Significado de JUICIO DE JESÚS Según La Biblia | Concepto y Definición

JUICIO DE JESÚS Significado Bíblico

¿Qué Es JUICIO DE JESÚS En La Biblia?

Para condenar a muerte a Jesús se utilizaron dos sistemas judiciales combinados. Los líderes religiosos judíos lo acusaban de blasfemia, una ofensa capital según la ley judía (ver Lev 24:16). Dichos líderes manipularon los procedimientos para forzar a Jesús a admitir que era Hijo de Dios (ver Luc 22:66-71). Para ellos, esto constituía una blasfemia.
Los líderes romanos otorgaban a los pueblos conquistados (en este caso, los judíos) el derecho a seguir su propio sistema legal siempre y cuando no abusaran de sus privilegios. Los romanos no les dieron a los judíos el derecho a la pena capital para la acusación de blasfemia, razón por la cual estos tenían que convencer a un juez romano de que su exigencia para aplicar la pena capital era justificada.
El juicio judío
Los líderes judíos estaban decididos a procurar la muerte de Jesús cuando lo llevaron a juicio (ver Luc 22:2; Mar 14:1). Realizaron el juicio judío durante la noche con la esperanza de que los que apoyaban a Jesús estuvieran durmiendo y no pudieran protestar por el arresto. La parte judía del juicio tuvo tres etapas:
(1) presentación ante Anás;
(2) investigación informal hecha por Caifás, y
(3) condena de parte del Sanedrín. Anás era suegro del sumo sacerdote Caifás. Había desempeñado esta función desde el 7 al 15 d.C. y era el miembro más influyente del Sanedrín. Los detalles sobre la entrevista con Anás son pocos (Jua 18:12-14; Jua 18:19-24). El sumo sacerdote mencionado en Jua 18:19 tal vez haya sido Anás. Si fue así, sometió a Jesús a un breve interrogatorio y se lo envió a su yerno Caifás (Jua 18:24).
La reunión con Caifás tuvo lugar en la casa de este (Luc 22:54). Algunos miembros del Sanedrín trabajaron denodadamente para localizar y preparar testigos contra Jesús (Mat 26:59-60). Estos testigos cuidadosamente adiestrados no pudieron concordar en sus testimonios (ver Mar 14:56; comp. Deu 19:15).
Durante esta actividad casi circense, Caifás habló con Jesús y lo puso bajo juramento (Mat 26:63-64). Demandó que le dijera si era el Hijo de Dios. Jesús quizás sintió que el silencio bajo juramento sería una negación de Su origen divino, y declaró que era Hijo de Dios (Mar 14:62) aunque sabía que eso lo conduciría a la muerte. El Sanedrín condenó a Jesús pero no pronunció sentencia (Mar 14:64). Después de que lo condenaron, el grupo comenzó a provocar disturbios. Algunos empezaron a abofetear y escupir a Jesús (Mar 14:65).
Poco después del amanecer, el Sanedrín se reunió nuevamente para condenar formalmente a Jesús (Luc 22:66). La ley judía estipulaba que un veredicto de culpabilidad por un delito capital debía posponerse hasta el día siguiente. La votación para condenarlo se llevó a cabo después del alba, lo cual parecía cumplir dicho requisito.
El procedimiento en esta sesión fue similar al juicio durante la noche. No se presentaron testigos para acusar a Cristo. Jesús nuevamente declaró que era el Hijo de Dios (Luc 22:66-71). El Sanedrín una vez más aprobó la sentencia de muerte y lo llevó ante Pilato para que este lo sentenciara (Luc 23:1).
Los procedimientos de los judíos durante el juicio de Jesús fueron ilegales. La ley judía establecía que un juicio por un delito capital debía realizarse en horario diurno y posponerse hasta el día siguiente si no había finalizado antes del anochecer. Se suponía que los miembros del Sanedrín debían ser jueces imparciales. Las leyes judías prohibían condenar a un acusado en base a su propio testimonio.
El juicio romano
Este juicio tuvo tres etapas:
(1) primera comparecencia ante Pilato;
(2) comparecencia ante Herodes Antipas, y
(3) segunda comparecencia ante Pilato. Los judíos le pidieron a este que aceptara el veredicto contra Jesús sin investigar (Jua 18:29-31). El gobernador se rehusó, pero les permitió aplicar el castigo máximo según la ley de ellos, que probablemente consistía en golpearlo con varas o encarcelarlo. Ellos insistieron en la pena capital.
Los judíos sabían que Pilato no tomaría con seriedad la acusación de blasfemia, de modo que inventaron tres acusaciones adicionales contra Jesús que sí le interesarían a un gobernador romano (Luc 23:2). Pilato se interesó solo en la que decía que Jesús declaraba ser rey ya que parecía traición. Y para los romanos no existía mayor delito.
Pilato interrogó a Jesús lo suficiente como para convencerse de que no representaba un rival político para César (Jua 18:33-37). Regresó ante los judíos y anunció que no creía que Jesús fuera una amenaza para Roma y que por lo tanto no merecía la muerte (Jua 18:38). Los judíos respondieron con acusaciones vehementes contra las acciones de Jesús en Judea y Galilea (Luc 23:5). Cuando Pilato supo que Jesús era de Galilea, lo envió ante Herodes Antipas, que gobernaba en esa región y que en ese momento se encontraba en Jerusalén (Luc 23:6-12). Este quiso que Jesús lo entretuviese con un milagro. Jesús no pronunció una sola palabra ante él. El rey y sus soldados se mofaron de Jesús y lo ridiculizaron hasta que finalmente lo enviaron de nuevo a Pilato.
Cuando Herodes lo envió de regreso ante el gobernador romano, este anunció que seguía considerando que Jesús era inocente de las acusaciones de traición. Intentó liberarlo en tres ocasiones. En primer lugar ofreció castigar o golpear a Jesús y luego dejarlo libre (Luc 23:16). Luego propuso liberar a Jesús o a un revolucionario radical llamado Barrabás. Para sorpresa de Pilato, la multitud reclamó la liberación de este último (Luc 23:17-19). En tercer lugar ofreció azotar a Jesús. Los soldados flagelaron la espalda desnuda de Jesús con un látigo de cuero. Este látigo tenía trozos de hierro o huesos sujetos a los extremos de las correas. Luego, a modo de burla, Pilato le presentó como rey a la multitud a un Jesús sangrante con una corona de espinas y un manto púrpura. Esperaba que este espectáculo los llevara a tener piedad de Jesús y liberarlo. La multitud volvió a pedir a gritos la crucifixión (Jua 19:4-6).
Cuando Pilato pareció dudar nuevamente en cuanto a crucificar a Jesús, los judíos amenazaron con informar de su conducta al César (Jua 19:12). Esto hizo que Pilato reaccionara. Después de lavarse las manos simbólicamente respecto de todo ese asunto (Mat 27:24), entregó a Jesús para que fuera crucificado (Jua 19:16). Ver Anás; Caifás; Ley romana; Pilato, Poncio; Sanedrín.

Thomas D. Lea

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