Isaías 40:18 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Isaías 40:18 | Comentario Bíblico Online

Reprende aquí el profeta: 1. A los que hacían imágenes y después decían de ellas que se parecían a Dios, por lo que les rendían homenaje. 2. A los que ponían a las criaturas en el lugar de Dios, las temían o amaban más que a Dios. Dos veces les lanza aquí el reto: «¿A qué haréis semejante a Dios?» (v. Isa 40:18); y de nuevo (v. Isa 40:25): «A quién, pues, me haréis semejante?» Esto muestra lo absurdo: (A) De hacer imágenes visibles del Invisible, y pensar que la imagen está henchida de deidad; (B) de tener el mismo afecto a las criaturas que al Creador. La gente orgullosa se hace a sí misma igual a Dios; la gente codiciosa hace a su dinero igual a Dios; y todo aquello que estimamos o amamos, tememos o esperamos, más que a Dios, lo estamos igualando a Dios, lo cual es la mayor afrenta que se puede imaginar. Ahora pues, para mostrar lo absurdo de esto:

1. El profeta describe a los ídolos como dignos del mayor desprecio (vv. Isa 40:19, Isa 40:20): «Fíjate en el mejor de ellos, hecho de metal no precioso, con la figura que al artífice le plugo darle, y dorado o cubierto con planchas de oro, a fin de que pase como imagen de oro macizo. ¡Es un ser creado! Lo hizo un artesano; por tanto, no es Dios (Ose 8:6). Es un puro engaño, incluso en su hechura, pues aunque sea de oro por fuera, por dentro es de plomo o de cobre, y representan así a las deidades, que no eran lo que parecían ser. El que busca tal dios es, a veces, tan pobre que no puede pagar por una imagen de metal y se contenta con una de madera que no se apolille y no le importa su figura con tal que no se tambalee. ¿Cómo pueden imaginarse estos idólatras que dioses de tan baja estofa les vayan a traer algún beneficio? Pero véase también cómo nos avergüenzan a nosotros, que adoramos al único Dios vivo y verdadero: ellos no regatean esfuerzo ni dinero para servir a sus ídolos; nosotros escatimamos lo que gastamos en el servicio de nuestro Dios.

2. El profeta describe a Dios como infinitamente grande y digno de la mayor veneración. Para mostrar la grandeza de Dios, apela:

(A) A lo que de Él se sabe de oídas (v. Isa 40:21): «¿No lo habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio?, es decir, por una tradición que tiene su origen en el comienzo mismo de la humanidad. Las mismas cosas creadas ya nos dicen por sí mismas algo del eterno poder y de la divinidad del Ser Supremo (Rom 1:20). Cielo y tierra están bajo Su dominio, pues Él (v. Isa 40:22) está sentado sobre el círculo de la tierra (comp. con Pro 8:27). Dice Slotki: «Los antiguos veían la tierra como un disco circular, cubierto con el firmamento que tenía la figura de un dosel abovedado». Y prosigue Isaías (v. Isa 40:22): «Él (Dios) extiende los cielos como una cortina» (hebr. doq, de material fino). El firmamento azul era para los antiguos una cortina que Dios descorría por la noche para que se viesen las estrellas, y la volvía a correr al llegar el nuevo día.

(B) A la pequeñez del hombre delante de Dios (vv. Isa 40:22-24): «Los moradores de la tierra son como langostas» (v. Isa 40:22), pequeños y fáciles de aplastar. Si los espías se vieron a sí mismos como langostas frente a los hijos de Anac (Núm 13:33), ¿qué seremos nosotros delante del gran Dios? Las langostas viven poco tiempo y despreocupadamente (no como las hormigas); así viven la mayoría de los hombres. Los que actúan contra la voluntad de Dios, por grandes que sean o parezcan, serán abatidos por la poderosa mano de Dios (vv. Isa 40:23, Isa 40:24). Su vida y su poder son tan efímeros (v. Isa 40:24) que apenas puede decirse que hayan sido plantados o sembrados, que son las dos maneras de propagar las plantas: por simiente y por esqueje. Apenas surgidos a la vida, se secan y el torbellino se les lleva como hojarasca.

(C) A la visión del cielo estrellado (v. Isa 40:26): «Levantad en alto vuestros ojos y mirad, ¿quién creó estas cosas?», es decir, los astros. Los idólatras, al levantar sus ojos al cielo, veían los astros, pero no veían más allá de ellos y los adoraban (Deu 4:19). Pero es el Creador quien los saca y cuenta su ejército, como un general saca los batallones de su ejército y les pasa revista; a todas las estrellas, a cada una de ellas llama por sus nombres, las conoce una por una (comp. con Sal 147:4). Ni una faltará «para responder a la llamada para que cumpla con su quehacer diario» (Slotki). Dice Moriarty: «La mención de las estrellas, el ejército del cielo, parece suponer una alusión al culto de las estrellas que se practicaba en Babilonia. Tal culto no tenía razón de ser para un israelita, que sabía que las estrellas habían sido creadas por Dios y dependían de Él».

Isaías 40:18 explicación
Isaías 40:18 reflexión para meditar
Isaías 40:18 resumen corto para entender
Isaías 40:18 explicación teológica para estudiar
Isaías 40:18 resumen para niños
Isaías 40:18 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí