Significado de SELÉUCIDAS Según La Biblia | Concepto y Definición

SELÉUCIDAS Significado Bíblico

¿Qué Es SELÉUCIDAS En La Biblia?

Descendientes de Seleuco, uno de los generales de Alejandro Magno. Luego de la muerte de este en el 323 a.C., el reino se dividió entre cinco de sus principales comandantes. Seleuco eligió la parte oriental del imperio en las inmediaciones de la ciudad de Babilonia. Durante los años siguientes hubo gran confusión. Seleuco se vio forzado a abandonar Babilonia por un tiempo y buscar refugio junto a su amigo Ptolomeo, soberano de Egipto, con la ayuda del cual pudo recuperar el control de Babilonia. La fecha importante es el 312 a.C. El calendario sirio comienza en esa fecha.
La situación general permaneció sin cambios hasta la batalla de Ipso en el 301 a.C. En ese enfrentamiento, cuatro de los generales, incluido Seleuco, lucharon contra Antígono, que se había convertido en uno de los más poderosos y decía ser rey sobre gran parte de Asia Menor y el norte de Siria. Antígono fue asesinado en batalla y su territorio se le entregó a Seleuco junto con un cargo en la tierra de Palestina. Sin embargo, Ptolomeo asumió el control de Palestina y sus sucesores la retuvieron por más de 100 años. Esto causó una seria disputa entre los dos imperios durante todo este período.
Seleuco fue asesinado en el 281 a.C. Antíoco I, su hijo, asumió el gobierno e hizo las paces con los egipcios. Durante todo su reinado buscó consolidarse en el poder, pero esos años fueron en su mayoría un tiempo de guerras y luchas intensas. Al morir en el 262 o al comienzo del 261 a.C., su hijo Antíoco II se convirtió en rey (261–246 a.C.). Durante los primeros años de Antíoco II, el conflicto con Egipto continuó. Cuando ambas naciones concretaron la paz en el 253 a.C., Ptolomeo le ofreció su hija por esposa presuponiendo que este abandonaría a la primera. La meta era que el hijo que naciera de ese matrimonio se convirtiera en gobernante del Imperio Seléucida y cimentara las relaciones entre ambos. Sin embargo, no resultó así y Antíoco murió en el 246 a.C. tal vez asesinado por su primera esposa.
El hijo mayor de Antíoco, Seleuco II, fue nombrado rey. Gobernó hasta su muerte en el 226 a.C.; sin embargo, algunos sirios se unieron a Egipto para apoyar al hijo pequeño de la segunda esposa de Antíoco. El ejército egipcio no pudo llegar a tiempo a la zona para defender al niño y Seleuco recuperó el control del territorio gobernado por su padre, control que se había perdido luego de su muerte. En el 241 a.C. se logró nuevamente la paz entre los seléucidas y Egipto. Cuando Seleuco murió como resultado de una caída del caballo, su hijo Alejandro se convirtió en rey y adoptó el nombre Seleuco III. Fue asesinado en el 223 a.C. y lo sucedió su hijo Antíoco III, conocido como Antíoco el Grande (223–187 a.C.).
Con la muerte de Antíoco Epífanes, la situación de los seléucidas se tornó caótica. De allí en más, siempre hubo varios individuos poderosos peleando por la corona. Lisias había quedado a cargo del cuidado del joven hijo de Epífanes. Estaba seguro de que al morir el rey, el hijo pronto lo sucedería en el trono. Pero antes de morir, el monarca evidentemente había designado a Felipe, un amigo cercano procedente de Oriente, para que fuese el rey. Felipe volvió a Antioquía, la capital de Siria, lo que obligó a Lisias a abandonar sus esfuerzos para reprimir la revolución judía. En su anhelo por conseguir la paz les otorgó libertad religiosa a los judíos. Lisias pudo desbaratar el intento de Felipe y Antíoco V reinó durante un corto tiempo (164–162 a.C.).
Demetrio, el joven hijo de Seleuco IV, era rehén en Roma. El deseo de retornar a su casa luego de la muerte del padre le fue denegado. Cuando Antíoco IV murió en el 162 a.C., Demetrio logró escapar de Roma y huyó a Siria. Se hizo proclamar rey y ordenó matar a Lisias y a Antíoco V. Permaneció en el trono hasta el 150 a.C. En estos años intentó calmar la revuelta judía y consolidar y expandir su posición en Oriente.
Apareció entonces un fuerte rival: Alejandro Balas. Este decía ser hijo ilegítimo de Antíoco Epífanes. En el 153 a.C., el senado romano lo reconoció como rey de Siria, aunque probablemente sabía que su afirmación era falsa. Ambos rivales hicieron grandes promesas a los judíos para conseguir su respaldo. Jonatán, el líder judío, apoyó a Alejandro quien, en el 150 a.C., venció a Demetrio, que murió durante la batalla. Alejandro reinó hasta el 145 a.C. respaldado inicialmente por el soberano de Egipto, quien le otorgó a su hija en matrimonio. Cuando Ptolomeo se enteró de que Alejandro planeaba matarlo, se puso en su contra, se llevó a la hija y la ofreció en matrimonio al joven hijo de Demetrio. Tras ser vencido en batalla por Ptolomeo, Alejandro huyó a Arabia, donde fue asesinado. El hijo de Demetrio, Demetrio II, fue proclamado rey (145–139 y 129–125 a.C.).
Dado que necesitaba el apoyo de los judíos, Demetrio les otorgó libertad política durante los primeros años de su reinado. Trifón, uno de sus generales, respaldaba al joven hijo de Alejandro Balas que reclamaba el trono como lo había hecho Antíoco VI (145–142 a.C.). Trifón ordenó asesinar a Antíoco y se hizo proclamar rey (142–139 a.C.). Demetrio II fue tomado prisionero en una campaña contra los partos, y su hermano Antíoco VII (139–128 a.C.) se convirtió en rey. Venció a Trifón, quien luego se suicidó. Antíoco hizo un último esfuerzo por interferir en la vida de los judíos. En el 133 a.C. invadió Judea y sitió Jerusalén durante casi un año. Finalmente, él y Juan Hircano llegaron a un acuerdo de paz que garantizaba la independencia de los judíos de la intervención siria. Antíoco lideró una campaña contra los partos en la que murió.
Con la muerte de Antíoco VII, los seléucidas dejaron de ser un factor relevante en la vida política del mundo al este del Mediterráneo. Si bien Demetrio fue liberado por los partos y reasumió su función como rey, ni él ni ningún otro logró consolidar el poder imperial. Los años subsiguientes estuvieron colmados de conflictos internos que agotaron los recursos del imperio, y en menos de 50 años al menos diez personas intentaron gobernar. En el 83 a.C., el rey de Armenia tomó posesión de Siria y el reinado de los seléucidas llegó a su fin. Ver Intertestamentario, Período.

Clayton Harrop

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