EL CORREDOR MÁS COMBATIVO


EL CORREDOR MÁS COMBATIVO
por Carlos Rey

Después de una impresionante escapada en la etapa 15 del Tour de Francia 2005, el español Óscar Pereiro tenía un solo adversario que lo acompañaba a sólo 4 kilómetros de la meta final. Pero ese ciclista, Jorge Hincapié, el lugarteniente del hasta entonces seis veces campeón Lance Armstrong, no se despegaba de la rueda trasera de Pereiro. El neoyorquino Hincapié se valió más bien de la excusa de esperar a su líder, y aprovechó el trabajo del gallego para aventajarlo en los últimos 300 metros, ganando así la etapa.

La lección la aprendió muy bien Pereiro ese día. En la siguiente etapa invirtió las tablas y empleó la misma táctica a expensas del italiano Mazzoleni. Esta vez el pontevedrés esperó para atacar a escasos 200 metros de la línea, imponiéndose así sobre Mazzoleni, Evans y Zandio, y ganando la etapa. Pereiro no sólo tomó su revancha, sino también obtuvo su primer triunfo en el Tour y el título de corredor más combativo de la jornada, así como lo había obtenido en la etapa anterior en que había tenido que conformarse con el segundo lugar.

Es cierto que a la postre Lance Armstrong ganó su séptimo Tour de Francia consecutivo, que Iván Basso ocupó el segundo lugar y Jan Ullrich el tercero; y que el jersey amarillo lo obtuvo el ganador Armstrong, el blanco el mejor novato Yaroslav Popovich, el verde el velocista Thor Hushovd, y el rojo y blanco el rey de la montaña Mickael Rasmussen. Pero el que recibió el premio a la combatividad, que se le otorga al más batallador, fue Óscar Pereiro. Atacó en la etapa 11, perdió por sólo 6 segundos la etapa 15, ganó la etapa 16, atacó y llegó en cuarto lugar en la etapa 19 (ascendiendo al décimo lugar en la clasificación general y al segundo lugar en la clasificación de la montaña), y mantuvo el décimo puesto en la etapa 20 contrarreloj como también en la última etapa, la 21, de llegada a París. Para entonces ya se le conocía como «el supercombativo».1

Expresando su satisfacción al recibir el premio a la combatividad luego de cruzar la meta en los Campos Elíseos, Óscar Pereiro dijo: «Es un premio que te atribuyen por el esfuerzo y el trabajo, por lo que es un reconocimiento bonito y que siempre gusta…. dos años entre los diez primeros no es casualidad.»2

Pereiro tenía toda la razón: no era ninguna casualidad. El premio que recibió de manos de Bernard Hinault, pentacampeón del Tour, fue la justa recompensa del gran esfuerzo que había hecho. A eso se refería San Pablo cuando, al acercarse a la meta final de su vida, teniendo ya a la vista los Campos Elíseos donde sería premiada su propia carrera, dijo: «He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás, me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día».3

Corramos así nosotros, con ese mismo empeño, la carrera que tenemos por delante, de modo que «en aquel día», como la justa recompensa de nuestro esfuerzo, recibamos de manos de Jesucristo, el Juez justo, campeón del Tour de la Vida, la corona de justicia que dará a todos los que se han mantenido en la fe, batallando hasta el fin.

1 En línea 6 septiembre 2005.
2 «Oscar Pereiro: “Es un reconocimiento al esfuerzo y al trabajo”» En línea 6 septiembre 2005.
3 2Ti 4:7,8

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