Significado de RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO Según La Biblia | Concepto y Definición

RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO Significado Bíblico

¿Qué Es RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO En La Biblia?

Acontecimiento histórico mediante el cual Jesús regresó de la muerte física, con un cuerpo glorificado, a una nueva vida para nunca más morir. La resurrección corporal de Jesús es una de las doctrinas esenciales de la fe cristiana. Dicha resurrección convalida la afirmación de que Él es Señor y Cristo. Ella corrobora que Su vida y Su muerte no fueron simplemente la vida y la muerte de un hombre bueno sino que Él, en verdad, era Dios encarnado y que por Su muerte tenemos perdón de pecados.
Los cuatro Evangelios son selectivos con respecto a los acontecimientos que relatan de la resurrección. Todos destacan la tumba vacía, pero cada uno relata en forma diferente las apariciones después de la resurrección.
Evangelio de Mateo
El relato de Mateo tiene 20 versículos, y destaca tres aspectos: la tumba vacía, la respuesta a la acusación falsa de que los discípulos habían robado el cuerpo, y la Gran Comisión. Narra solo dos apariciones posteriores a la resurrección: primero a las mujeres cuando salían de encontrar la tumba vacía, y luego a los once apóstoles en Galilea. Su relato consta de cuatro escenas. La primera sucede en la tumba vacía e incluye a María Magdalena y la “otra María”. Se produce un violento terremoto, la aparición de un ángel, el miedo paralizante de los guardias y el encargo de contarles a los discípulos que Jesús estaba vivo (Mat 28:1-7). La segunda escena describe el encuentro de Jesús con las mujeres luego que ellas se alejaran a prisa de la tumba (Mat 28:8-10). La tercera narra el intento de los líderes religiosos de ocultar lo ocurrido en la tumba (Mat 28:11-15). La cuarta escena tiene lugar en Galilea y concluye cuando Jesús da la Gran Comisión (Mat 28:16-20).
Evangelio de Marcos
El relato de Marcos es el más breve; si se reconoce la autenticidad del final más corto, son solo ocho versículos. Su relato se centra en el descubrimiento que hicieron las mujeres de la tumba vacía (Mar 16:1-4), el anuncio de la resurrección llevado a cabo por un joven que vestía una túnica blanca, y la promesa de Jesús de encontrarse con los discípulos en Galilea (Mar 16:5-7). La respuesta de las mujeres fue temor y asombro (Mar 16:8).
Evangelio de Lucas
El registro de Lucas consta de 53 versículos. Relata una serie de apariciones de Jesús posteriores a la resurrección y finaliza con la ascensión. Todas las apariciones suceden en Jerusalén. Lucas tiene, al menos, tres propósitos: primero, presentar los hechos históricos (comp. Luc 1:1-4), narrar cómo los discípulos que no creían en la resurrección terminaron creyendo en ella al destacar la naturaleza física del cuerpo resucitado de Jesús (Luc 24:30; Luc 24:37-43); segundo, mostrar que la muerte y la resurrección de Jesús cumplen la profecía del AT (Luc 24:25-27; Luc 24:32); y tercero, mostrar que los discípulos van a predicar el evangelio en el poder del Espíritu a todas las naciones (Luc 24:46-49). El material se desarrolla en cuatro puntos. El primero incluye el descubrimiento que hacen las mujeres de la tumba vacía y la investigación de Pedro y Juan con respecto a la tumba (Luc 24:1-12). El segundo, el más extenso, es la aparición de Jesús a dos discípulos en el camino a Emaús. El tercero es la aparición de Jesús a los discípulos ya entrada la tarde del domingo de resurrección. El cuarto son las instrucciones finales de Jesús a Sus seguidores en el momento de la ascensión (Luc 24:50-53; comp. Hch 1:9-11).
Evangelio de Juan
El relato de Juan sobre la resurrección es el más extenso; abarca dos capítulos completos. Juan narra tres apariciones en Jerusalén: la primera a María Magdalena en la tumba vacía (Jua 20:1-18) y las otras dos a los discípulos, una vez con Tomás ausente (Jua 20:19-25) y otra vez estando este presente (Jua 20:26-29). Estas apariciones concluyen con la gran confesión de Tomás: “Señor mío y Dios mío” (Jua 20:28). Al igual que Lucas, Juan se concentra en la corporalidad de Jesús (Jua 20:17; Jua 20:20; Jua 20:25-27). La aparición en el cap. Jua 21:1-25 ocurre en Galilea. Aparentemente, su propósito es describir el restablecimiento del liderazgo de Pedro (Jua 21:15-19) y erradicar el rumor de que Juan, el discípulo “al cual Jesús amaba” (Jua 13:23), no moriría antes del regreso de Jesús”.
Una lectura superficial de los relatos de la resurrección en los cuatro Evangelios revela una gran diversidad de material. Cierto es que cualquier intento de armonización de los relatos es especulativo y debe evitarse caer en el dogmatismo. Resulta imposible saber cuál de todos es el correcto (si hubiera alguno), pero cada uno muestra un posible orden de acontecimientos en una secuencia creíble. No obstante, el problema de los diferentes relatos no se limita a los acontecimientos relacionados con la resurrección. En torno a casi todo hecho histórico se presentan problemas por diferencias en detalles según las diversas fuentes. Las discrepancias en los relatos escriturales sugieren la existencia de testigos independientes y no la repetición de una línea ideológica “oficial”.
Relato de Pablo
El relato más antiguo de la resurrección se encuentra en 1Co 15:1-58. En ese pasaje, Pablo volvió a narrar algunas apariciones posteriores a la resurrección. Estableció que la futura resurrección del creyente se basa en la historicidad de la resurrección corporal de Cristo. Sin embargo, hay un gran debate sobre la autenticidad de la resurrección de Cristo.
Respuesta de los críticos
Desde el siglo XIX, los eruditos han cuestionado la historicidad de la resurrección de Jesús. Algunos han argumentado que las mujeres y los discípulos fueron a la tumba equivocada. El problema con este argumento es que el liderazgo judío podría haber presentado el cuerpo de Jesús en respuesta a la proclamación de la resurrección. Seguramente ellos conocían la ubicación de la tumba. Otra propuesta alternativa es que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús. Resulta improbable que lo hayan hecho y luego hayan inventado una historia por la que estuvieron dispuestos a sufrir persecución y martirio. Con todo, otros sostienen que Jesús no murió en la cruz sino que simplemente se desvaneció y luego, en la frescura de la tumba, revivió y escapó. Esta propuesta no toma en serio los severos azotes que Jesús soportó, el espantoso proceso de crucifixión, el reconocimiento de Su muerte por parte de un centurión (Mar 15:39), así como la lanza hundida en Su costado para confirmar la muerte (Jua 19:32-34). Otra sugerencia de los escépticos es que Jesús continuó viviendo luego de Su crucifixión en un sentido “espiritual”, pero que esto no implicó resurrección corporal. Sin embargo, la evidencia bíblica de la corporalidad es de mucho peso (Luc 24:40-43; Jua 20:27). Finalmente, algunos eruditos han comparado las apariciones posteriores a la resurrección con alucinaciones. Sin embargo, el NT proporciona pruebas de apariciones a muchas personas (incluso a 500 a la vez) en diversos lugares (1Co 15:6). Esta propuesta tampoco reconoce que los discípulos no estaban psicológicamente preparados para la resurrección y que realmente no creyeron en los informes iniciales.
La evidencia en favor de la historicidad de la resurrección corporal de Jesús es contundente. La prueba de la tumba vacía tiene mucho peso. En primer lugar, la historia de la tumba vacía aparece en los cuatro Evangelios y está implícita en la primera proclamación de la resurrección que efectuó la iglesia primitiva. ¿Cómo podían predicar la resurrección del cuerpo de Jesús si todos en Jerusalén sabían que Su cuerpo aún se encontraba en la tumba? En segundo lugar, resulta difícil creer que la iglesia primitiva hubiera tramado la historia de la resurrección y luego hacer que los primeros testigos de la tumba vacía y la resurrección fueran mujeres, ya que estas no eran consideradas testigos confiables dentro de la cultura judía (como lo ilustra la respuesta dada por los discípulos). En tercer lugar, algo increíble tiene que haber sucedido aquel domingo para lograr que los creyentes judíos comenzaran a adorar el primer día de la semana en vez del sábado (Hch 20:7; 1Co 16:2; Apo 1:10). Finalmente, nada menos que el milagro de la resurrección puede explicar la transformación que se produjo luego en los discípulos. El registro bíblico indica que, cuando Jesús fue arrestado, todos huyeron (Mar 14:50). Cuando las mujeres informaron que habían visto a Jesús, los hombres no les creyeron (Luc 24:11). Sin embargo, más adelante esos mismos hombres estuvieron dispuestos a sufrir persecución y martirio para predicar de Jesús como el Señor resucitado. Ver Ascensión; Cristo, cristología; Jesucristo; Resurrección.

Bill Cook

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