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domingo, junio 16, 2024
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    2 Crónicas 31 - Palabra de Dios para Todos

    1. Cuando terminó todo esto, todos los israelitas que se encontraban allí fueron a las ciudades de Judá y rompieron en pedazos las piedras sagradas, cortaron en pedazos los postes de Aserá* y derribaron los altares y santuarios sobre las colinas que había en todo Judá, Benjamín, Efraín y Manasés. Después los israelitas regresaron a sus ciudades, cada uno a su propiedad.

    Ezequías reorganiza el servicio de los sacerdotes y levitas

    2. Ezequías estableció los turnos de los sacerdotes y los levitas* para que cada uno sirviera de acuerdo a su trabajo y así ofrecieran los sacrificios que deben quemarse completamente, las ofrendas para festejar, dieran gracias y cantaran las alabanzas y sirvieran en las puertas del templo* del Señor.

    3. El rey dedicó parte de sus bienes para los sacrificios que deben quemarse completamente cada día, a mañana y tarde, y para los de los días de descanso*, los de Luna nueva* y los de las fiestas solemnes, tal como está escrito en la ley del Señor.

    4. También dio la orden al pueblo de Jerusalén de entregar a los sacerdotes y levitas la parte que les correspondía para que así pudieran dedicarse a la ley del Señor.

    5. Cuando la orden se divulgó, los israelitas dieron en abundancia lo primero de su cosecha, del vino, del aceite, de la miel y de todo tipo de productos agrícolas. Trajeron también la décima parte de todos los productos, en grandes cantidades.

    6. También los que vivían en Israel y en otras ciudades de Judá trajeron la décima parte de su ganado y sus ovejas. Igualmente trajeron la décima parte de las cosas consagradas al Señor su Dios. Todo lo anterior lo colocaron en montones.

    7. La gente comenzó a formar los montones en el tercer mes y terminó en el séptimo mes.

    8. Entonces Ezequías y los líderes fueron a ver los montones y bendijeron al Señor y su pueblo Israel.

    9. Ezequías les pidió a los sacerdotes y a los levitas que le informaran en cuanto a los montones.

    10. Entonces el sumo sacerdote Azarías, de la familia de Sadoc, le dijo: «Desde que la gente comenzó a traer sus ofrendas al templo del Señor hemos tenido para comer hasta quedar satisfechos y todavía queda más, porque el Señor ha bendecido a su pueblo. Todos estos montones son lo que ha sobrado».

    11. Ezequías entonces ordenó que se prepararan unos depósitos en el templo del Señor, y así lo hicieron.

    12. Todos siguieron llevando fielmente las ofrendas, los diezmos y las cosas consagradas. Fueron nombrados para administrar todo esto al levita Conanías y como ayudante a su hermano Simí.

    13. Conanías y su hermano Simí supervisaban a los siguientes inspectores: Jehiel, Azazías, Najat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaquías, Mahat y Benaías. Ellos habían sido nombrados por el rey Ezequías y por Azarías, administrador del templo de Dios

    14. El levita Coré hijo de Imná, portero de la puerta oriental, estaba a cargo de las ofrendas voluntarias que se traían para Dios y de distribuir las ofrendas dedicadas al Señor y las cosas consagradas.

    15. Él estaba a cargo de Edén, Minjamín, Jesúa, Semaías, Amarías y Secanías, quienes estaban en las ciudades de los sacerdotes y conforme a los turnos repartían las ofrendas entre sus compañeros, tanto al mayor como al menor.

    16. Estos hacían la distribución entre los que venían a prestar sus servicios diariamente, según sus turnos y oficios, siempre y cuando estuvieran inscritos en los registros familiares, donde aparecían todos los varones de tres años de edad en adelante.

    17. La distribución para los sacerdotes se hacía conforme a los registros por grupos familiares y a los levitas de veinte años de edad en adelante, según sus oficios y turnos.

    18. Todos los niñitos, las mujeres, los hijos e hijas de los levitas, es decir, toda la comunidad estaba incluida en la distribución porque se mantenía fielmente consagrada en santidad.

    19. Algunos sacerdotes, descendientes de Aarón, vivían junto a los levitas en las ciudades y tenían tierras en distintas ciudades del país. Algunos de ellos estaban encargados de distribuir parte de la ofrenda a estos descendientes de Aarón; se distribuía a todos los hombres y a los levitas registrados.

    20. Ezequías hizo así en todo el territorio de Judá, actuando con bondad, honestidad y fidelidad ante el Señor su Dios.

    21. Todo lo que hizo y todo lo que comenzó para el servicio del templo de Dios, lo hizo siguiendo a Dios de todo corazón, y tuvo éxito.