Salmos 138:6 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Salmos 138:6 | Comentario Bíblico Online

David se consuela aquí con tres cosas: 1. El favor que Dios dispensa a los humildes (concepto explanado en Sal 113:4.), mientras trata a distancia, como quien los quiere ver lejos de sí (comp. con Mat 25:41), a los altivos (v. Sal 138:6), pues no tienen comunión con Él; los conoce bien, pero no los reconoce por suyos (comp. con Mat 7:23; Mat 25:12). 2. El interés y la protección que da a los suyos cuando están en apuros (v. Sal 138:7): los reanima o vivifica, extiende su mano para inutilizar las armas que los enemigos, en su furor, emplean contra ellos, y los salva con su diestra (comp. con Sal 17:7). 3. La obra perfecta de Dios (v. Sal 17:8), quien siempre completa, lleva a feliz término lo que ha emprendido. Todo buen hijo de Dios tiene interés en su deber hacia Dios y en su felicidad en Dios, para que el primero sea fielmente cumplido y la segunda efectivamente asegurada; y si estas dos cosas las llevamos de veras en el corazón, es buena obra la que ha comenzado en nosotros, y el que la comenzó, la perfeccionará (Flp 1:6). Nuestra esperanza de perseverar ha de estar fundada, no en nuestra fuerza, la cual puede fracasar, sino en la gracia de Dios, que no puede fracasar: Tu misericordia, Jehová, es para siempre. Y concluye con una oración de su expectación: «No desampares la obra de tus manos». Como si dijese: «Soy hechura tuya; no retires de mí tu actividad y tu favor hasta que hayas dado cima a la obra que en mí comenzaste».

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