REFLEXION CRISTIANA – SOLIDO COMO LA PIEDRA

Hermano-PabloREFLEXIONES – SÓLIDO COMO LA PIEDRA

Katsusaburo Miyamoto, japonés residente en Argentina, contempló largo rato a su esposa Carmelina. La contempló como sólo puede contemplar a su esposa un hombre muy enamorado de ella. Pero Carmelina no podía contemplarlo ya más a él. Estaba muerta.

Katsusaburo no quería perder a su esposa, así que la embalsamó él mismo, aplicando sus conocimientos científicos como investigador del frigorífico Swift, y la dejó en una sala de su casa. Ni siquiera denunció su muerte. Para él, ella no había muerto. Carmelina aún vivía.

Cuarenta y cinco años después, ya anciano y vuelto a su país natal para morir allí, Katsusaburo dio órdenes de que llevaran el cuerpo de Carmelina, ya petrificado, al Museo de la Facultad de Medicina de Rosario. Allí permanecerá, hasta el fin de todas las cosas.

La Biblia contiene una poderosa descripción del amor conyugal. Dice así: «Fuerte es el amor, como la muerte… Como llama divina es el fuego ardiente del amor» (Cantares 8:6). Para aquel científico japonés, de nombre extraño y ciencia larga, su matrimonio no podía, no tenía que terminar con la muerte. Él debía de alguna manera conservar a su esposa.

Así que la embalsamó. Lo hizo con un procedimiento propio, y conservó el cuerpo en su casa. Renunció a toda otra mujer y se mantuvo fiel a su amada. No le importó que ella fuera de otra raza, otra cultura y otra religión, pues para él, el amor no contempla barreras.

Pocos matrimonios hay como ese, sólidos como la piedra misma en que se convirtió el cuerpo de Carmelina. Otros matrimonios parecen hechos de barro, de arcilla, de loza o de vidrio. Se trizan al primer golpe y se hacen añicos.

¿Qué hay que hacer para tener un matrimonio sólido y estable, que perdure como el granito? ¿Qué hay que hacer para resistir los golpes y las pruebas, las malas rachas de la vida y los vendavales que a veces atacan el matrimonio?

El amor es fundamental. Pero también vale, y vale mucho, la fe religiosa y el sentido del matrimonio que nos inculca. Cuando consideramos al matrimonio algo sagrado, instituido por Dios, que tiene carácter de permanente, entonces hay cimientos para construirlo de modo que sea perdurable.

Hagamos de Cristo nuestro Salvador y nuestro Señor. Entreguémonos a Él de todo corazón y sometamos nuestra vida conyugal a su dirección divina. Esa es la fórmula para el éxito de nuestro matrimonio.

por el Hermano Pablo

3 COMENTARIOS

  1. Simplemente………hermoso. Este mensaje me llega como anillo al dedo, (en realidad me interesan de manera particular todos los que son para matrimonios, ya me leí todo el curso para matrimonios) Gracias a todos los que hacen posible que esta pagina se mantenga y nos lleve la buena nueva a todos los que la usamos. Bendiciones

  2. Gracias por todas estas predicas diarias. Me encargaba de leerlas todos los dias y eran de gran provecho. Habia dejado de hacerlas por que, como ustes mismos han dicho, el pecado aleja al hombre de Dios, pero quiero creer que Él perdona todos nuestros pecados simpre y cuando nos arrepintamos de corazon de ellos. Yo me estoy arrepintiendo de corazon y, por eso, estoy leyendo nuevamente sus predicas. Nuevamente gracias por todas ellas.

  3. Asi es tenemos que poner nuestro matrimonio en las poderosas manos de DIOS solo el nos ayuda y nos da la fortaleza y la paz que necesitamos en nuestro hogar DIOS los bendiga grandemente

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