Estudio Bíblico | Explicación de Salmos 69:30 | Comentario Bíblico Online
Aquí el salmista, como tipo de Cristo y como ejemplo para los cristianos, concluye con santo gozo y alabanza un salmo que había comenzado con quejas y protestas por sus aflicciones.
1. Se pone a alabar a Dios (vv. Sal 69:30, Sal 69:31): «Alabaré el nombre de Dios, no sólo con el corazón, sino también con cántico, lo ensalzaré con acción de gracias» (lit.). Y esto agradará a Jehová, por medio de Cristo, que es el Mediador de nuestras alabanzas lo mismo que de nuestras oraciones, más que el más valioso de los sacrificios legales (31), sacrificio de buey. Esto es una insinuación de que, en la era del Evangelio, se había de poner fin, no sólo a los sacrificios de expiación, sino también a los de alabanza y acción de gracias que estaban instituidos en la ley ceremonial; en lugar de ellos, habían de ser aceptados los sacrificios de alabanza y de beneficencia (Heb 13:15, Heb 13:16). Es un gran consuelo para nosotros el que humildes y agradecidas alabanzas complazcan a Dios más que los más costosos y pomposos sacrificios que jamás hayan existido.
2. Estimula a otras personas buenas a regocijarse en Dios y seguir buscándole (vv. Sal 69:32, Sal 69:33): «Lo verán los oprimidos y se gozarán». Verán: (a) Cuán presto está Dios a escuchar a los pobres cuando claman a El y a darles lo que le piden. (b) La exaltación de nuestro Salvador, pues de Él ha estado hablando el salmista, y de sí mismo como tipo de Cristo.
3. Convoca a todas las criaturas a alabar a Dios (v. Sal 69:34): A los cielos, a la tierra, al mar y a todo lo que se contiene en ellos. Todo el Universo debe alabar a Dios por los favores que dispensa a su Iglesia y a su pueblo escogido (vv. Sal 69:35, Sal 69:36), pues Dios salvará a Sion, el santo monte, donde se le rendía culto, y reedificará las ciudades de Judá. En su sentido literal, el lenguaje se parece al de Isa 65:9. En sentido típico, puede aplicarse al fruto de la redención llevada a cabo por el Salvador, quien verá descendencia y vivirá por largos días (Isa 53:10), con todos los que aman su nombre (v. Sal 69:36), hasta que se complete el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia.
