo. 30. Y le dice Jesus: De cierto te digo, tú, hoy, esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31. Mas él mucho mas decia: Si me fuere menester morir contigo, no te negaré. Tambien todos decian lo mismo. Jesús ora en Getsemaní32. Y VIENEN al lugar que se llama Gethsemane, y dice á sus discípulos: Sentáos aquí, entre tanto que oro. 33. Y toma consigo á Pedro, y á Jacobo, y á Juan, y comenzó á atemorizarse, y á angustiarse. 34. Y les dice: De todas partes está triste mi alma hasta la muerte: esperad aquí, y velad. 35. Y yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró, que si fuese posible, pasase de él aquella hora: 36. y dijo: Abba, Padre, todas las cosas son á tí posibles: traspasa de mí este vaso: empero no lo que yo quiero, sino lo que tú. 37. Y vino, y los halló durmiendo; y dice á Pedro: ¿Simon, duermes? ¿no has podido velar una hora? 38. velad, y orad, no entreis en tentacion: el espíritu á la verdad es presto, mas la carne enferma. 39. Y volviéndose á ir, oró, y dijo las mismas palabras. 40. Y vuelto, los halló otra vez durmiendo: porque los ojos de ellos estaban cargados, y no sabian que responderle. 41. Y vino la tercera vez, y les dice: Dormid ya, y descansad: basta: la hora es venida: hé aquí, el Hijo del hombre es entregado en manos de los pecadores: 42. levantáos, vamos: hé aquí, el que me entrega está cerca. Arresto de Jesús43. Y luego, aun hablando él, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha compañía con espadas y bastones, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y de los ancianos. 44. Y el que le entregaba les habia dado señal comun, diciendo: Al que yo besare, aquel es: prendedle, y llevadle seguramente. 45. Y como vino, se llegó luego á él, y le dice: Maestro, Maestro, y le besó. 46. Entonces ellos echaron en él sus manos, y le prendieron. 47. Y uno de los que estaban allí, sacando el cuchillo, hirió al siervo del sumo pontífice, y le cortó la oreja. 48. Y respondiendo Jesus, les dijo: ¿Como á ladron, habeis salido con espadas y con bastones á tomarme? 49. cada dia estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me tomasteis. Mas, para que se cumplan las Escrituras. 50. Entonces dejándole todos sus discípulos huyeron. El joven que huyó51. Empero un mancebillo le seguia cubierto de una sábana sobre el cuerpo desnudo; y los mancebillos le prendieron. 52. Mas él, dejando la sábana, se huyó de ellos desnudo. Jesús ante el concilio53. Y TRAJERON á Jesus al sumo pontífice; y se juntaron á él todos los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos, y los escribas. 54. Empero Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo pontífice; y estaba sentado con los servidores, y calentándose al fuego. 55. Y los príncipes de los sacerdotes, y todo el concilio, buscaban algun testimonio contra Jesus, para entregarle á la muerte: mas no hallaban. 56. Porque muchos decian falso testimonio contra él: mas sus testimonios no concertaban. 57. Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo: 58. Nosotros le hemos oido decir: Yo derribaré este templo, que es hecho de manos, y en tres dias edificaré otro hecho sin manos. 59. Mas ni aun así se concertaba el testimonio de ellos. 60. El sumo pontífice entonces, levantándose en medio, preguntó á Jesus, diciendo: ¿No respondes algo? ¿qué atestiguan estos contra tí? 61. Mas él callaba, y nada respondió. El sumo pontífice le volvió á preguntar, y le dice: ¿Eres tú el Cristo, Hijo del Bendito? 62. Y Jesus le dijo: Yo soy; y vereis al Hijo del hombre asentado á la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo. 63. Entonces el pontífice, rasgando sus vestidos, dijo: ¿Qué mas tenemos necesidad de testigos? 64. oido habeis la blasfemia: ¿qué os parece? Y ellos todos le condenaron ser culpado de muerte. 65. Y algunos comenzaron á escupir en él, y cubrir su rostro, y á darle bofetadas, y decirle: Profetiza. Y los servidores le herian de bofetadas. Pedro niega a Jesús66. Y estando Pedro en el palacio abajo, vino una de las criadas del sumo pontífice; 67. y como vió á Pedro que se calentaba, mirándole, dice: Y tú con Jesus el Nazareno eras. 68. Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que te dices. Y se salió fuera á la entrada, y cantó el gallo. 69. Y la criada viéndole otra vez, comenzó á decir á los que estaban allí: Este es de ellos. 70. Mas él negó otra vez. Y poco despues otra vez los que estaban allí, dijeron á Pedro: Verdaderamente eres de ellos; porque eres Galiléo, y tu habla es semejante. 71. Y él comenzó á anatematizarse y jurar: No conozco á este hombre que decis. 72. Y el gallo cantó la segunda vez; y Pedro se acordó de las palabras que Jesus le habia dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces: y comenzó á llorar. |