Significado de SAMARIA, SAMARITANOS Según La Biblia | Concepto y Definición

SAMARIA, SAMARITANOS Significado Bíblico

¿Qué Es SAMARIA, SAMARITANOS En La Biblia?

Nombre geográfico de montaña, ciudad y región que significa “montaña de vigía,”; samaritanos son los habitantes de ese lugar. A 67 km (42 millas) al norte de Jerusalén y 14,5 km (9 millas) al noreste de Nablus hay un monte que sobresale del amplio valle que atraviesa las tierras altas centrales de Israel. Las ruinas de la antigua Samaria están cerca de una aldea pequeña llamada Sebastiya. Esta ciudad fue capital, residencia y lugar de sepultura de los reyes de Israel (1Re 16:23-28; 1Re 22:37; 2Re 6:24-30). Luego de la caída del Reino del Norte frente a Asiria (721 a.C.), exiliados de muchas naciones se asentaron en Samaria (Esd 4:9-10). Luego los griegos conquistaron la región (331 a.C.) y helenizaron la zona con habitantes y cultura griega. Posteriormente los asmoneos, liderados por Juan Hircano, destruyeron la ciudad (119 a.C.). Tras estar deshabitada durante un prolongado período, Samaria revivió bajo el dominio de Pompeyo y los romanos (63 a.C.). Finalmente, Herodes el Grande obtuvo el control de Samaria en el 30 a.C. y la convirtió en una de las principales ciudades de su territorio. La ciudad volvió a ser repoblada con pueblos de lugares lejanos, esta vez mercenarios europeos. Herodes le cambió el nombre por Sebaste, la palabra griega para el emperador Augusto. Cuando los judíos se sublevaron en el 66 d.C., los romanos conquistaron la ciudad y la destruyeron. Más tarde la reconstruyeron pero nunca recuperó el prestigio anterior.
Samaria es la única gran ciudad fundada por Israel, el Reino del Norte. Omri, el sexto rey de Israel (885–874 a.C.), compró el Monte de Samaria para su residencia real. La capital del Reino del Norte había sido Siquem hasta que Jeroboam la trasladó a Tirsa.
Cuando Acab, hijo de Omri, se convirtió en rey de Israel, construyó un palacio de marfil en Samaria. Amós lo denunció por tal hecho (Amó 6:1; Amó 6:4; 1Re 22:39). Jezabel presionó a su esposo Acab para que convirtiera la ciudad en centro de adoración a Baal (1Re 16:29-33). Además también mandó matar en Samaria a muchos profetas de Jehová (1Re 18:2-4).
En dos ocasiones, el rey de Siria Ben-adad sitió Samaria pero fracasó en ambas oportunidades (1Re 20:1; 2Re 6:1-33). Naamán, un leproso sirio, había ido a Samaria poco antes del ataque de Benadad para que Eliseo lo curara (2Re 5:1-27).
Eliseo destruyó allí a los mensajeros del rey Ocozías que buscaban el consejo de Baal-zebub. También profetizó la muerte del rey Ocozías (2Re 1:1-18). Más tarde, Jehú mató en Samaria a los 70 hijos de Acab (2Re 10:1-36). Finalmente, la ciudad cayó bajo el dominio asirio en el 721 a.C. luego de estar sitiada durante tres años (2Re 17:5; 2Re 18:9-12). Esta destrucción se produjo después de varias profecías sobre sus pecados y muchas advertencias acerca de su fin (Isa 8:4; Isa 9:8-14; Isa 10:9; Isa 28:1-13; Isa 36:19; Jer 23:13; Eze 23:1-4; Ose 7:1-16; Ose 13:16; Amó 3:12; Miq 1:6). Ver Asiria.
Si bien el término “Samaria” fue inicialmente identificado con la ciudad fundada por Omri, pronto se lo asoció con toda la región circundante, el territorio de las tribus de Manasés y Efraín. Finalmente, el nombre Samaria se convirtió en sinónimo del Reino del Norte (1Re 13:32; Jer 31:5). Después de la conquista asiria, Samaria empezó a perder territorio. En la época del NT se la identificó con la región central de Palestina, con Galilea al norte y Judea al sur.
El nombre “samaritanos” originariamente identificaba a los israelitas del Reino del Norte (2Re 17:29). Cuando los asirios conquistaron Israel y exiliaron a 27.290 israelitas, un “remanente de Israel” permaneció en el territorio. Cautivos asirios de lugares lejanos también se establecieron allí (2Re 17:24). Esto hizo que algunos judíos (no todos) se casaran con gentiles y que la adoración a dioses extranjeros se extendiera. Cuando los judíos regresaron a Jerusalén para reconstruir el templo y los muros de Israel, Esdras y Nehemías no permitieron que los samaritanos formaran parte del emprendimiento (Esd 4:1-3; Neh 4:7). El viejo antagonismo entre Israel en el norte y Judá en el sur intensificó la disputa.
Los habitantes judíos de Samaria consideraban el Monte Gerizim como lugar escogido por Dios y único centro de adoración; lo llamaron “el ombligo de la tierra” por una tradición que decía que Adán ofreció sacrificios allí. Las Escrituras que poseían se limitaban al Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia. Se consideraba a Moisés como único profeta e intercesor en el juicio final. También creían que 6000 años después de la creación se levantaría un Restaurador y viviría en la tierra 110 años. En el día del juicio, los justos serían resucitados en el paraíso y los injustos quemados en el fuego eterno.
En los días de Cristo, la relación entre judíos y samaritanos era tensa (Luc 9:52-54; Luc 10:25-37; Luc 17:11-19; Jua 8:48). La animosidad era tal que cuando los judíos viajaban entre Galilea y Judea, se desviaban para no pasar por Samaria, y recorrían una distancia adicional por la árida tierra de Perea al este del Jordán. Jesús reprendió a Sus discípulos por ser hostiles con los samaritanos (Luc 9:55-56), sanó a un leproso de esa región (Luc 17:16), honró a otro por ser prójimo ejemplar (Luc 10:30-37), elogió a uno por su gratitud (Luc 17:11-18), le pidió un vaso de agua a una mujer de ese lugar (Jua 4:7) y les predicó (Jua 4:40-42). Luego, en Hch 1:8, Jesús desafió a Sus discípulos para que les predicaran también a los samaritanos. Felipe, un diácono, inició una obra misionera en Samaria (Hch 8:5).
Una pequeña comunidad samaritana continúa con la adoración tradicional cerca de Siquem. Ver Israel, Tierra de; Sanbalat.

Donald R. Potts

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