Versículos Bíblicos

Dos personas estudiando versículos sobre el evangelismo personal

37 Versículos Poderosos Para El Evangelismo Personal

0
Textos Maravillosos de La Biblia Para El Evangelismo Personal Hoy día recordé a un momento en mi vida que marcó un antes y un después...

Árticulos Nuevos

5-caracteristicas-de-la-iglesia-primitiva-segun-la-biblia

5 Caracteristicas de la Iglesia Primitiva En La Biblia

0
La Iglesia Primitiva: Una Iglesia de Oración (Hechos 1:14) Los discípulos se reunían unánimes. Este término, que ocurre once veces en los Hechos, es una...
Figura en manto azul con texto sobre la traducción de un término asociado con María

María: ¿Una Virgen o Una Mujer Joven? ¿Cuál es la traducción...

0
Hoy quiero hablar e intentar explicar uno de los pasajes más importantes y discutidos de toda la Biblia: Me refiero al versículo de Isaías...


Mateo 27 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

Jesús ante Pilato

1. Venida la mañana, tomaron consejo todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo contra Jesús, de modo de darle muerte.

2. Y atándole le llevaron y le entregaron a Pondo Pilato, el gobernador.

Muerte de Judas

3. Entonces Judas que lo había entregado, viendo que había sido condenado, arrepentido, devolvió las treinta monedas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,

4. diciendo: Pequé entregando sangre inocente. Ellos dijeron: ¿Qué nos importa? Tú verás (v. 24).

5. Y arrojando las monedas de plata en el santuario, se retiró; y fué y se ahorcó.

6. Mas los principales sacerdotes, tomando las monedas de plata dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro sagrado, porque es precio de sangre.

7. Y tomando consejo, compraron con ellas el campo del alfarero para sepultura de los extranjeros.

8. Por eso aquel campo fué llamado "Campo de sangre" hasta el día de hoy. (Hechos 1:19, 20).

9. Entonces fué cumplido lo dicho por Jeremías el profeta, diciendo: Y tomaron las piezas de plata, el precio del estimado, como lo valuaron algunos de los hijos de Israel,

10. y las dieron por el campo del alfarero, así como me mandó el Señor.

Pilato interroga a Jesús

11. Jesús estuvo ante el gobernador y le preguntó el gobernador, diciendo: ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le respondió: Tú lo dices.

12. Y al ser acusado él por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió.

13. Entonces le dice Pilato: ¿No oyes cuántas cosas declaran contra ti?

14. Y no le respondió una palabra, de suerte que se maravillaba mucho el gobernador.

Jesús sentenciado a muerte

15. En cada fiesta acostumbraba el gobernador soltar a la muchedumbre un preso, el que ellos querían.

16. Tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás.

17. Estando pues ellos reunidos, díjoles Pilato: ¿A cuál queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, el dicho Cristo?

18. porque sabía que por envidia le habían entregado.

19. Sentado él en el tribunal, le envió a decir su mujer: No tengas nada que ver con aquel justo, porque padecí mucho hoy en sueños a causa de él.

20. Mas los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las gentes que pidiesen a Barrabás, y que a Jesús le hiciesen perecer.

21. Respondióles el gobernador: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Ellos dijeron: A Barrabás.

22. Díceles Pilato: ¿Qué pues haré de Jesús, el dicho Cristo? Dícenle todos: ¡Sea crucificado!

23. El gobernador dijo: ¿Qué mal pues hizo? Pero ellos gritaban más y más, diciendo: ¡Sea crucificado!

24. Viendo Pilato que nada adelantaba, y que al contrario se hacía más alboroto, tomando agua, se lavó las manos en presencia de la muchedumbre, diciendo: Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.

25. Y respondió todo el pueblo: ¡Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos!

26. Entonces les soltó a Barrabás; y después de haber azotado a Jesús le entregó para que fuese crucificado.

27. Entonces los soldados del gobernador, llevando a Jesús al pretorio, le rodearon con toda la cohorte ;

28. y desnudándole, le envolvieron con un manto rojo;

29. y entretejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su derecha, y doblando la rodilla ante él, le escarnecían, diciendo: ¡Salud, rey de los judíos!

30. Y escupiendo en él, tomaron la caña y le golpeaban en la cabeza.

31. Y después que le hubieron escarnecido, le despojaron del manto rojo, y le vistieron con sus vestidos, y le llevaron V crucificarlo.

Crucifixión y muerte de Jesús

32. Al salir, hallaron a un hombre cireneo, por nombre Simón; a éste requirieron para que llevase la cruz de él.

33. Y llegados a un lugar» llamado Gólgota, es decir, lugar de la calavera,

34. le dieron a beber vinagre mezclado con hiél, mas gustándolo no quiso beberlo. (Sal. 69:21).

35. Habiéndole crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes, a fin que fuese cumplido lo dicho por el profeta: Repartiéronse entre sí mis vestidos, y sobre mi túnica echaron suerte.

36. Y sentados le guardaban allí.

37. Y pusieron encima de su cabeza su causa escrita: Este es Jesús el rey de los judíos.

38. Entonces fueron crucificados con él dos bandidos, uno a la diestra y otro a la izquierda.

39. Los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza

40. y diciendo: Tú que derribas el templo y en tres días lo edificas, sálvate a ti mismo. Si hijo eres de Dios, desciende de la cruz.

41. Igualmente también los principales sacerdotes, burlándose con los escribas y ancianos, decían:

42. A otros salvó, y a sí mismo no se puede salvar. Si es rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.

43. Ha confiado en Dios; líbrele ahora, si le quiere, pues dijo: De un Dios soy hijo.

44. Lo mismo también los bandidos que fueron crucificados con él, le injuriaban.

45. Desde la hora de sexta se hizo tinieblas sobre toda la tierra, hasta la nona.

46. Cerca de la hora de nona clamó Jesús con grande voz, diciendo:"¡Eli! ¡Eli! lama sabactani!" esto es, ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿por qué me desamparaste? (Sal. 22, 1).

47. Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: A Elias llama éste.

48. Y al instante corriendo uno de ellos y tomando una esponja, y empapándola en vinagre, y poniéndola en una caña, le daba de beber;

49. y los otros decían: Deja, veamos si viene Elias a salvarlo.

50. Y Jesús, de nuevo clamando con grande voz, entregó el espíritu.

51. Y he aquí, el velo del templo fué rasgado en dos, de arriba abajo; y la tierra fué sacudida, y las rocas fueron hendidas ;

52. y los sepulcros fueron abiertos, y muchos cuerpos de los santos que estaban durmiendo fueron despertados;

53. y saliendo de los sepulcros, después del despertamiento de él, entraron en la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

54. El centurión y los que con él guardaban a Jesús, al ver el terremoto y las cosas que sucedieron, fueron muy espantados, diciendo: Verdaderamente hijo de un Dios era éste.

55. Estaban allí, mirando de lejos, muchas mujeres, las cuales siguieron a Jesús desde Galilea, sirviéndole,

56. entre las cuales María, la de Magdala, y María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Jesús es sepultado

57. Al caer la tarde, vino un hombre rico, de Arimatea, llamado José, quien también se había hecho discípulo de Jesús.

58. Este, acercándose a Pilato, pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que fuese entregado.

59. Y tomando el cuerpo, José lo envolvió en una sábana limpia,

60. y lo puso en el nuevo sepulcro suyo que había cavado en la peña, y haciendo rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fué.

61. Estaban allí María, la de Magdala, y la otra María, sentadas en frente del sepulcro.

La guardia ante la tumba

62. Al día siguiente al de la Preparación, acudieron los principales sacerdotes y los fariseos a Pilato,

63. diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, estando en vida: Después de tres días, seré despertado.

64. Manda pues que sea asegurado el sepulcro hasta el día tercero, no sea que vengan los discípulos y lo hurten, y digan al pueblo: Fué despertado de los muertos, y será el postrer engaño peor que el primero.

65. Díjoles Pilato: Tenéis guardia, id y tomad medidas de seguridad, como sabéis.

66. Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra, con la guardia.