¿Cuáles son las últimas señales del regreso de Jesús?

La Anticipación del Regreso de Cristo: Descifrando las Señales de Nuestros Tiempos

El resonar del canto del gallo de la Segunda Venida de Jesucristo sigue siendo un eco vigoroso en el corazón de los creyentes. Esta promesa celestial de un regreso glorioso ha cautivado la imaginación de generaciones a lo largo de la historia cristiana. En un sermón poderoso e iluminador, el pastor y evangelista Greg Laurie, quien lidera con fervor la Harvest Christian Fellowship Church en California (EE. UU.), se sumerge en el fascinante tema de las señales contemporáneas que podrían presagiar el regreso del Salvador. Profundicemos en este mensaje y, en calidad de pastores, extraigamos las gemas de sabiduría que podemos compartir con nuestras congregaciones.

El sermón titulado «¿Va a regresar Jesús?» se convierte en una guía cautivadora para explorar las señales actuales de la Segunda Venida de Cristo. Laurie, cuya pasión por el evangelismo es contagiosa, ha empleado su plataforma en la Harvest Christian Fellowship Church para movilizar a la congregación hacia una búsqueda ferviente del conocimiento divino. Desde cruzadas hasta documentales y bautismos en las playas, esta comunidad de fe ha sido incitada a participar activamente en la Gran Comisión.

El corazón del mensaje de Laurie radica en la exploración exhaustiva de las Escrituras. El Nuevo Testamento resuena con más de 300 menciones de la Segunda Venida de Cristo, lo que equivale a una referencia cada 13 versículos. Esta densidad de referencias revela la importancia que Dios otorga a este evento. Laurie apunta a la insistencia bíblica en la inminente llegada de Cristo, señalando que alrededor de un tercio de estas referencias son profecías. Muchas de estas predicciones ya se han cumplido, lo que sirve como un testimonio firme de la fiabilidad de la Palabra de Dios.

En un tono de asombro y confianza, Laurie declara que las profecías cumplidas son un testimonio de la precisión divina. Al observar cómo las profecías se han convertido en historia, podemos confiar en la promesa de que las profecías futuras también se cumplirán con la misma certeza. Este enfoque en la integridad de la Palabra de Dios infunde esperanza y fortaleza en el corazón del creyente, al igual que en el contexto del regreso de Cristo.

Como un estudioso en las señales de los tiempos, Laurie señala el surgimiento y declive de naciones poderosas, como China y Estados Unidos. Además, toca las repetidas amenazas a Israel, conforme lo predicho en las Escrituras, y las tensiones mundiales que insinúan un potencial conflicto bélico en Ucrania. Estos eventos geopolíticos, vinculados con la Segunda Venida, exigen nuestra atención y oración.

Laurie desentraña una serie de señales modernas del fin de los tiempos. La inteligencia artificial y la tecnología en rápida expansión son notables ejemplos. El aumento del control gubernamental sobre la vida diaria también enciende una luz de alarma, planteando preguntas éticas sobre la privacidad y la autonomía individual. Pero, es el panorama moral lo que oscurece la perspectiva de Laurie. La promoción abierta y desenfrenada de la inmoralidad, la redefinición de conceptos de género y la mutilación de los genitales de niños que creen ser transexuales, son indicadores de un mundo en conflicto con los valores divinos.

La promoción de tales comportamientos inmorales, observa Laurie, se realiza de manera audaz a través de los medios de comunicación. La comercialización agresiva de estas nociones en las plataformas mediáticas y la sociedad en general son signos innegables de los tiempos que vivimos.

La enseñanza de Laurie nos lleva de los desafíos a la esperanza. A pesar de las señales negativas, hay promesas luminosas. Hechos 2:17 anticipa el derramamiento del Espíritu Santo en los últimos días, un evento que está ocurriendo en formas notables en el presente. Laurie señala el avivamiento en la Universidad de Asbury, un testimonio contemporáneo de esta promesa. Este derramamiento espiritual es un recordatorio de que Dios sigue obrando y que su propósito divino sigue avanzando.

Laurie nos insta a reflexionar sobre el impacto personal de estas señales. La profecía bíblica no debería ser intimidante ni confusa, sino que debería infundirnos con una revelación divina más profunda. Estudiar las profecías bíblicas no solo es posible, sino que también es gratificante. La Palabra de Dios busca revelarse, y la búsqueda de esta revelación debería ser una aventura enriquecedora.

En este contexto, Laurie también aborda la tendencia a establecer fechas específicas para el regreso de Jesús. Apelando a Mateo 24:36, que declara que nadie conoce el día ni la hora, Laurie subraya la importancia de evitar la especulación. Más allá de las fechas, el enfoque debe ser una actitud de expectación, vigilancia y preparación.

Laurie concluye con una nota de paciencia y pasión. Aunque el deseo de que Jesús regrese puede ser apremiante, la paciencia es esencial. Nuestro anhelo debe estar mezclado con un sentido de expectación emocionante, similar a un niño que aguarda la apertura de regalos en Navidad. En última instancia, como cristianos, debemos estar alerta y atentos al llamado de Romanos 13:11, que nos insta a comprender el tiempo presente y a despertar de nuestro letargo espiritual.

La enseñanza de Greg Laurie nos recuerda que la realidad del regreso de Jesús no es solo una esperanza lejana, sino una certeza inminente. En este tiempo de cambios y desafíos, las señales de los tiempos claman por una respuesta de la Iglesia. Debemos vivir con una urgencia santa y una dedicación renovada para compartir el evangelio y vivir vidas santas.

Versículo Bíblico: «Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas» (2 Pedro 3:10).

El llamado a estar preparados para el regreso de Jesús es apremiante. Cada señal en el mundo actual nos recuerda que el tiempo es corto y la cosecha está madura. No debemos permitir que la confusión o la complacencia nos atrapen. Más bien, debemos ser como las vírgenes prudentes en la parábola de Jesús, llenos de aceite en nuestras lámparas, listos para el encuentro con nuestro Señor. ¿Estamos compartiendo el evangelio con pasión? ¿Estamos viviendo vidas santas y justas? El reloj avanza, y el llamado a la acción es más fuerte que nunca.