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domingo, junio 16, 2024
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    Marcos 14 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    El complot para prender a Jesús

    1. Faltaban dos días para la fiesta de Pascua y de los panes sin levadura, y los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley andaban buscando el modo de tender una trampa a Jesús para prenderle y matarle.

    2. Decían, sin embargo: - No lo hagamos durante la fiesta, a fin de evitar que se altere el orden público.

    Jesús es ungido en Betania

    3. Estaba Jesús en Betania, en casa de un tal Simón, a quien llamaban el leproso. Mientras se hallaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba en un frasco de alabastro un perfume muy caro, de nardo auténtico. Rompió el frasco y vertió el perfume sobre la cabeza de Jesús.

    4. Algunos, al verlo, se molestaron y dijeron entre sí: " ¿A qué viene tal derroche de perfume?

    5. Podía haberse vendido por muy buen precio y haber dado el dinero a los pobres. " Así murmuraban contra aquella mujer.

    6. Pero Jesús les dijo: - Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Lo que ha hecho conmigo es bueno.

    7. A los pobres los tenéis siempre entre vosotros y podéis hacerles todo el bien que queráis; pero a mí no me tendréis siempre.

    8. Lo que ella ha hecho ha sido como preparar mi cuerpo para la sepultura.

    9. Os aseguro que, en cualquier lugar del mundo donde se anuncie el mensaje de salvación, se recordará también a esta mujer y lo que hizo.

    Judas ofrece entregar a Jesús

    10. Entonces Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a hablar con los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús.

    11. Ellos se alegraron al oírle y prometieron darle dinero a cambio. Así que Judas comenzó a buscar una oportunidad para entregarle.

    Institución de la Cena del Señor

    12. El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos preguntaron a Jesús: - ¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?

    13. El envió a dos de sus discípulos y les dijo: - Id a la ciudad y encontraréis a un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidle,

    14. y, allí donde entre, decidle al dueño de la casa: "El Maestro dice: ¿Cuál es la estancia donde voy a comer la Pascua con mis discípulos? "

    15. El os mostrará en el piso de arriba una sala amplia, ya dispuesta y arreglada. Preparadlo todo allí para nosotros.

    16. Los discípulos salieron y fueron a la ciudad, donde encontraron las cosas como Jesús les había dicho. Y prepararon la Pascua.

    17. Al atardecer llegó Jesús con los doce y se sentaron a la mesa.

    18. Luego, mientras estaban cenando, Jesús dijo: - Os aseguro que uno de vosotros va a traicionarme. Uno que está comiendo conmigo.

    19. Estas palabras entristecieron a los discípulos, que, uno tras otro, empezaron a preguntarle: - ¿Acaso seré yo?

    20. El les dijo: - Es uno de los doce; uno que ha tomado un bocado de mi propio plato.

    21. Es cierto que el Hijo del hombre tiene que seguir su camino, como dicen de él las Escrituras. Sin embargo, ¡ay de aquel que traiciona al Hijo del hombre! Mejor le sería no haber nacido.

    22. Durante la cena, Jesús tomó pan, bendijo a Dios, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: - Tomad, esto es mi cuerpo.

    23. Tomó luego en sus manos una copa, dio gracias a Dios y la pasó a sus discípulos. Y bebieron todos de ella.

    24. El les dijo: - Esto es mi sangre, con la que Dios confirma la alianza, y que va a ser derramada en favor de todos.

    25. Os aseguro que no volveré a beber de este fruto de la vid hasta el día en que beba un vino nuevo en el reino de Dios.

    Jesús anuncia la negación de Pedro

    26. Cantaron después el himno de acción de gracias y salieron hacia el monte de los Olivos.

    27. Jesús les dijo: - Vuestra fe va a fallar, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas.

    28. Pero después de mi resurrección iré delante de vosotros camino de Galilea.

    29. Pedro le dijo: - ¡Aunque todos pierdan su fe en ti, yo no la perderé!

    30. Jesús le contestó: - Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante por segunda vez, tú me habrás negado tres veces.

    31. Pedro insistió, asegurando: - ¡Yo no te negaré, aunque en ello me vaya la vida! Y lo mismo decían todos los demás.

    Jesús ora en Getsemaní

    32. Llegados al lugar llamado Getsemaní, Jesús dijo a sus discípulos: - Quedaos aquí mientras yo voy a orar.

    33. Y se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan. De pronto comenzó a sentirse atemorizado y angustiado.

    34. Les dijo: - Me ha invadido una tristeza de muerte. Quedaos aquí y velad.

    35. Se adelantó unos pasos más y, postrándose en tierra, oró, pidiéndole a Dios que, si era posible, pasara de él aquel trance.

    36. Decía: - ¡Padre, todo es posible para ti! Líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

    37. Volvió entonces, y, al encontrar dormidos a los discípulos, dijo a Pedro : - Simón, ¿duermes? ¿Ni siquiera has podido velar una hora?

    38. Velad y orad para que no desfallezcáis en la prueba que se acerca. Es cierto que tenéis buena voluntad, pero os faltan las fuerzas.

    39. Otra vez se alejó de ellos y oró diciendo lo mismo.

    40. Regresó de nuevo a donde estaban los discípulos, y volvió a encontrarlos durmiendo, vencidos por el sueño. Y no supieron qué contestarle.

    41. Cuando volvió por tercera vez les dijo: - ¿Aún seguís durmiendo y descansando? ¡Ya basta! Ha llegado la hora: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.

    42. Levantaos, vámonos. Ya está aquí el traidor.

    Arresto de Jesús

    43. Todavía estaba Jesús hablando, cuando se presentó Judas, uno de los doce discípulos. Venía acompañado de un tropel de gente armada con espadas y palos, que habían sido enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los ancianos.

    44. Judas, el traidor, les había dado esta contraseña: - Aquel a quien yo bese, ése es. Apresadle y lleváoslo con mucho cuidado.

    45. Al llegar, se acercó a Jesús y le dijo: - ¡Maestro! Y le besó.

    46. En seguida, los otros echando mano a Jesús, le apresaron.

    47. Uno de los que estaban con él sacó la espada y, de un golpe, le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote.

    48. Jesús les dijo: - ¿Por qué habéis venido a arrestarme con espadas y palos como si fuera un ladrón?

    49. Todos los días he estado entre vosotros enseñando en el templo, y no me habéis arrestado. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.

    50. Entonces todos los discípulos le abandonaron y huyeron.

    El joven que huyó

    51. Había allí un muchacho que, cubierto sólo con una sábana, seguía a Jesús . También quisieron echarle mano;

    52. pero él, desprendiéndose de la sábana, huyó desnudo.

    Jesús ante el concilio

    53. Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote; y se reunieron también todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la Ley.

    54. Pedro, que le había seguido de lejos hasta el patio de la casa del sumo sacerdote, se sentó con los criados a calentarse junto al fuego.

    55. Los jefes de los sacerdotes y el pleno del Consejo Supremo andaban buscando un testimonio contra Jesús para condenarle a muerte; pero no lo encontraban,

    56. porque, aunque muchos testificaban falsamente contra él, sus testimonios no concordaban.

    57. Algunos se levantaron y testificaron en falso, diciendo:

    58. - Nosotros le hemos oído afirmar: "Yo derribaré este templo hecho por los hombres y en tres días construiré otro que no estará hecho por los hombres. "

    59. Pero ni aún así conseguían hacer coincidir los testimonios.

    60. Levantándose entonces en medio de todos, el sumo sacerdote preguntó a Jesús: - ¿No respondes nada? ¿No tienes nada que alegar contra lo que dicen éstos?

    61. Pero él permaneció en silencio, sin contestar ni una palabra. Otra vez le interrogó el sumo sacerdote: - ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?

    62. Jesús respondió: - Sí, lo soy; y vosotros veréis al Hijo del hombre sentado en el lugar de honor al lado del Dios todopoderoso y viniendo entre las nubes del cielo.

    63. Al oir esto, el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras en señal de indignación, y exclamó: - ¿Para qué queremos más testimonio?

    64. ¡Ya habéis oído su blasfemia! ¿Qué os parece? Todos ellos dieron su fallo, condenándole a muerte.

    65. Y algunos se pusieron a escupirle; tapándole la cara, le golpeaban y le decían: - ¡A ver si adivinas! Y también los criados le daban de bofetadas.

    Pedro niega a Jesús

    66. Entre tanto, Pedro estaba abajo, en el patio de la casa. Llegó una criada del sumo sacerdote,

    67. y, al ver a Pedro calentándose junto al fuego, le miró atentamente y dijo: - Oye, tú también estabas con Jesús, el de Nazaret.

    68. Pedro lo negó, diciendo: - Ni sé quien es ése ni de qué estás hablando. Y salió al vestíbulo. Entonces cantó un gallo.

    69. La criada volvió a verle, y dijo también a los que estaban allí: - Este es uno de ellos.

    70. El lo negó otra vez. Poco después, algunos de los presentes insistieron, diciendo a Pedro: - No cabe duda de que tú eres uno de ellos. ¡Además, eres galileo!

    71. Entonces él comenzó a jurar y perjurar: - ¡No sé quién es ese hombre del que me habláis!

    72. Al instante cantó un gallo por segunda vez. Al oírla, Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: - "Antes que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres veces. " Y se echó a llorar.