Significado de HAGEO, LIBRO DE Según La Biblia | Concepto y Definición

HAGEO, LIBRO DE Significado Bíblico

¿Qué Es HAGEO, LIBRO DE En La Biblia?

Uno de los llamados Profetas Menores (también llamados “los Doce”). Compuesto por cuatro mensajes del profeta a la comunidad posexílica de Judá y a sus líderes, el gobernador Zorobabel y el sumo sacerdote Josué. La fecha precisa de los mensajes se determina según el año del gobernante persa y el mes y el día del calendario judío.
Cronología de Hageo y Zacarías
29 de agosto del 520 a.c. , primer mensaje de Hageo (Hag 1:1-11)
21 de septiembre del 520, se reanuda la edificación del templo (Hag 1:12-15)
17 de octubre del 520, segundo mensaje de Hageo (Hag 2:1-9)
Octubre-noviembre del 520, comienzo del ministerio de Zacarías (Zac 1:1-6)
18 de diciembre del 520, tercer y cuarto mensaje de Hageo (Hag 2:10-23)
15 de febrero del 519, visiones nocturnas de Zacarías (Zac 1:7-21; Zac 2:1-13; Zac 3:1-10; Zac 4:1-14; Zac 5:1-11; Zac 6:1-8)
12 de marzo del 515, finaliza la reconstrucción del templo (Esd 6:15-18)
Trasfondo histórico
Después de haber conquistado Babilonia en octubre del 539 a.c. , el gobernante persa Ciro había liberado a los judíos para que regresaran del exilio babilónico. También había prometido ayudarlos a reconstruir el templo en Jerusalén que los babilonios habían destruido en el 586 a.c. El primer grupo de aprox. 50.000 exiliados fue dirigido por Sesbasar, a quien se nombró gobernador de la nueva provincia de Judá. A Sanbalat, gobernador de Samaria, no le agradó el nuevo estatus de Judá y aprovechaba constantemente para oponerse a los judíos. Estos además chocaban con los judíos que habían permanecido en Palestina y creían ser el remanente de Dios. Por eso estaban resentidos con los recién llegados que habían ocupado el lugar. La oposición continuó e incluso aumentó durante el reinado de Ciro (539–530 a.c.), Cambises (530–522 a.c.) y Darío (522–486 a.c. ; Esd 4:4-5).
Los cimientos del templo se construyeron razonablemente rápido bajo el liderazgo de Zorobabel, que con el tiempo reemplazó a Sesbasar como gobernador. El éxito inicial no solo causó celebración sino también tristeza al comparar este templo con el de Salomón (Esd 1:1-11; Esd 2:1-70; Esd 3:1-13; Hag 2:3; Zac 4:10). Esta fue la primera señal de que la restauración tal vez no iba a satisfacer por completo los anuncios proféticos de la restauración gloriosa de Israel. Este desánimo, junto con la continua oposición y las preocupaciones personales, los hizo detener la obra hasta que la predicación de Hageo y Zacarías incentivó al pueblo a volver a la tarea con fe (Esd 4:24; Esd 5:1-2).
Mensaje y propósito
Los líderes y el pueblo de Judá habían permitido que la oposición externa, el desánimo y los intereses personales les impidieran completar la tarea de reconstrucción (Hag 1:2-4; Hag 2:3). De modo que ellos y sus ofrendas se habían corrompido y ya no eran agradables al Señor (Hag 2:14). El mandato divino a través de Hageo era que construyeran la casa para santo placer y gloria de Dios (Hag 1:8). El Señor los exhortó a no tener miedo sino a esforzarse y trabajar (Hag 2:4-5). Finalmente, mediante una parábola, Hageo los instruyó sobre la necesidad de consagrarse en forma personal y también consagrar su obra al Señor (Hag 2:11-16). Dios los llamó a reconocer el castigo divino en las penurias que habían experimentado (Hag 1:5-6; Hag 1:9-11; Hag 2:16-17). También informó al pueblo que Dios se iba a complacer y gloriar con la terminación del templo (Hag 1:8), y les aseguró que con la presencia divina iban a triunfar (Hag 1:13-14; Hag 2:4-5). Prometió recompensarlos por la reanudación del trabajo y la dedicación a Él al glorificar el templo y concederles paz (Hag 2:6-9) y bendición (Hag 2:18-19). Finalmente, Dios prometió restaurar el trono davídico en la tierra por medio de un descendiente de Zorobabel (Hag 2:20-23).
Estructura
Los cuatro sermones de Hageo (Hag 1:1-15; Hag 2:1-23) comienzan con una fórmula introductoria para determinar la fecha. Pero la repetición entre los mensajes uno y tres y entre dos y cuatro muestra que el libro tiene una estructura doble. Los mensajes uno y tres aluden a “este pueblo” (Hag 1:2; Hag 2:14) e incluyen dos mandamientos a “meditar” (Hag 1:5; Hag 1:7; Hag 2:15; Hag 2:18). Los mensajes dos y cuatro incluyen la promesa divina “haré temblar los cielos y la tierra” (Hag 2:6; Hag 2:21), y tienen una triple repetición, “dice Jehová de los ejércitos” (Hag 2:4; Hag 2:23). Más aun, los mensajes uno y tres comienzan con una fórmula ya fechada e incluyen el año, el mes y el día; en el tercer mensaje el orden se revierte. Las fórmulas para las fechas al comienzo de los mensajes dos y cuatro solo incluyen el mes y el día; en el cuarto el orden otra vez se revierte. Por último, al final de los mensajes uno y tres se repite la fecha (Hag 1:15; Hag 2:18).
Los primeros dos mensajes tienen que ver con la reconstrucción del templo. Los dos últimos no mencionan el templo en forma explícita pero tratan temas sobre la profanación y la restauración.
Contenido
Mensaje uno: instrucciones para edificar el templo (Hag 1:1-15) La profecía de Dios aparece en los vv. Hag 1:3-11 y la respuesta recibida en vv. Hag 1:12-15.
En el contexto del pacto mosaico y la restauración de Israel de acuerdo a la profecía divina, ellos tendrían que haber percibido el desagrado de Dios hacia ellos por las circunstancias difíciles que estaban atravesando.
El primer mensaje concluye como comenzó, con una fecha que demuestra que la reconstrucción se había vuelto a iniciar 23 días después del mensaje de Hageo (en el texto hebreo el orden de Hag 1:15, o sea, día, mes, año, es un calco de Hag 1:1. Esto demuestra que las dos fechas son parte de la misma sección y enfatizan la comparación entre los días). Si los profetas más antiguos hubieran tenido una respuesta tan positiva, ¡el templo jamás habría sido destruido!
Mensaje dos: promesas de la presencia, la gloria y la paz de Dios (Hag 2:1-9)
El segundo mensaje tuvo lugar durante la fiesta de los tabernáculos (comp. Lev 23:33-43), tres semanas después del inicio de la obra. El día siguiente era el último día de reposo en que Salomón dedicó su templo recién construido en el 959 a.c. (2Cr 7:8-10).
Tras haberlos motivado a trabajar al señalarles realidades pasadas y presentes, el Señor también animó al remanente en los vv. 2Cr 7:6-9 con promesas para el futuro. Estos versículos describen el día del Señor, cuando los impíos serán quitados y las naciones quedarán bajo el dominio divino y llevarán tributo al templo (comp. Isa 60:4-14). De modo que la gloria de este iba a exceder la del templo de Salomón, en especial porque el mismo Señor iba a estar allí. Cuando Jesús apareció en el templo de Herodes se ve un claro cumplimiento parcial de esos versículos (comp. Mat 2:11; Mat 21:12-15; Mat 27:51).
Mensaje tres: limpieza y bendición (Hag 2:10-19)
Dios anuncia que estaba decidido a transformar la desolación de Judá en bendición porque el pueblo se había consagrado a Él. La fecha es tres meses después de iniciar la obra en el templo, justo antes de la siembra de otoño, lo cual explica por qué no quedaban granos en el granero (v. Hag 2:19). Después de la introducción hay un diálogo con los sacerdotes que funciona como parábola (vv. Hag 2:11 b – Hag 2:12-13). En pocas palabras, significa que a diferencia de la santidad, la profanación se puede transmitir por el tacto. Luego la parábola se aplica en los vv. Hag 2:14-19. Israel había sido apartada para Dios. Sin embargo, el pueblo se había corrompido de tal modo por el pecado y la incredulidad que todo lo que hacían era inaceptable para Dios, incluso las ofrendas y la edificación del templo. Solo la gracia divina como respuesta a la humilde consagración del pueblo podría volver a limpiarlos, tal como lo había hecho en el pasado. De modo que tenían la seguridad de que Dios transformaría maldición en bendición y tendrían una cosecha abundante.
Mensaje cuatro: derrota de los gentiles y restauración davídica (Hag 2:20-23)
El Señor promete destruir los reinos de este mundo y establecer un nuevo reino gobernado por un descendiente de David, el Mesías (comp. Eze 39:19-23; Dan 2:44). El Siervo mesiánico recibe el nombre de David en Eze 34:23-24 y Eze 37:24 porque es la simiente davídica, el cumplimiento del pacto davídico. En este pasaje se lo llama Zorobabel, como promesa divina de que el Mesías también sería descendiente de Zorobabel (comp. Mat 1:12-13). El “anillo de sellar” es adecuado como metáfora mesiánica porque se guardaba celosamente como símbolo de autoridad y se usaba para firmar documentos oficiales (comp. Est 8:8). Así como Dios había desechado al rey Joaquín, había colocado a su nieto Zorobabel en Su mano (Jer 22:24).
Significado teológico
Importancia de la reconstrucción. Primero, era una señal de las prioridades del pueblo. Segundo, demostraba que Dios permanecía con el remanente y que Sus promesas de restauración habían comenzado a cumplirse. Tercero, declaraba la gloria de Dios y, como tal, era de Su agrado. Cuarto, servía como vindicación del Señor porque la destrucción había deshonrado Su nombre (Eze 11:23; Eze 37:26-28). Quinto, era una promesa del nuevo pacto y de la era mesiánica (Eze 37:26; Isa 2:2-4; Isa 44:28; Isa 52:1-7; Miq 4:1-4; Mal 3:1). La restauración del templo era señal de que Dios no había revocado Su pacto con Leví ni con David (comp. Jer 33:17-22; Núm 25:11-13; Mal 2:4). Él proporcionaría limpieza y restauración mediante un templo glorioso y un rey mesiánico.
Bosquejo
I. Reconstrucción del templo (Hag 1:1-15; Hag 2:1-9)
A. Mensaje uno: instrucciones para edificar el templo (Hag 1:1-15)
B. Mensaje dos: promesas de la presencia, la gloria y la paz del Señor (Hag 2:1-9)
II. Limpieza del templo y restauración del reino (Hag 2:10-23)
A. Mensaje tres: limpieza y bendición (Hag 2:10-19)
B. Mensaje cuatro: derrota de los gentiles y restauración davídica (Hag 2:20-23)

e. Ray Clendenen

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