Significado de HIJOS DE DIOS Según La Biblia | Concepto y Definición

HIJOS DE DIOS Significado Bíblico

¿Qué Es HIJOS DE DIOS En La Biblia?

Traducción literal de una frase que se refiere a una clase de seres que tienen cierto tipo de relación con Dios. El significado y la traducción varían según el contexto.
Antiguo Testamento
La frase hebrea beney ha’elohim aparece en Gén 6:2; Gén 6:4 y en Job 1:6; Job 2:1; Job 38:7. En los pasajes de Job, los “hijos de Dios” son los ángeles (Job 38:7; en paralelismo poético con “las estrellas del alba”) o la corte celestial (Job 1:6 y Job 2:1).
El texto de Génesis (Gén 6:1-4) históricamente ha sido uno de los pasajes del AT más difíciles de interpretar. El quid de la pregunta interpretativa es cómo entender la distinción entre los dos grupos mencionados en este texto: “los hijos de Dios” y “las hijas de los hombres”. Se han propuesto tres enfoques.
El primero afirma que “los hijos de Dios” eran príncipes o gobernantes y que “las hijas de los hombres” eran plebeyas o mujeres de una clase social inferior. La base principal de este argumento surge de la comparación que se hace con la Epopeya de Gilgamesh de Babilonia donde el rey, Gilgamesh, tiene derecho a ser el primero en tener relaciones sexuales con una novia que se acaba de casar. Recién después el marido puede tomarla como esposa. La objeción principal a esta posición es que el AT no menciona en ningún otro momento a “los hijos de Dios” en referencia con la realeza.
Una segunda posición es que la frase “los hijos de Dios” debería traducirse como “hijos piadosos”, por lo cual se refiere a los descendientes piadosos de Set. De acuerdo con este enfoque, “las hijas de los hombres” son “mujeres del mundo”, las descendientes impías de Caín. El argumento es que estos matrimonios entre tribus habrían diluido la línea de Set, tanto espiritual como físicamente. Sin embargo, los principios de la buena exégesis requieren que “los hombres/los hombres” tengan el mismo significado en Gén 6:2 que en Gén 6:1; Ha’adam (la misma palabra en ambos versículos) se entiende genéricamente como “humanidad/seres humanos” en Gén 6:1, y se refiere a la raza humana entera que incluye tanto a los descendientes de Set como a los de Caín. Si la frase “las hijas de los hombres” se refiere solo a mujeres impías descendientes de Caín, ha’adam debería tener un significado más restringido en Gén 6:2, lo cual violaría los principios de una buena exégesis.
La posición final es que “los hijos de Dios” eran ángeles o seres sobrenaturales, por lo tanto, las “hijas de los hombres” eran mujeres humanas. Se han presentado dos objeciones a esta interpretación. Ambas están basadas en presuposiciones sin apoyo escritural sobre la naturaleza de los ángeles:
(1) que los ángeles no tienen género y por lo tanto son incapaces de cohabitar con seres humanos, y
(2) que interpretar que los “hijos de Dios” son ángeles requiere que la narrativa se entienda como un acontecimiento mitológico más que histórico.
Se han propuesto varias líneas de apoyo en defensa de esta interpretación.
(1) La frase “hijos de Dios” se interpreta en otras partes del AT como “ángeles” (Job 1:6; Job 2:1; Job 38:7).
(2) La traducción griega del AT del siglo III a.C. (la Septuaginta, el texto alejandrino) dice “los ángeles de Dios” cuando el hebreo dice “los hijos de Dios”.
(3) Si Gén 6:4 está relacionado con lo que le precede y con lo que sigue, entonces los descendientes de la unión entre los ángeles y las mujeres son los nefilim (gigantes), los renombrados y poderosos hombres de tiempos antiguos.
(4) Por último, esta unión sexual lleva a Dios a castigar al mundo con el diluvio. Este pecado era un acto tan terrible de rebelión contra las normas de Dios que la destrucción completa del mundo mediante un diluvio era la única respuesta de un Dios santo. Pareciera poco probable que la cohabitación entre los setitas piadosos y los cainitas impíos o entre reyes y plebeyos justificara la destrucción absoluta de la tierra. La unión sexual impía entre ángeles y mujeres pareciera la mejor explicación del pecado atroz que desencadenó el juicio del diluvio.
Nuevo Testamento
Israel era el hijo adoptivo de Dios en el AT por la elección soberana de Dios y por el pacto (Éxo 4:22-23; Ose 11:1; comp. Mat 2:13-15; Rom 9:4; 2Co 6:18). Incluso de un modo más íntimo, personal y cercano a Su corazón, Dios adoptó a David y a su simiente real (2Sa 7:14; 1Cr 17:13; 1Cr 28:6; Sal 2:7-8), en definitiva el Rey divino en Su papel de Salvador de Israel (Luc 1:32; Hch 2:29-36; Hch 13:32-37; Rom 1:3-4; Heb 1:3-5). Asimismo, los cristianos son llamados hijos de Dios y, por lo tanto, herederos de Dios y del reino (Mat 5:9) por adopción, escogidos en Cristo, habitados por el Espíritu Santo y destinados a ser conformados a la imagen de Cristo (Luc 20:36; Rom 8:14-17; Rom 8:29; Gál 3:26; Gál 4:4-7; Efe 1:5). Ver Ángeles; Concilio celestial; Nefilim.

Francis Kimmitt

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