Lucas 23 - Nueva Biblia Española (1975)Jesús ante Pilato1. Ellos dijeron: ¿Qué falta hacen más testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca. 2. Se levantó toda la asamblea, condujeron a Jesús a presencia de Pilato 3. y empezaron la acusación diciendo: Hemos comprobado que éste anda agitando a nuestra nación, oponiéndose a que se paguen tributos al César y diciendo que él es Mesías y rey. 4. Pilato lo interrogó: ¿Tú eres el rey de los judíos? El le contestó declarando: Tú lo estás diciendo. 5. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: No encuentro ninguna culpa en este hombre. Jesús ante Herodes6. Ellos insistían: Alborota al pueblo con su enseñanza por todo el país judío; empezó en Galilea y ha llegado hasta aquí. 7. Pilato, al oírlo, preguntó si era galileo; 8. al enterarse de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo remitió a éste, que precisamente estaba en Jerusalén por aquellos días. 9. Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento; hacía ya tiempo que estaba deseoso de verlo por lo que oía de él, y esperaba verle hacer algún milagro. 10. Le hizo numerosas preguntas, pero Jesús no le contestó palabra. 11. Estaban allí los sumos sacerdotes y los letrados acusándolo con vehemencia. 12. Herodes, con su guardia, lo trató con desprecio, le hizo poner un manto espléndido para burlarse de él y se lo remitió a Pilato. Jesús sentenciado a muerte13. Aquel día se hicieron amigos Herodes y Pilato, que antes se llevaban muy mal. 14. Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo, 15. y les dijo: Me han traído ustedes a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pues bien, yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en él ninguna de las culpas de que lo acusan; 16. Herodes tampoco, porque nos lo ha devuelto. Ya ven que no ha cometido nada que merezca la muerte, 17. así que le daré un escarmiento y lo soltaré. 18. Pero ellos gritaron todos a una: 19. ¡Fuera ése! Suéltanos a Barrabás. 20. (A este último lo habían metido en la cárcel por cierta rebelión acaecida en la ciudad y un homicidio). 21. Pilato volvió a dirigirles la palabra con intención de soltar a Jesús. 22. Pero ellos seguían gritando: ¡A la cruz, a la cruz con él! 23. El les dijo por tercera vez: Y ¿qué ha hecho éste de malo? No he encontrado en él ninguna culpa que merezca la muerte, así que le daré un escarmiento y lo soltaré. 24. Ellos insistían a gritos en que lo crucificara, y el griterío iba creciendo. 25. Pilato decidió que se hiciera lo que pedían: Crucifixión y muerte de Jesús26. soltó al que reclamaban (al que habían metido en la cárcel por revuelta y homicidio) y a Jesús lo entregó a la voluntad de ellos. 27. Mientras lo conducían, echaron mano de un tal Simón de Cirene que volvía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. 28. Lo seguía gran gentío del pueblo y muchas mujeres que se golpeaban el pecho y gritaban lamentándose por él. 29. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí; lloren mejor por ustedes y por sus hijos, 30. porque miren que van a llegar, días en que digan: "Dichosas las estériles, los vientres que no han parido y los pechos que no han criado". 31. Entonces pedirán a los montes: "Desplómense sobre nosotros", y a las colinas: "Sepúltennos"'; 32. porque si con el leño verde hacen esto, con el seco, ¿qué irá a pasar? 33. Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él. 34. Cuando llegaron al lugar llamado "La Calavera", los crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a su derecha y otro a su izquierda. 35. Jesús decía: Padre, perdónalos, que no saben lo que se hacen. Se repartieron sus ropas echando suertes" 36. El pueblo lo presenciaba. Los jefes, por su parte, comentaban con ironía: A otros ha salvado; que se salve él si es el Mesías de Dios, el Elegido. 37. También los soldados se acercaban para burlarse de él y le ofrecían vinagre 38. diciendo: si eres tú el rey de los judíos sálvate. 39. Además, tenía puesto encima un letrero: el rey de los judíos es éste. 40. Uno de los malhechores crucificados lo escarnecía diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros. 41. Pero el otro lo reprendió: ¿Ni siquiera tú, sufriendo la misma pena, tienes temor de Dios? 42. Y la nuestra es justa, nos dan nuestro merecido; en cambio, éste no ha hecho nada mal. 43. Y añadió: Jesús, acuérdate de mí cuando vuelvas como rey. 44. Jesús le respondió: Te lo aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso. 45. Era ya eso de mediodía, cuando se oscureció el sol y toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. 46. La cortina del santuario se rasgó por medio. 47. Jesús gritó muy fuerte: Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu. Y dicho esto, expiró. 48. Viendo lo que sucedía, el capitán confesó: Realmente este hombre era inocente. 49. La muchedumbre que había acudido al espectáculo, al presenciar lo ocurrido, se volvió a la ciudad dándose golpes de pecho. Jesús es sepultado50. Sus conocidos se mantenían a distancia, y también las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, y que estaban mirando. 51. Un senador de nombre José, persona buena y honrada, 52. No se había adherido ni a la decisión ni a la acción de los judíos; era natural de Arimatea, pueblo de Judea, y aguardaba él reinado de Dios. 53. Este acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. 54. Lo descolgó, lo envolvió en una sábana y lo puso en un sepulcro cavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía. 55. Era día de preparativos y ya comenzaba el sábado. 56. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea fueron detrás para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo. |