¿Cómo Promover Confianza e Intimidad en la Comunicación?

¿Cómo Promover Confianza e Intimidad en la Comunicación?

«¡…DECIR LO CORRECTO EN EL MOMENTO OPORTUNO!» (Proverbios 15:23 NTV)

Según una nueva investigación neurológica de gran trascendencia, puedes «entrenarte» a hablar y a escuchar de tal modo que estimule la empatía y la confianza en el celebro de tu interlocutor. ¡Fíjate en lo valioso que puede ser esto en la comunicación! A continuación damos unos principios probados que te ayudarán:

1) Respira hondo y estírate antes de hablar.

Cuando estás manejando una situación tensa, es esencial mantener la calma. El estrés suele generar tensión, la tensión nos lleva a la ira, y la ira nos impide expresar nuestro punto de vista como conviene. Para evitarlo, tómate unos momentos para respirar hondo y cuenta hasta cinco despacio. Es sabido que estirar los músculos del cuello y bostezar producen cambios en el cerebro que hacen mejorar ost ensiblemente la capacidad de comunicación. Fuimos hechos «maravillosamente complejos…» (Salmo 139:14 NTV).

2) Contempla pensamientos alentadores.

«Cuales son sus pensamientos íntimos, tal es él…» (Proverbios 23:7). Todo pensamiento negativo que albergues puede interferir con las partes de tu cerebro que se usan en el proceso de lenguaje, escuchar y hablar, las cuales pueden conducir a que la otra persona se ponga a la defensiva y recelosa. Ciertas investigaciones neurológicas descubrieron que tener pensamientos positivos acerca de tu interlocutor, o de ti, o del tema a tratar puede ayudarte a rendir más en tus relaciones personales y laborales.

3) Séllalo con una sonrisa. El rostro refleja los sentimientos.

«Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes» (Génesis 31:2). Se hicieron estudios que demostraron que los recuerdos agradables y el pensar en seres queridos crean expresiones faciales que transmiten bondad, compasión e interés, potenciando de esa manera la confianza y la apertura de las personas con quienes nos relacionamos.

«…LOS DICHOS SUAVES… [SON]… MEDICINA…» (Proverbios 16:24)

Para tener una comunicación efectiva:

1) Usa «la ventana de los ojos».

El contacto visual estimula los circuitos del cerebro relacionados con las relaciones sociales, disminuye la hormona del estrés e incrementa la hormona de la empatía. Al mirar a la otra persona a la cara enseguida vas a poder responder a las siete expresiones faciales fundamentales: ira, temor, tristeza, aversión, sorpresa, menosprecio y felicidad. Ésas son las claves; úsalas.

2) Expresa reconocimiento.

Las primeras palabras pronunciadas marcan la pauta para el resto de la interacción. Un pequeño cumplido puede fomentar la confianza. Un estudio de la Universidad Loyola concluyó que cuando dos interlocutores están de acuerdo, la interacción es mutuamente satisfactoria. Por el contrario, los desacuerdos hacen que el oyente se ponga a la defensiva. Así que comienza cada conversación con un cumplido, y termínala con palabras que expresen reconocimiento genuino. Hay estudios que demuestran que los comentarios hechos al final de una conversación son especialmente efectivos porque se quedan en la mente del interlocutor. «Panal de miel son los dichos suaves, suavidad para el alma y medicina para los huesos» (Proverbios 16:24).

3) Sé breve.

Nuestra mente consciente sólo retiene un poquito de información, que «se expulsa» de la memoria tan pronto como llegan nuevos datos. Así que es mejor decir una frase o dos, y luego darse un respiro. «Sean pocas tus palabras» (Eclesiastés 5:2). Si crees que es necesaria una larga conversación, házselo saber a la otra parte por ade lantado. Eso le dispondrá a estar atento y no hacer caso a la intromisión de sus propios pensamientos.

«QUE VUESTRA CONVERSACIÓN SEA SIEMPRE AMENA Y DE BUEN GUSTO. ASÍ SABRÉIS CÓMO RESPONDER A CADA UNO» (Colosenses 4:6 CST)

Promover la confianza y la intimidad en la comunicación requiere:

1) Esforzarte por crear esa confianza.

Ésta no es un derecho; es un privilegio que ganas al demostrar que eres digno de ella. No hacemos mucho caso a los políticos que dicen ‘Podéis contar conmigo’, a menos que hayan cumplido con lo que prometieron antes. El baremo de Jesucristo para la confianza fue «…creedme por las mismas obras» (Juan 14:11). Ciertos estudios de psicología social indican que hablar despacio y con amabilidad incrementa la receptividad en el oyente y su respeto por ti. El tono de voz es muy importante. La Universidad de Houston llevó a cabo una investigación que concluyó que si se baja el tono de voz y se habla despacio el int erlocutor responde con mayor apertura y confianza. Estas conclusiones han ayudado a los oncólogos a presentar malas noticias a los pacientes de modo más empático. Cuando los médicos hablan más despacio y bajan el tono de voz, los pacientes los perciben como que se preocupan más y son más compasivos. La Biblia llama a esto «la respuesta suave» (Proverbios 15:1), y también funcionará si tú lo aplicas.

2) Entrenar tu cerebro a saber escuchar.

Escuchar debidamente no es fácil, porque tendemos a centrarnos en nosotros mismos y nuestros intereses, dirigidos por nuestros monólogos internos. Hay estudios que demuestran que la persona media interrumpe a su oyente antes de que éste acabe. Hasta los médicos, que han sido entrenados para saber escuchar con el fin de obtener información médica importante, tienden a interrumpir a los pacientes después de 23 segundos, mucho antes de que éstos hayan expresado lo que necesitan. Entrénate a prestarle atención a la otra persona, sus palabras, sus expresiones faciales y su lenguaje corporal. En pocas semanas podrás llegar a ser un comunicador en quien confía la gente.