Salmos 130:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Salmos 130:1 | Comentario Bíblico Online

Aun los mejores hombres se hallan a veces en lo profundo del mar, metáfora corriente para designar un grave aprieto (comp. con Sal 124:4, Sal 124:5). Pero, aun desde lo más profundo, es nuestro privilegio poder clamar a Dios, el cual puede impedir que caigamos más hondo, así como hacer que salgamos del pozo profundo y encenagado (comp. con Sal 40:2). Según indica el contexto, la aflicción del salmista no se debe a una persecución u opresión proveniente del exterior, sino a la propia conciencia de sus culpas personales (vv. Sal 130:3, Sal 130:4). El llamar a Dios dos veces Jehová y Adonay en tan breve espacio indica la urgencia de su clamor ante el sentimiento de pavor por la majestuosa santidad de Dios y de su ira contra el pecado. Ante el tribunal de Dios, nadie puede mantenerse en pie (v. Sal 130:3) para justificarse; sólo a la clemencia de Dios se puede apelar para el perdón del pecado. El salmista expresa su confianza en que Dios es, por su propia naturaleza, perdonador (comp. con Éxo 34:6, Éxo 34:7 y, en especial. Dan 9:7, Dan 9:9). «Contigo (está) el perdón» (v. Sal 130:4. lit.), dice. Comenta Cheyne: «Contigo, como tu compañero inseparable». Y, cuando se recibe el perdón, brota espontáneamente un temor reverencial, filial, amoroso, en correspondencia a la maravillosa bondad de ese Dios perdonador (v. Sal 130:4).

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