Estudio Bíblico | Explicación de Zacarías 12:1 | Comentario Bíblico Online
1. Como el capítulo Zac 9:1-17, también este capítulo comienza con el vocablo hebreo massá, carga. Nótese, de entrada, que aquí, como en el resto del capítulo y en los capítulos Zac 13:1-9 y Zac 14:1-21, ya no se hace distinción entre los reinos del norte y del sur. La escatología se hace aquí preludio del carácter apocalíptico de lo que sigue. Buck toma la segunda parte del v. Zac 12:1 como una doxología. «La doxología dice , que exalta a Jehová como creador y dueño del universo, parece estar calcada sobre Isa 42:5: Dios Jehová creó el cielo y lo desplegó, extendió la tierra …, da el espíritu a los que por ella caminan».
2. La ciudad de Jerusalén se convierte (vv. Zac 12:2, Zac 12:3) en centro del propósito de Dios «copa» de las suertes y en piedra donde tropiezan, caen y son despedazados todos los adversarios de Jerusalén, que lo son igualmente de Dios. Jerusalén había bebido demasiado del «cáliz (hebr. raal) de la ira de Dios» (Isa 51:17), pero ahora ella va a ser copa (hebr. sap raal) de la que van a beber otros. Dice Ryrie: «Esta profecía se cumplirá durante la campaña de Armagedón».
3. Aún más, Dios va a sembrar el pánico (v. Zac 12:4) y la locura (lo cual es un juicio punitivo de la desobediencia v. Deu 28:28), mientras que, en contraste con la ceguera de los enemigos, Dios abrirá sus ojos sobre Judá y abrirá los ojos de Judá, de forma que (v. Zac 12:5) los jefes de los clanes de Judá reconocerán que la victoria se debe exclusivamente a la intervención sobrenatural de Dios, que está presente en medio de ellos. De Dios (v. Zac 12:6) reciben poder y fuerza increíbles los mismos jefes, al derrotar rápida y totalmente a los enemigos. Todo vestigio (v. Zac 12:7) de alienación entre Judá y Jerusalén quedará borrado por la inequívoca intervención de Jehová.
4. «La casa de David» (v. Zac 12:8), en la que se centran todas las miradas ilusionadas del futuro, será como Dios (hebr. kelohim), es decir, con la mayor probabilidad, como el Ángel de Jehová, cualificado claramente con atributos divinos. Y (v. Zac 12:9) todo el que se oponga, será destruido.
