7 Claves Vitales Para Una Excelente Predicación

7 Claves Vitales Para Una Excelente Predicación

De todas las cosas que los líderes cristianos necesitan saber, creo que una de las más importantes es la comunicación efectiva. Una de las razones principales es porque no importa en que área de liderazgo estamos trabajando, siempre vamos a tener que comunicarnos con otros. De todas las profesiones que puedo pensar, un líder cristiano generalmente tiene que pararse en frente de las personas por lo menos dos veces a la semana y muchas veces más. Esto significa que, un líder cristiano en promedio presentará un mensaje o lección por lo menos 104 veces al año. Con este número de presentaciones se me ocurre pensar que el cristiano en un rol de liderazgo podría ser el mejor en presentaciones públicas, mejor que cualquier otro conferencista, incluyendo oradores de motivación o política.

Para ayudarnos a convertirnos en los mejores oradores, me gustaría ofrecerles 7 claves vitales para una gran predicación:

1. Conéctate con tu audiencia. La primera clave que me gustaría dar es la importancia de conectarse con su audiencia. Por definición, la comunicación es la habilidad de establecer un terreno en común entre el conferenciante y la audiencia. De manera que un predicador sabio estructurará su material de tal manera que se conectará con la audiencia. Cuando tú te conectas con la audiencia les estás pidiendo a ellos su permiso para hablarles. Cuando recibes su permiso, entonces estás más apto para motivarlos a la acción.

He aquí algunas maneras en las que te puedes conectar con tu audiencia:

  • Ponte en sus zapatos. Las personas van a escuchar a las personas con las cuales se pueden relacionar. Si pueden ver que el conferencista es como ellos, van a escucharle. Al presentar al conferencista, asegúrate de mostrarte relacionable. Vístete como ellos si es aceptable. Relaciona tus puntos centrales con cosas que son relevantes en sus vidas.
  • Habla en un lenguaje que sea congruente con tu audiencia. El lenguaje y la elección de palabras son muy importantes. Si hablas un lenguaje muy refinado a una audiencia que no tiene esa base, hablarás por sobre su capacidad y los perderás. Si hablas a la gente por debajo de su nivel, también los vas a perder. La idea es hablar en un nivel que la mayoría de las personas vayan a comprender.

2. Sé consciente de la meta del hablar en público.- El segundo consejo que me gustaría sugerir es que estés consciente de la meta del hablar en público. Cuando digo hablar en público quiero decir enseñar en clase, predicar mensajes, etc. Si tendríamos que preguntar a la mayoría de las personas cuál es la meta del hablar en público, la mayoría podría decir que es enseñar algo. La verdad del asunto es que la meta de hablar en público no es enseñar algo. John Maxwell comparte una declaración que establece muy claramente la diferencia entre un comunicador y un educador: «Un comunicador toma algo difícil y lo hace fácil de comprender, y un educador toma algo fácil de comprender y lo hace difícil». Como comunicador, tu meta es hacer que las cosas sean simples de modo que las personas puedan vivirlas. El resultado final de toda comunicación es que los oyentes hagan algo, cualquier cosa que implique cambiar sus acciones para estar más comprometidos. La meta debe ser que ellos hagan algo.

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Claves Para Una Buena Predicación

Cuando nuestra meta en la predicación es que nuestros oyentes hagan algo, entonces tendremos los siguientes resultados:

  • No estarás tan preocupado en cómo te ves, sino que te preocuparás de ver lo que los oyentes están haciendo.
  • Evaluarás y cambiarás tu mensaje constantemente, basado en si los oyentes hacen o no hacen lo que están aprendiendo.
  • Trabajarás más arduamente para hacer que la lección pueda ser aplicable en la vida de tus estudiantes.
  • Ganarás credibilidad a los ojos de los estudiantes.

3. Combate las 5 mentiras más grandes del hablar en público. Una de las herramientas más grandes que he encontrado para ayudarme a ser un mejor orador público ha sido comprender las 5 falsedades más grandes en las cuales la mayoría de los oradores públicos creen. La mayoría de los oradores públicos creen ingenuamente en 5 falsedades comunes, y debido a ello no logran conectarse con su audiencia. A continuación están las 5 mentiras comunes y sus antídotos:

Mentiras acerca de tu audiencia

  • Las personas están ansiosas por escuchar lo que tengo que decir
  • Las personas están interesadas en los asuntos que tengo para compartir
  • Las personas usan y comprometen su imaginación mientras estoy hablando
  • Las personas pueden recordar todo lo que dije
  • Las personas entienden con claridad lo que yo quiero que hagan

La verdad acerca de tu audiencia

  • Las personas están aburridas a menos que les des una razón para no estar aburridas
  • Las personas están interesadas en sus propios asuntos a menos que les des una razón para estar interesadas en los tuyos
  • A las personas les falta imaginación
  • Las personas tienen poca memoria
  • Generalmente, las personas no tiene idea de qué hacer a continuación

Respuesta al problema

  • Crea un fuego: dales algo que capte su atención
  • Crea un puente: Conecta sus necesidades con el tema
  • Dales una ventana para mirar a través de ella: Dales ilustraciones claras.
  • Dales una cesta para que junten todos los puntos importantes: dales una manera de organizar y memorizar esos puntos.
  • Dales un cartel: dales pasos con acciones específicas.
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CLAVES PARA PREDICAR

 

4. Dale a tu audiencia los tres componentes básicos de la predicación efectiva. Con el paso de los años he descubierto tres componentes básicos de la comunicación efectiva, cosas que trato de dar a mi audiencia cada vez que presento un mensaje en público.

  • Dales algo para agarrar.- Yo generalmente intento captar el intelecto de mi audiencia. Nuestra meta como predicadores no es necesariamente enseñarles algo que ya saben, sino lograr involucrar su intelecto en el mensaje que se está compartiendo. Como resultado de esta meta, yo deseo traer más elementos en la enseñanza de simples versículos bíblicos. Cosas como artículos recientes que sostienen la enseñanza, interesantes hechos científicos, citas de personas conocidos, etc. Todos estos elementos añaden credibilidad a tu mensaje. Si yo puedo agarrarlos por el lado intelectual, hay mejores opciones de que ellos capten lo que quiero que capten.
  • Dales algo para sentir.- No se trata de atrapar simplemente el intelecto, sino que también debes tocar sus corazones. Si no tocas sus corazones, no lograrás hacer que respondan al mensaje que has preparado. Trata de compartir historias, ejemplos, experiencia personal, testimonios que has escuchado, parábolas (historias creadas), etc. Las personas generalmente recuerdan tus historias, no tus datos.
  • Dales algo para hacer.- Es sorprendente la cantidad de personas que enseñan simplemente para dar información. Compartir un mensaje sin dar una acción que ellos deban hacer, es como hornear un pastel, ponerlo en una vitrina y no comerlo. El pastel ha sido hecho para comerlo, así como el propósito del mensaje es poner a las personas en acción.

5. Pasa tiempo desarrollando tu mensaje en el horno de la reflexión.- Me gusta esta comparación, porque un horno no es un microondas. Un microondas cocina rápidamente las cosas, mientras que un horno permite que los sabores de determinada comida puedan manifestarse correctamente, sin dar un salto directo a los resultados finales. Muchas veces, cuando preparamos mensajes, no le damos al mensaje el tiempo que le permita estar bien desarrollado. Mi sugerencia es la siguiente: Prepara el mensaje con tiempo de anticipación, para que puedas añadir ilustraciones y ejemplos de la vida durante la semana.

  • Prepara los temas de tus mensajes por lo menos con dos semanas de adelanto.
  • Mientras piensas en tu mensaje, lleva un pedazo de papel contigo para que puedas anotar ilustraciones, ayudas, historias, etc.
  • Haz un bosquejo detallado de lo que puedes utilizar, como un marco para la creatividad. Ten algo sólidamente desarrollado y después añade los elementos creativos.

6. Consolida tus puntos claves con ilustraciones e historias convincentes.- Las personas piensan en imágenes, no en palabras, y generalmente las personas recuerdan las historias y no los hechos o la presentación. Los predicadores efectivos unen sus puntos clave con imágenes visuales impactantes. Si miras las enseñanzas de Jesús, te vas a dar cuenta que muchas veces, él contó historias para ilustrar Su punto.

Jedd Medefind y Eric Lokkesmoe, en su libro «El comunicador revolucionario», describen muy bien el contar historias, con la siguiente cita: «Las buenas historias hacen posible la predicación efectiva y los hechos no significan casi nada a menos que sean parte de una historia.»

Aquí hay algunos puntos del libro «El comunicador revolucionario» para ayudarte en este aspecto:

  • El contar historias no es una parte de tu enseñanza, sino la médula espinal de tu enseñanza.
  • Jesús no enseñó nada que no sea por medio de parábolas.
  • Jesús nos dejó un solo sermón e incontables parábolas.
  • Ninguna otra forma de comunicación se disfruta más que las historias.
  • Ninguna otra forma de comunicación hace que las personas quieran escuchar lo que tienes que decir tanto como las historias.
  • El narrador de la historia proporciona no sólo nueva información, sino que ofrece también un marco completo para que la información pueda integrarse a la vida del que escucha.

7. Usa el estilo comunicativo de hacer preguntas.- Una de las formas más utilizadas por Jesús para predicar, fue mediante el hacer preguntas. Pareciera como que Él pocas veces respondía las preguntas de las personas de manera directa, sino que hacía más preguntas. Como predicadores, deberíamos seguir el modelo que Jesús nos dio porque al hacer preguntas, estamos invitando a los que nos escuchan a ser parte del proceso de aprendizaje.

Algunas razones importantes del por qué deberíamos hacer preguntas:

  • Ellas obligan a los oyentes a utilizar su creatividad para encontrar soluciones.
  • Ellas obligan al oyente a unirse y comprometerse con el proceso de aprendizaje.
  • Ellas ayudan al oyente a recordar los puntos clave de la enseñanza.
  • Ellas hacen más fácil el trabajo del predicador.

Tipos de preguntas que deberías hacer cuando estás predicando:

  • Preguntas abiertas. Preguntas cuyas respuestas no sean un si o no.
  • Preguntas que obliguen al oyente a definir términos en sus propias palabras.
  • Preguntas para examinarse uno mismo. Preguntas que colocan al oyente en el centro mismo del asunto.
  • Preguntas de reflexión. Preguntas que obligan a las personas a comunicar el asunto a otras personas, de manera clara e inteligente.

Conclusión: Es nuestro trabajo como predicadores, hacer lo mejor para dominar el arte de la comunicación efectiva. Mientras mejor lo hacemos, más oportunidades tendremos de transformar vidas.

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