Significado de SACRIFICIO HUMANO Según La Biblia | Concepto y Definición

SACRIFICIO HUMANO Significado Bíblico

¿Qué Es SACRIFICIO HUMANO En La Biblia?

Matanza ritual de uno o más seres humanos para satisfacer a un dios. Se practicaba ampliamente en muchas culturas de la antigüedad. Aunque es difícil establecer la frecuencia de la práctica, los rituales se realizaban por diversos motivos. Por ej., antes del 2000 a.C. tanto egipcios como sumerios mataban esclavos y posiblemente familiares para enterrarlos con los reyes fallecidos y permitir así que aquellos que los habían servido o habían vivido junto al difunto lo acompañaran al reino de los muertos. En la Mesopotamia, y tal vez en otros lugares, los restos de animales y de seres humanos ofrecidos en sacrificio se depositaban en los cimientos de las construcciones para proteger el edificio de poderes malignos. El pasaje de 1Re 16:34 posiblemente refleje esa práctica.
En el AT, Jefté sacrificó a su hija como cumplimiento de un voto, aunque es claro que el incidente no establece una norma (Jue 11:30-40). En el siglo IX a.C., el rey Mesa de Moab ofreció a su propio hijo como holocausto, probablemente al dios nacional Quemos, sobre los muros de la ciudad capital que estaba sitiada por Israel y Judá (2Re 3:27). El hecho fue tan espantoso que se levantó el sitio. Aunque la ley israelita prohibía expresamente el sacrificio humano (Lev 18:21; Lev 20:2-5), hay continuas referencias a esa práctica, especialmente entre el 800 y el 500 a.C. Tanto Acaz como Manasés ofrecieron en sacrificio a sus propios hijos en tiempos de riesgo nacional (2Re 16:3; 2Re 21:6). Los sacrificios se llevaban a cabo en el Valle de Hinom, que protegía Jerusalén al sur y al oeste. Una parte del valle tenía por nombre Tofet, término que derivaba de la palabra para lugar de sacrificio, lugar para quemar. Aparentemente, Tofet era un sitio ritual al aire libre donde se ofrecían sacrificios a Moloc. Este nombre con frecuencia aparece asociado a sacrificios humanos. En la Biblia y en otras fuentes, el nombre Moloc parece haberse usado de dos maneras: como nombre o título de un dios a quien se le ofrecían sacrificios (1Re 11:7) y como un tipo específico de sacrificio que implicaba consumación total de una persona, por lo general un niño, por medio del fuego. El AT parece reflejar ambos usos del término. Tanto Ezequiel como Jeremías condenan esos sacrificios como abominación a Dios (Jer 7:31-32; Jer 19:5-6; Eze 16:20-21; Eze 20:31). Josías profanó Tofet como parte de su reforma para que “ninguno pasase su hijo o su hija por fuego a Moloc” (2Re 23:10).
Estas prácticas, ajenas al culto a Jehová, seguramente fueron adoptadas por Israel por influencia de los pueblos circundantes. Las evidencias directas de sacrificio humano durante el primer milenio a.C. provienen de dos culturas con las que Israel tenía contacto: la colonia fenicia de Cartago y los arameos. Los cartagineses sacrificaban niños al dios Kronos en tiempos de calamidad debidos a guerras, hambrunas o plagas. Se han excavado pozos llenos de huesos de niños y de animales con piedras inscriptas que indicaban que eran sacrificios a Moloc. Los arameos de Gozán al noroeste de la Mesopotamia sacrificaban seres humanos al dios Hadad. Es interesante observar que los habitantes de Sefarvaim, un pueblo dominado por los arameos, fueron deportados a Palestina en el 721 a.C. por Sargón II; ellos quemaban a sus niños como sacrificio a Adramelec y Anamelec (2Re 17:31). No obstante, Jeremías afirmó que el sacrificio humano jamás estuvo en la mente de Jehová (Jer 19:5). Ver Moloc.

Thomas V. Brisco

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