Salmos 123:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Salmos 123:1 | Comentario Bíblico Online

1. El salmista comienza con la misma frase de Sal 121:1, pero ahora no levanta los ojos a los montes, sino al Dios que habita en los cielos, entronizado allí para dirigir y juzgar. Los cielos son aquí símbolo de poder y protección, más bien que de gloria y majestad. También el Señor Jesús levantó los ojos así (Jua 17:1) al comenzar su gran oración sacerdotal. La comparación (v. Sal 123:2) con la mirada de los esclavos y esclavas a las manos de los amos tiene un doble significado: (A) Atención constante a las órdenes de sus señores, los cuales pueden indicar su voluntad con un simple movimiento de la mano, bien conocido por la servidumbre. (B) Expectación para recibir de esas manos el alimento diario (comp. Pro 31:15). De las dos maneras hemos de mirar a las manos de nuestro Padre: para cumplir con diligencia y prontitud su voluntad, y para esperar de Él gracia y poder.

2. A la expectación sigue la petición, ya insinuada al final del versículo Sal 123:2. Ahora (versículo Sal 123:3) piden repetidamente el favor (lit.) de Dios, es decir, que se compadezca de ellos, pues están hartos del menosprecio y de las burlas (v. Sal 123:4, comp. con BHS Neh 2:19; BHS Neh 3.33) con que los escarnecen quienes no carecen de nada (lit. están tranquilos, sin preocupación por el pan de cada día), mientras ellos están necesitados y expuestos a los peligros. Los soberbios escarnecedores se comportaban con altivez y se jactaban de pasarlo bien, con menosprecio de los «débiles judíos» (Neh 4:2). Estos epicuros maltrataban al pueblo de Dios, y pensaban que se engrandecían al menospreciar a los pobres y humildes.

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