Significado de REY, REALEZA Según La Biblia | Concepto y Definición

REY, REALEZA Significado Bíblico

¿Qué Es REY, REALEZA En La Biblia?

Monarca masculino de una unidad territorial importante; en especial, alguien cuya posición es hereditaria y gobierna de por vida. El reino incluye posición, oficio y dignidad correspondientes a un rey. Aunque no se lo designa de este modo, el primer rey mencionado en la Biblia es Nimrod (Gén 10:8-10), constructor de una ciudad mesopotámica que llegó a tener un poderoso imperio (quizás la Babilonia inicial). Durante los primeros tiempos de Abraham se mencionan otros diez reyes (Gén 14:2-9). Uno de ellos fue Melquisedec, el rey de Salem. En Gén 17:6 Dios le prometió a Abraham que de él descenderían naciones y reyes. La Biblia da evidencia del surgimiento de reyes entre diversos grupos de pueblos cananeos, egipcios y mesopotámicos.
En el antiguo Cercano Oriente, los reyes eran de tres clases fundamentales:
(1) reyes de las naciones grandes a los que, a menudo, se los identifica con un dios (por ej. de Asiria, de Babilona y de Egipto);
(2) reyes que provenían de un círculo militar exclusivo y habían tomado por la fuerza el control de una población local (por ej. los reyes de las ciudades cananeas), y
(3) reyes que surgían de grupos con orientación tribal o familiar cuya elección o herencia para el reinado estaba, en parte, determinada por la voluntad del pueblo (por ej. Israel, Edom, Moab y Amón).
Transición de jueces a reyes
Los jueces dirigieron a Israel desde la época de Josué hasta la de Saúl. La naturaleza de su liderazgo fue temporaria y localizada, y su función principal consistía en encabezar las regiones de Israel amenazadas por alguna fuerza exterior hasta que dicha amenaza desapareciera. Durante este período, Israel se hallaba más unida por el pacto que tenía con Dios que por el gobierno.
A medida que Israel se fue estableciendo en Canaán, el pueblo comenzó a asimilar diversos aspectos de la cultura cananea, y la confianza plena solo en Yahvéh para el bienestar y la seguridad comenzó a declinar. Esto, unido a la amenaza de los filisteos a todas las tribus de Israel, ponía en peligro la existencia del pueblo. Muchos comenzaron a sentir la necesidad de un liderazgo hereditario y totalitario para hacer frente a la amenaza (1Sa 8:5; 1Sa 8:20; comp. Jue 8:22-23).
Saúl fue el primer líder de la nación. Fue ungido sobre Israel como el nagid de Israel (1Sa 11:15; 1Sa 13:1; 1Sa 15:1; 1Sa 15:11; 1Sa 15:35; 1Sa 17:55; 1Sa 18:6; 1Sa 18:22; 1Sa 18:25; 1Sa 18:27; 1Sa 19:4; 1Sa 24:8; 1Sa 26:17; 1Sa 29:3; 2Sa 5:25; 1Cr 11:2). Saúl fue un líder carismático con características muy similares a los jueces. Israel continuó siendo una liga tribal. Saúl no estableció ningún centro gubernamental, no tuvo corte real ni ejército permanente, y su asiento en Gabaa era una fortaleza y no un palacio.
Lo significativo en cuanto al liderazgo de Saúl es que, por primera vez después del asentamiento en Canaán, Israel tuvo un líder militar nacional permanente. Este fue un importante paso en la transición del sistema de jueces al establecimiento de la monarquía.
David también fue una figura muy semejante a los jueces con una personalidad carismática. Un profeta lo designó líder del mismo modo que se había procedido con los jueces y con Saúl antes de él.
No obstante, el liderazgo davídico representa la segunda etapa de la transición. A diferencia de Saúl, David fue capaz de fusionar a las tribus de Israel y formó una nación con lealtad a la corona, pudo establecer y mantener una corte, y constituir un ejército permanente. Lo que había sido una débil unión de doce tribus se convirtió en un complejo imperio centrado en la persona de David. Debido a su personalidad carismática y a su capacitación divina, David pudo concretar la unión de las tribus del norte y del sur (algo que, aparentemente, Saúl no fue capaz de hacer). David capturó Jerusalén y la convirtió en el centro religioso y político de Israel. La población cananea de Palestina estaba sujeta al rey. Las tierras subyugadas le pagaban tributo a David y no a las tribus en forma individual.
Cuando David le traspasó el poder del reinado a su hijo Salomón, se completó la transición del sistema de jueces al monárquico. El concepto común de rey consiste en una persona cuya posición es hereditaria y gobierna de por vida. Estas condiciones se cumplieron por primera vez cuando Salomón heredó el trono de David.
Funciones y poderes del rey
El rey oficiaba como líder militar (1Re 22:29-36) y juez supremo (1Re 3:16-28). Israel, a diferencia de algunas naciones vecinas, imponía limitaciones al poder de sus reyes (1Sa 28:10-18). Era normal que los ancianos de la nación realizaran un pacto con el rey (2Sa 5:3; 2Re 11:17) donde se registraban los derechos y las obligaciones del monarca, y se depositaba en el santuario, probablemente durante la ceremonia de la unción (1Sa 10:25). Se entendía claramente que el rey no estaba exento de cumplir con las leyes civiles (1Re 21:4) ni que era señor absoluto de la vida y de la muerte, poder que David asumió al mandar a asesinar a Urías (2Sa 11:1-27; comp. asesinato de Nabot en manos de Acab en 1Re 21:14-18; también 2Re 5:7; 2Re 6:26-33). La denuncia profética de ciertos reyes demuestra que estaban sujetos a la ley (2Sa 12:1-15; 1Re 21:17-24; comp. Deu 17:14-20).
La corte del rey
Los oficiales incluidos en la corte del rey eran la guardia (2Re 11:4), el general del ejército (1Sa 14:50; 2Sa 8:16), el cronista (2Sa 8:16), el secretario o escriba (2Sa 8:17; 2Re 18:18), el jefe administrativo que dirigía a los doce oficiales de distrito (1Re 4:5; comp. vv. 1Re 4:7-19), el mayordomo de palacio (1Re 4:6; 1Re 18:3; 2Re 18:18; Isa 22:15), el supervisor del trabajo forzado (2Sa 20:24; 1Re 4:6; 1Re 5:13-17; 1Re 11:28; comp. las traducciones modernas del término tributo), el amigo del rey (2Sa 15:37; 1Re 4:5; 1Cr 27:33), el consejero (2Sa 15:12), el guarda de las vestiduras (2Re 22:14), los oficiales a cargo de las granjas reales (1Cr 27:25-31), los sacerdotes (2Sa 8:17; 2Sa 20:25; 1Re 4:4) y los profetas (1Sa 22:5; 2Sa 7:2; 2Sa 12:25; 2Sa 24:10-25).
Salomón introdujo un sistema de impuestos a fin de recaudar los ingresos necesarios para mantener una corte de ese tamaño. La corte de Saúl era sencilla y no requería gran sustento financiero, en tanto que David dependía de los botines de guerra (2Sa 8:1-14). Salomón dividió la nación en doce distritos, cada uno de los cuales fue responsable de mantener a la corte durante un mes al año (1Re 4:7-19; 1Re 4:27-28).
Otro ingreso para la corte del rey eran las propiedades reales (1Cr 27:25-31; 2Cr 26:10; 2Cr 32:27-29) y el trabajo forzado (2Sa 20:24; 1Re 4:6; 1Re 11:28). Salomón también recaudaba ingresos de un peaje carretero impuesto a las rutas comerciales que atravesaban Israel (1Re 10:15), la venta de caballos y carros (1Re 10:28-29), una flota mercante (1Re 9:26-28) y, según evidencias arqueológicas, probablemente de minas de cobre.
Dios como rey
La fe de Israel incluía la confesión de que Dios era, en definitiva, su Rey. Algunos eruditos de la actualidad consideran que el pacto entre Dios e Israel registrado en Jos 24:1-33, es un acuerdo real entre el rey y el pueblo (Éxo 19:6; Núm 23:21; Deu 33:5; Jue 8:23; 1Sa 8:7; 1Sa 12:12). El que ya en Gén 17:6; Gén 35:11; Gén 49:10 y Núm 24:17-19 se haya profetizado el reino indica que Dios no consideraba que el reinado humano fuera inherentemente malo ni contrario a Su voluntad para Israel. Lo que a Dios le desagradó fue la manera, el momento y la motivación con que Israel exigió un rey (comp. 1Sa 8:5-8; 1Sa 12:12; Jue 8:22-23). El rey terrenal obtenía su autoridad de parte de Dios como ungido de Jehová (1Sa 16:6; 2Sa 1:14) o capitán o príncipe del Señor (1Sa 9:16; 1Sa 10:1; 1Sa 13:14). Muchos salmos hablan de Dios como Rey (Sal 24:1-10; Sal 93:1-5; Sal 95:1-11; Sal 96:1-13; Sal 97:1-12; Sal 98:1-9). Ver Reino de Dios.

Phil Logan y E. Ray Clendenen

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