Significado de LUCAS, EVANGELIO DE Según La Biblia | Concepto y Definición

LUCAS, EVANGELIO DE Significado Bíblico

¿Qué Es LUCAS, EVANGELIO DE En La Biblia?

Tercer libro del NT y el más extenso. Es la primera parte de una obra de dos volúmenes dedicada al “excelentísimo Teófilo” (Luc 1:3; Hch 1:1). El libro de los Hechos es la continuación de Lucas donde el autor explica “todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba” (Hch 1:1-2).
Autoría
Aunque el autor de Lucas-Hechos nunca mencionó su nombre, evidentemente era amigo y compañero de viaje de Pablo. En las secciones de Hechos donde utiliza los verbos en primera persona del plural (Hch 16:10-17; Hch 20:5-15; Hch 21:1-18; Hch 27:1-44; Hch 28:1-16), el autor de la narración aparentemente se unió a Pablo para hacer los viajes. Mediante un proceso de eliminación, la persona con más probabilidades de reunir estas características es “Lucas, el médico amado” (Col 4:14).
La tradición en cuanto a la autoría lucana es impactante, y se remonta a la iglesia primitiva. Las listas y descripciones antiguas de los libros del NT que datan de entre el 160 y 190 d.C. concuerdan en que Lucas, médico y compañero de Pablo, escribió el Evangelio que lleva su nombre. Ya desde el 185 d.C., muchos de los primeros padres de la iglesia aceptaron inmediatamente a Lucas como autor del tercer Evangelio.
En vista de que la tradición de la iglesia primitiva aceptó unánimemente atribuirle el tercer Evangelio a Lucas, el peso de la prueba cae sobre aquellos que argumentan contra la autoría lucana. Ver Hechos, Libro de los; Lucas.
Fecha y lugar de escritura
El libro de Hechos termina abruptamente cuando Pablo está cumpliendo el segundo año de arresto domiciliario en Roma. Por lo general, los eruditos concuerdan en que arribó a Roma aprox. en el 60 d.C. Esto hace que el libro de los Hechos se haya escrito como mínimo alrededor del 61 o 62 d.C., y que el Evangelio se escribiera poco antes de eso. Luc 19:41-44 y Luc 21:20-24 registran la profecía de Jesús sobre la destrucción de Jerusalén. Este evento catastrófico del judaísmo antiguo tuvo lugar en el 70 d.C. a manos de los romanos. Es poco probable que Lucas haya dejado sin registrar este acontecimiento significativo. Asignarle al Evangelio una fecha posterior al 70 d.C. haría que se ignorara este concepto. No obstante, muchos eruditos continúan apoyando una fecha posterior al 80 d.C.
Una segunda consideración histórica traslada la fecha a una época todavía más temprana. Muchos eruditos creen que Pablo fue liberado del encarcelamiento romano que atravesaba cuando concluye Hechos. El apóstol volvió a ser apresado más tarde y sufrió el martirio bajo la persecución llevada a cabo por Nerón que se desencadenó en el 64 d.C. Aunque estaba preso, Pablo gozaba de libertades personales considerables y de oportunidades para predicar el evangelio (Hch 28:30-31). El optimismo que aparece al final del libro de los Hechos sugiere que la persecución llevada a cabo por Nerón era un acontecimiento todavía futuro. Es casi imposible imaginar que si la liberación de Pablo ya se había producido, no se mencione en la narración de Hechos.
Pareciera mejor, pues, asignarle a Lucas una fecha de escritura entre el 61 y 63 d.C. Los que argumentan que esto no le da tiempo a Lucas para revisar el Evangelio de Marcos (suponiendo que se escribió primero) no tienen en cuenta la estrecha relación entre aquellos que participaban del ministerio de Pablo. Ver Marcos.
En cuanto al lugar donde se escribió el Evangelio, lo más probable es que haya sido Roma. Lucas llegó a esa ciudad en compañía de Pablo, quien escribió Colosenses (Col 4:14) y Filemón (Flm 1:23-24) durante el primer encarcelamiento. La circunstancia habría dado tiempo para la composición de Lucas-Hechos. Una fuente antigua sugiere Acaya, una provincia griega, como lugar de escritura. Pareciera razonable que el Evangelio, escrito en Roma, quizás haya aparecido por primera vez en Acaya o fuera terminado allí.
Propósito y lectores
El mismo Lucas identificó el propósito del Evangelio (Luc 1:1-4). Quería confirmarle a Teófilo la certeza de las cosas que le habían enseñado. También deseaba que esta información estuviera a disposición de un grupo más amplio de lectores. La mayoría de los eruditos creen que el blanco de Lucas eran los gentiles que deseaban información y los cristianos que necesitaban ser fortalecidos en la fe.
El propósito de Lucas fue presentar una obra histórica “por orden” (Luc 1:3). La mayoría de sus narraciones siguen una secuencia cronológica. A menudo proporciona datos sobre el tiempo (Luc 1:5; Luc 1:26; Luc 1:36; Luc 1:56; Luc 1:59; Luc 2:42; Luc 3:23; Luc 9:28). Más marcadamente que los otros evangelistas, Lucas relacionaba su historia con el mundo judío y romano más amplio (Luc 2:1; Luc 3:1-2).
Como segundo propósito se puede presentar un poderoso argumento aunque esté claramente subordinado al primero. Algunos consideran Lucas-Hechos como una apología de la fe cristiana, una defensa para mostrarles a las autoridades romanas que el cristianismo no constituía ninguna amenaza política. Pilato declaró inocente a Jesús en tres oportunidades (Luc 23:4; Luc 23:14; Luc 23:22). Hechos no presenta a los oficiales romanos como hostiles (Hch 13:4-12; Hch 16:35-40; Hch 18:12-17; Hch 19:31). Agripa le hizo notar a Festo que Pablo podría haber sido liberado si no hubiese apelado a César (Hch 26:32). A Pablo se lo describe como orgulloso de su ciudadanía romana (Hch 22:28). A medida que Hechos concluye, vemos al apóstol predicando y enseñando abiertamente en Roma sin obstáculos. En esto se puede observar un intento de Lucas de calmar los temores de las autoridades romanas en cuanto a cualquier cualidad supuestamente subversiva de la cristiandad.
Más allá de los propósitos inmediatos del autor, el Espíritu Santo escogió el Evangelio de Lucas para alcanzar a todas las naciones con la maravillosa historia del amor de Dios en Cristo. Muchos declaran que la narración de Lucas sobre el nacimiento (Luc 2:1-20) es la favorita. Los cánticos o canciones que aparecen en Lucas (Luc 1:46-55; Luc 1:67-79; Luc 2:13-14; Luc 2:29-32) han sido inspiración de incontables melodías. El Evangelio de Lucas fue una fuente para muchos artistas plásticos, entre ellos Van Eyck, Van der Weyden, Rossetti, Plockhorst, Rubens y Rembrandt.
Fuentes de Lucas
Aunque Lucas no fue testigo ocular de la vida y ministerio terrenal de Cristo, estuvo en estrecho contacto con muchos que sí lo fueron. Lucas estuvo con Pablo en Palestina a fines de la década del 50 d.C., especialmente en Cesarea y Jerusalén (Hch 21:1-40; Hch 22:1-30; Hch 23:1-35; Hch 24:1-27; Hch 25:1-27; Hch 26:1-32; Hch 27:1-2). Probablemente muchos miembros de la iglesia de Jerusalén (incluso Jacobo, el hermano de Jesús) le hayan proporcionado al médico información oral ante su intención de escribir un relato de la vida de Jesús. La conexión de Lucas con Pablo lo puso en contacto con testigos apostólicos importantes entre los que se encontraban Jacobo y Pedro.
La mayoría de los eruditos creen que Lucas (al igual que Mateo) dependió del Evangelio escrito por Marcos. Es probable que este haya sido testigo presencial de algunos sucesos de la vida de Jesús. Por lo general se cree que el Evangelio de Marcos refleja la predicación de Pedro sobre Cristo. Marcos estuvo en Roma con Lucas y Pablo durante el cautiverio de este último (Col 4:10; Col 4:14; Flm 1:24). Es natural suponer que Lucas tuviera acceso a los escritos de Marcos. Los estudiosos bíblicos han identificado una fuente, “Q” (abreviatura de la palabra alemana Quelle, que significa “fuente”), que se refiere a pasajes y secciones de material aparentemente a disposición de Mateo y de Lucas, pero que Marcos no tenía o no había utilizado (por ej., Mat 3:7-10/Luc 3:7-9; Mat 24:45-51/Luc 12:42-46). Tal vez esta fuente haya sido una colección de los dichos de Jesús que escribieron Sus seguidores.
Es indudable que Lucas no disponía del Evangelio de Juan (la mayoría de los eruditos ubican a este a fines del siglo I). Cualquier similitud entre el Evangelio de Lucas y el de Juan probablemente se deba a que una rica tradición, especialmente oral, haya provisto una fuente común para todos los escritores de los Evangelios.
Algunos eruditos han propuesto una fuente “L” (abreviatura de Lucas) donde se identifican unos 500 versículos exclusivos de Lucas y que incluye los 132 correspondientes a Luc 1:1-80 y 2. No es convincente el argumento de que existió un documento separado al que solo Lucas tuvo acceso. El material nuevo incorporado por este se debe considerar resultado de su propia investigación y genio literario. Un ejemplo evidente son las narraciones del nacimiento de Juan el Bautista y de Cristo. El material que Lucas presenta de manera exclusiva le atribuye mucha particularidad al tercer Evangelio. Ver Logia.
Énfasis y características especiales
Tal como se señaló, Lucas se esforzó para relacionar sus narraciones con acontecimientos históricos de la época. Tras comenzar con los relatos del nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús, continuó escribiendo con la actitud detallista propia de un historiador (Luc 1:5; Luc 1:36; Luc 1:56; Luc 1:59; Luc 2:1-2; Luc 2:7; Luc 2:42; Luc 3:23; Luc 9:20; Luc 9:37; Luc 9:57; Luc 22:1; Luc 22:7; Luc 22:66; Luc 23:44; Luc 23:54; Luc 24:1; Luc 24:13; Luc 24:29; Luc 24:33).
Puso énfasis en la redención universal disponible para todos por medio de Cristo. Los samaritanos entran al reino (Luc 9:51-56; Luc 10:30-37; Luc 17:11-19) como también los gentiles (Luc 2:32; Luc 3:6; Luc 3:38; Luc 4:25-27; Luc 7:9; Luc 10:1; Luc 23:47). Los publicanos, los pecadores y los marginados (Luc 3:12; Luc 5:27-32; Luc 7:37-50; Luc 19:2-10; Luc 23:43) son bienvenidos junto con los judíos (Luc 1:33; Luc 2:10) y las personas respetables (Luc 7:36; Luc 11:37; Luc 14:1). Tanto los pobres (Luc 1:53; Luc 2:7; Luc 6:20; Luc 7:22) como los ricos (Luc 19:2; Luc 23:50) pueden tener redención.
Lucas señala de manera especial el alto concepto que Cristo tiene hacia las mujeres. María y Elisabet son figuras centrales de los caps. Luc 1:1-80 y Luc 2:1-52. La profetisa Ana y la discípula Juana solo se mencionan en Lucas (Luc 2:36-38; Luc 8:3; Luc 24:10). Este incluyó la historia del trato bondadoso que Cristo manifestó hacia la viuda de Naín (Luc 7:11-18) y la mujer pecadora que lo ungió (Luc 7:36-50). También relató la parábola de Jesús acerca de la viuda que perseveró (Luc 18:1-8).
Bosquejo
I. Propósito de Lucas: Certeza en la enseñanza cristiana (Luc 1:1-4)
II. Jesús cumplió con las expectativas del judaísmo (Luc 1:5-80; Luc 2:1-52)
III. Jesús aceptó la misión mesiánica y enfrentó el rechazo (Luc 3:1-38; Luc 4:1-44)
IV. Jesús cumplió Su misión a la manera de Dios con fe, amor y perdón (Luc 5:1-39; Luc 6:1-49; Luc 7:1-50)
V. El reino de Dios incluye poder pero también exige fidelidad hasta la muerte (Luc 8:1-56; Luc 9:1-50)
VI. El reino se caracteriza por ministerio y testimonio fieles (Luc 9:51-62; Luc 10:1-42; Luc 11:1-54; Luc 12:1-59; Luc 13:1-21)
VII. Requisitos para entrar en el reino (Luc 13:22-35; Luc 14:1-35; Luc 15:1-32; Luc 16:1-31; Luc 17:1-37; Luc 18:1-43; Luc 19:1-27)
VIII. El poder del reino de Jesús despierta oposición (Luc 19:28-48; Luc 20:1-47; Luc 21:1-38; Luc 22:1-6)
IX. Jesús murió como el verdadero Cordero de la Pascua (Luc 22:7-71; Luc 23:1-56)
X. La resurrección de Jesús es la puerta de entrada a la fe y la misión (Luc 24:1-53)

T. R. McNeal

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